Άλυμπος (Olimpo)

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Había pasado una semana desde que pudo dejar el hospital. Después de que Louis y Bebe le explicaran un poco de lo que había pasado, llego el doctor con él, quien le explico que tenía una herida de bala debajo de las costillas, le dijo que había orificio de entrada y salida. A pesar de que parecía no haberle dañado algún órgano, si había desgarrado su piel, por lo que tuvo que entrar al quirófano para que lo suturara. Así que se mantuvo en el hospital una semana más, y cuando le dijeron que al fin se podía ir, lo obligaron a estar  quince días de reposo en casa.

Su madre había llegado asustada a las pocas horas, abrazándolo y llorando demasiado preocupada, ocasionando que sus mejillas se ruborizan al ver que Louis era testigo de toda la escena, pero lo suficiente feliz de tener a su madre como para pedirle que se alejara.

Cuando estuvo segura de que Harry estaba bien después de un largo abrazos y repetir la misma pregunta muchas veces, miro a los dos jóvenes que estaban ahí, Louis serio y mirando a Harry sin decir una sola palabra, mientras que Bebe se notaba muy fastidiada.

—¿Quiénes son tus amigos, cariño?

Le había preguntado demasiado confundida, ya que ella pensaba que Niall era el único amigo que su hijo tenia, pero cuando el menor estuvo a punto de responder, Louis tomo la palabra.

—Mucho gusto. Soy Louis, amigo de su hijo —explicó—. Yo estaba con el cuándo el asaltante llego y disparo. Lamento no haber podido protegerlo más —se disculpó.

Aunque el recordaba una historia totalmente distinta, después de un pequeño chasquido que escuchó hacer a Bebe, la historia comenzaba a tener sentido en su cabeza, y al parecer, igual para su madre quien solo abrazo a Louis agradeciéndole que lo llevara al hospital.

Su semana continuó en el hospital con Louis y algunas veces Bebe cuidándolo, seguramente a pedido del mayor, ya que la rubia no se notaba muy feliz de estar ahí, siempre dándole cortas miradas mientras reclamaba tener cosas más importantes que hacer, o que de ser posible, mataría a Louis. Pero aún con sus reproches y reclamos lo cuidaba y ayudaba con lo que necesitaba, incluida la tarea que Niall le llevaba para que no se atrasara.

Recuerda haber estado en la camilla quince minutos completos sin poder resolver aquellas integrales que el señor Montgomery le había enviado para que comenzara a practicar, y al verse sin poder resolverlas, la rubia le quito la libreta fastidiada y unos minutos después estaban resueltas sin ningún error mientras el murmuraba un pequeño <<gracias>>.

En ese poco tiempo que pudo verla, se dio cuenta de que era alguien demasiado seria, y que todo el tiempo parecía estar juzgando cada acción que las personas hacían a su alrededor, también veía la facilidad con la que entendía cada cosa que el doctor le decía, hasta llegó a pensar qué tal vez estaba en esa carrera.

Cuando su suerte mejoraba y era Louis el que lo cuidaba, sus tardes se basaban en reír y recibir cortos besos en sus labios de parte del mayor, quien se negaba a explicar si tendría problemas o no en su trabajo por estar tanto tiempo ahí.

Así que ahora que había podido dejar finalmente el hospital, pensó que todas esas tardes con Louis a su lado habían acabado, pero no fue así. No había día en el que Louis no fuera a su casa para ayudarlo a comer algo o simplemente pasar el tiempo, cosa que agradecía demasiado ya que, aunque su madre pidió un descanso en su trabajo, prometiendo compensarlo con turnos dobles y explicando la situación que su hijo estaba pasando, ellos se lo negaron.

Cada tarde sin tener un mínimo retraso llegaba a las dos y le cocinaba algo mientras él descansaba en su cuarto, llevándole la comida hasta el para evitar que se parara, y aunque no lograba entender como era tan bueno cocinando, o como la cocina terminaba impecable siempre, como si no hubiera sido usada, no podía hacer nada más que agradecer.