Capítulo 6

5.4K 562 51
                                    

-Sabe delicioso -exclamó asombrado después del primer bocado.

-Eso te pasa por solo querer comer siempre pastas, ahora conoces algo más para tu variación.

Naruto continuó dándole más y más sorbos a su sopa. Misteriosamente el ramen le parecia fabuloso, fantástico. Su educado paladar ruso aceptaba esa sopa como el platillo número 1 de su dieta.

Cuando se fijó que no le quedaba mucho en el bol, suplicó.

-¿Puedo repetir?

Iruka se sorprendió ante lo dicho. Sabían que existían cortos periodos en donde Naruto se comportaba como un adolescente, lo cual debería hacer siempre, pero no esperaba que fuera tan esporádico con sus ruegos. Rebajar su orgullo por una sopa merecía ser visto.

-¿Por qué me preguntas?

-Eres tú el que tiene la tarjeta de papá, ni creas que me humillaría el día en donde le tocaba cocinar a Kakashi.

Buen punto, rebajarse por Kakashi tampoco parecía valerle mucho.

-Máximo 4 platos -murmuró.

Instantáneamente Naruto hiso un bullicio para que el señor lo notara.

-Hey... ¡Viejo! Quiero 3 platos más de ramen -exclamó aún sentado.

Para su suerte el señor que los vendía no hiso caso a la referencia de edad, es más, le sonrió mientras pedía especificaciones del platillo.

-Parece que tenemos a un amante del ramen sentado aquí.

-Y que lo diga -suspiró-. En Rusia jamás hubiera encontrado algo parecido. Esto es... simplemente delicioso.

El viejo se sorprendió por las palabras. Según él, hablaban muy bien el japonés como para ser extranjeros. Pero si el joven muchacho se había quedado horas estudiando su idioma y venir desde tan lejos para comparar la comida rusa con su ramen, merecía un premio.

-Bueno, esto es Japón -carcajeó con su plato ya servido-. Todo aquí es magnífico. Y hablando de magnificó -acercó su rostro como llamando la atención de Naruto.

Este se alejó un poco, ¿Acaso debían invadir su espació personal? Asustado, miró a Iruka para que le especificara lo que pedía, dudaba que sea una costumbre hacer eso. Iruka por su lado movió las manos hablando lenguaje de sordos, un dialecto que compartían para su suerte. Después que le especificaran lo que pasaba y lo que pedía, Naruto se inclinó-, que me dices del ramen que preparo ¿Te gusta? -masculló en su oreja.

Le pareció incómodo sentir todo ese aire rozar con su miembro auditivo. Era una sensación incómoda, podía casi creer que escupía en su oreja. Contrajo el cuello mientras se paralizaba, tal vez era eso lo que él quería.

De la misma manera, acercó su cabeza hasta la oreja planteándose como debía hablar.

-Lo adoro -susurró en la misma tonada.

El viejo sonrió por el cumplido mientras buscaba entre sus bolsillos unos cupones. Mientras tanto Naruto acababa el último bol que podía pedir por cuenta de Kakashi.

-Toma -le entregó esa frágil hoja para que lo guardara-. A partir de mañana podrá serte útil hasta fin de mes. Solo puedes usarla si compras 1 ramen antes.

Era un simple cupón de 2 por 1 en ramen, tal vez insignificante para el mundo, pero él lo cuidaría como si fuera su propia vida.

-Gracias por ofrecerme esta oportunidad de volver a comer ramen -gustoso, guardó el cupón entre sus ropas mientras cargaba el ramen que habían pedido para Kakashi. Instantáneamente se paró y agachó con la cabeza en forma de despedida para salir del local.

-Gracias por la comida -murmuró Iruka antes de acompañarlo.

-¡Y vuelvan pronto a Ichiraku!

Ambos sonrieron mientras se encaminaban a dirección contraria. Tendrían mucho que contarle al peligris sobre el sobregiro de su tarjeta, aunque eso no era muy preocupante, por algo ya estaban trabajando. Se fijaron en los alrededores, la noche era joven pero no por eso significaba que era segura. Tuvieron cuidado en dirigirse a su casa cada vez más cómodos con el nuevo país.

-Iruka...

-¿Qué pasa Naruto?

-¿Enserio podría convertirme en una amenaza a la asociación? -observó las puntas de sus pies como si fuera la cosa más interesante por momento. En sí entendía mucho sobre el tema, pero aún tenía la cierta sensación de incomodidad al ser despreciado aun haciendo algo bueno-. Puede que no me sepa expresar bien, ¿Pero tan malo creen que soy como para inclusive redirigirme de país?

-Ellos no te conocen Naruto... no como nosotros. Estamos seguros de que nunca harías algo malo.

-Pero he matado... -contradijo.

Con sus puños hiso fuerza en los bordes del polo, intentando por poco no desgarrarlos en ese lugar. Sentía como la rabia lo carcomía lentamente, intentado no dejar nada de su real ser en su interior.

-He matado y he sentido felicidad por ello -murmuró después de rato.

La sensación de matar era halagadora, cuando lo colocaban en esa situación él dejaba de ser él y permitía que el sentimiento de la muerte lo abarcara. Se apreciaba con total plenitud cuando lo hacía, su cuerpo se movía por cuenta propia y sentía como podía tomar el poder de la situación. En ese caso ni el más profundo de los cortes lo paraban.

Era un momento único, especial, en donde él se podía mover como si fuera él mismo el creador.

-Solo estabas confundido...

-Confundido jamás -espetó-. Me sentía feliz, contento, como nunca en la vida...

-Entonces no sabes lo que es felicidad -cortó de improvisto.

Naruto subió la vista hasta fijarse en el rostro de su mentor, tenía la misma expresión de siempre ¿Pero por qué se notaba más feliz que de costumbre?

-La felicidad no es sentirse especial sólo y solo por un corto momento. La verdadera felicidad se consigue con alguien, y alguien te tendrá que acompañar en esa búsqueda Naruto. Sentirse feliz es estar bien con uno mismo, sin temores o traumas. ¿Enserio eras feliz matando?

No respondió. Sinceramente no quiso responder porque sabía la respuesta.

Para su beneficio Iruka no continuó, simplemente volvieron a tomar rumbo a su hogar. Ahora más que nunca se sentía confundido. Si bien en un primer momento estuvo cerca a lo contento por saber que lo consideraba peligroso, ahora no sentía más que desprecio a su persona. Nadie lo quería, nadie que no fuera lo demasiado cercano como para saber cómo era realmente.

¿Su equipo lo extrañaría como él lo hacía? O estaban que bailaban de la emoción por su despido, si es que le dijeron que es un despido.

-Nuevo país, nueva vida -exclamó ante de ingresar a su hogar.

Ya mañana tendría tiempo para pensar en todo esto, mientras tanto, prefería disfrutar su primera noche lejos de su amada Rusia.

----

Si fuera yo, estaría contenta de que me envíen a Japón TT-TT. Pero bueno... necesito que ocurra esto para lo que planeo en un futuro no muy lejano.

Espero que les guste :D

¡Voten y comenten!

Buscado por amarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora