Capítulo 2

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-Avery yo...- Intenta avanzar hacia mí, pero titubea y decide no hacerlo.

Estoy aterrada pero a la vez segura.

Necesito esto.

-Te dije que tenia que pensar- Empiezo y el cierra la boca de golpe- En ese preciso instante creí que estaba exagerando, que no había nada de verdad que cuestionarme.

Mi voz sale en un susurro.

-Quizá es así, cariño- Me suplica jadeante- Sabes que te amo.

-Es que era mi conciencia Nate, se que en una relación hay problemas, pero no creo que sea sano sentirme tan sola- Lo miro a los ojos, hago un esfuerzo sobrehumano para hacer esto- Llevo así muchísimo tiempo, no te culpo créeme, es solo que lo he intentado tanto, no puedo más.

Nate me mira intrigado, como si no terminara de procesar toda la información, como si no pudiera creer en lo absoluto cada una de mis palabras.

-No, Avery- Musita en un sollozo, ahora si avanza y toma mis manos entre las suyas- No me hagas esto.

Hago a un lado todo el dolor que esta escena me causa, lo ignoro y continuo con mi discurso.

-Creí que no perdía nada si lo intentaba, pero he perdido paz, estabilidad, seguridad, autoestima y sobre todo amor propio- Estoy inmóvil, y cada palabra sale de mí como si las hubiese planeado una a una.

-Lo arreglaré, puedo hacerlo- Asiente repetidas veces, como si quisiera demostrarme que tiene razón- solo dame la oportunidad- Suplica- Por favor Avery. Tenemos años juntos.

Lo miro directamente a los ojos, lágrimas golpean mis ojos, pero logro dominarlas. Así que las ignoro y respondo.

-No puedo estar con alguien que no conoce mi valor, que no me ve como una prioridad, se que tienes más cosas en las que pensar, por eso mismo hago esto.

Lagrimas se acurrucan en los ojos de mi ahora ex novio. Me ve estupefacto, no puede creer que le esté diciendo esto, y yo no puedo creer que me haya llenado del valor necesario para al fin decírselo.

Nate entiende, por que asiente y se limpia las insipientes lagrimas con el dorso de su mano.

-Siempre serás mi fecha favorita del calendario- Dice antes de tomar mi rostro entre sus manos y plantar un beso en mi frente, para luego darse media vuelta y subirse a la moto.

Entro a mi casa y pego la espalda en la puerta, microsegundos es lo que tardo en oír como el motor de la motocicleta se enciende y no es necesario ver para saber que Nate está conduciendo como un loco, el es así, arriesgado y nada temeroso, valiente.

Me siento mal por no poder soltar ni una sola lagrima, se podría decir que me siento en paz, como si una gran carga hubiese salido de mis hombros, aunque eso no significa que esté feliz, si duele.

Por que es cierto, no merecemos ser tratadas así, como si no importásemos nada, cuando todas las personas valemos mucho. Y sí, Nate es un buen chico, tiene muchos problemas, pero nunca podré soportar que no me de el interés que merezco.

No soy mala, pero quien prefiere estar con sus amigos haciendo estupideces y metiéndose en problemas antes que estar estudiando o haciendo algo productivo, no merece estar en tu vida. Por que no suman, he tenido mucha paciencia con él, y no, no va a cambiar.

****

Salgo de mi casa antes que el resto de mi familia, ellos aún están bajando sus maletas. Llevo una mini bolsa cruzada donde tengo mi celular, mi billetera, cargador y documentos, en una mano llevo arrastrando mi maleta, y en la otra mi maleta de mano.

Tentadora DestrucciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora