Han pasado aproximadamente quince años desde la coronación del Emperador "Jeon YoonGi". El bello omega de ahora treinta y tres años dio a luz a cuatro hijos, todos varones. Y actualmente se encontraba en estado de embarazo de un quinto.
Sin embargo...
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En el transcurso de la realización del boceto inicial en el lienzo, el alfa castaño no podía evitar recordar aquellos momentos en los que pudo compartir con el bonito omega rubio y aquel bello sentimiento que se alojó en su interior poco después de conocerlo. A un comienzo no podía creer que aquel adolescente que posteriormente se presentaría como omega se había ganado un lugar en sus pensamientos tan rápido
¿Qué diría su hermano?
Ese era el pensamiento que constantemente hondaba en su mente y que le impedía acercarse al rubio de una forma romántica y cortejarlo
Cada recuerdo surcaba su mente, mientras deslizaba suavemente el pincel, tratando de contemplar el boceto para su obra de arte. Mientras, con el omega rubio cruzaban miradas cómplices de aquellos recuerdos de vez en cuando y fueron esos cortos lapsos de tiempo que lo hicieron percatarse de que realmente aquel "Jimin" ya no estaba, pues aquellos ojos ya no reflejaban alegría o si quiera el más minimo indicio de aquel bello y risueño omega que fue
Aquello lo alarmo, pero no podía darlo a notar; asi que lo único que hizo fue carraspear su garganta y continuar con el boceto. Mientras, algo dentro él, le decía que aquel bello omega por quien en algún momento sintió algo no era feliz. En el pasado cuando lo ayudo regresar a su hogar lo encontró asustado pero confundido. Sin embargo, cuando le pidió que le ayudara a regresar a este palacio se veía decidido
¿Qué es lo que había sucedido para que este tan... triste?
Quizás en el pasado hubiese hecho lo posible para sacarlo de aquel lugar. Pero, ahora sabía que las cosas no eran tan fáciles, porque si quiera lo intentara, aquella simple acción podría terminar con su vida
Además, de que debía considerarse afortunado por ser uno de los pocos alfas ajenos a la familia real que lograron acercarse a aquel Harem y salir con vida para contarlo; pues no muchos podían gozar de ese privilegio. Pero eso no impediría que se acercase a Jimin e intentar averiguar lo sucedido, pues en las ciudades habían bastantes rumores y la mayoría de ellos el más perjudicado era el omega rubio
Pasando a otro tema cuando comenzó a realizar el boceto del Emperador lo primero que llamo su atención fue aquella penetrante e intimidante mirada, que parecía ver cada secreto ajeno. Aquella mirada a intimidante, e incluso aparentemente invasiva, pero realmente después de unos minutos de realizar el boceto, entendió que realmente no era una mala persona como tal
Cuándo el alfa castaño terminó el boceto, observó con detenimiento el fondo y las vestimentas de cada quien. Cada mínimo detalle pero importante para que el cuadro fuera perfecto
El viento sopló levemente, haciendo que el aroma a cítricos del Emperador llego a las fosas nasales del rubio, distrayendolo. Sin embargo, no fue el único el atrayente y dulce aroma a coco y miel del omega rubio también llego al alfa pelinegro sin quererlo
Pero, solo esos pequeños detalles lograron que ambos destinados se estremecieran y sus lobos agitaran sus colas con alegría. A pesar de lo distraidos que estaban sus portadores
-Bien, quiero la pintura para mañana -él Emperador se puso de pie, mientras hablaba con firmeza
Sin más, arregló su vestimenta y se dirigió a su habitación. Pero, algo lo detuvo, giró sobre sus talones y observó como su destinado se cercaba sonriente a Taehyung; que casualmente estaba cerca al pintor
Pero una bella sonrisa por parte del rubio causo una pequeña presión en su pecho, eso solo queria decir una cosa "Angustia". ¿Por qué?
La respuesta era algo que sabia de sobra, y aunque las acciones de su omega eran disimuladas, para él eran tan transparentes; por que ya lo conocía
Después de algunos segundos sus miradas conectaron, pero ninguno se atrevió a decir algo. Porque después de tanto tiempo, estar "junto" sin una discusión de por medio era extraño para ambos, aún así ningúno de los dos viro la mirada hacia otro lado
Pero, todos en aquel jardín eran ignorantes de unas miradas, excepto en lo alto del palacio en dónde de encontraban un omega pelinegro con los brazos cruzados y su amiga, quien llegó junto a él a aquel lugar
-Hoseok ¿no me digas que esperabas que te eligiera a ti -habló con dureza, por lo que el nombrado únicamente bajo la cabeza en señal de tristeza -Pero sabes... hay una solución -la joven sonrío de una forma que hizo estremecer al omega
-¿De qué hablas? -cuestionó el pelinegro
-Si el omega desaparece, el Emperador será tuyo -sonrío con malicia, lo cuál aterro al contrario
-No... yo no podría, no soy capaz de hacer algo así -habló con rapidez, moviendo sus manos de un lado al otro, mientras observaba como la femina se retiraba del lugar, dejándolo asustado con semejante idea
Las horas pasaron y con ellas el amanecer llegó, en ese entonces el pintor se encontraba dándole las últimas pinceladas, y la colocó contra la ventana para que secara rápidamente
Las horas siguieron pasando y finalmente hebia llegado el momento de llevarla al Palacio. Se paró en frente de su obra y le hecho un último vistazo con su mano sujetando su mentón
Analizaba la pintura en busca de una imperfección, por más pequeña que fuera; más no encontró algo. Pero, realmente la historia que aquella obra de arte le contó, era una que hasta ese entonces no estaba bien
Las miradas de ambos en el momento de crear su obra reflejaban tristeza, pero aquellos ojos también le reflejaron al pintor algo mas. Aquella mirada de esa "pareja destinada" le mostro el deseo de sus lobos. Y aquel deseo de estar juntos
Y ese fue el toque especial que le dio vida a la pintura. Una vez satisfecho, el pintor llevo su obra de arte con ayudar de gente enviada exclusivamente para ese trabajo
Después de largos minutos de trayecto, finalmente habian llegado y Baekhyun debia considerarse uno de los alfas más afortinados por estar nuevamente en aquel Palacio. Además, de realizar una pintura para el Emperador, quien lo remuneraria bastante bien
Una vez la pintura llego a manos del poderoso alfa, este se tomó su tiempo para juzgar cada detalle. Hasta que al final la aprobó y ordenó que le dieran el dinero correspondiente al pintor, por su gran trabajo
