Jeon Jungkook es el Dios del Viento que vive en el reino de los nueve cielos, hijo de la Diosa de la Luna. Como príncipe celestial, debe hacerse cargo de asuntos que involucren a los nueve cielos.
Kim Taehyung es el único hijo de la Diosa del Amor...
N/A: Volvemos a la normalidad, recuerden que los dos capítulos anteriores fueron como una especie de bonus.
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— ¡Traidor! — ¡Splash! un golpe lo bastante fuerte como para hacer caer abruptamente a una persona, un golpe que definitivamente dejaría una marca que viajaría en tres tonalidades de color. Que lamentable, el atractivo rostro de un demonio de alto rango seria decorada por un moretón.
— Mátame —ordenó con una sonrisa mientras con el dorso de su mano limpiaba el hilo de sangre que sobresalía sobre sus labios, claramente partidos por el brusco golpe. Las risas a su alrededor no se hicieron esperar al igual que las espadas largas de los guardias que lo rodeaban en un círculo, Soobin realmente había traspasado la línea.
— He sido bueno con tu madre y he tenido cierta piedad gracias al mérito que nos regaló su muerte. Nunca te he restringido tu libertad para deambular por todo el reino e incluso jugar con mujeres mortales.
En un momento como este, ¿realmente tenía que sacar todo eso en cara? No es como si Soobin se avergonzara de todo lo que hacía, simplemente vivía su vida como si al día siguiente alguien lo estuviera esperando para cortarle limpiamente la cabeza. ¡Por un Demonio! Solo quería morir y estar en paz por una bendita vez.
— ¡Padre por favor piedad! — La intervención de Beomgyu incluso fue totalmente dejada de lado, siendo apartado bruscamente por su padre.
— Es lo que merece. ¡Se ha aliado con un inmortal! — Hueningkai no disimulaba el odio en sus palabras, Beomgyu seguía mirándolo en reproche mientras intentaba recuperar el aliento por el empujón tan brusco que el Rey Demonio le había dado, posándose frente a Soobin para protegerlo.
— Cállense los dos. ¿No les avergüenza ser demonios de clase alta? ¡Por todos los demonios! Solo deseo hijos devotos y en su lugar me envían a un puñado de bastardos. — ¿sentir vergüenza de su estatus? No creo que esa sea la pregunta correcta para hacerle a los tres príncipes demonios. — Guardias, llévense a Soobin a su palacio, no puede salir sin mi permiso.
Los guardias acataron las órdenes llevándose al tercer príncipe a rastras hacia sus aposentos. Los príncipes restantes seguían mirando en dirección hacia Soobin hasta que desapareció completamente del rango de visión.
— Comuníquense con su cuarto hermano, la guerra será muy pronto.
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La luz traspasaba por las cortinas blancas transparentes. Había amanecido tan rápido o por lo menos eso había pensado Taehyung cuando nuevamente se removió en la cama, siendo claramente molestado por la luz del sol que reflectaba directamente en su cara. No pudo evitar abrir lentamente los ojos, sintiéndose cansado a pesar de haber dormido por más de dos días desde que había sido rescatado del Reino de los Demonios.
El Reino de los Demonios... ah, Taehyung no podía evitar sonreír como un estúpido enamorado al recordar como el guapísimo Dios del Viento había acudido a su rescate, diciendo que era parte de su gente.
