Capítulo 82: Lo más probable.

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Shen abrió los ojos de un sobresalto, cubierto de lodo y basura. Examinó su cuerpo con detalle, heridas y quemaduras lo suficientemente fuerte para traspasar sus escamas fueron el resultado de la batalla contra Shen-Ha. Se levantó lentamente y avanzó hasta un charco no muy lejos de él, limpió su rostro y observó su reflejo en el agua. Cuánto había cambiado todo, hace un año jamás se habría imaginado acabar con Shen-Ha, hace un año jamás habría pensado en enfrentar a los otros guardianes de frente o habría pensado en superar sus límites, hace un año parecía tan lejano, como un simple sueño. Dragones volaron sobre él sin percatarse de su presencia, se ocultó bajo el follaje de las plantas y avanzó cuidadosamente siguiendo el rastro de Elizabeth y los demás.

...

«Tu elección decidirá el futuro del mundo» Elizabeth no podía sacar esas palabras de su cabeza. Para ser una ilusión fue bastante real, se sintió más que real. ¿A qué elección podría referirse Alios? Tener que intentar descifrar que significaba sólo aumentaba el pesar sobre los hombros de la pelirosa, tanto que estaba ignorando a sus compañeros sin darse cuenta.

—Tierra a Elizabeth. ¿Me copias? —Chelsea pasó su mano frente al rostro de su amiga sin respuesta alguna.

—¿Eh? ¿Dijiste algo? —Elizabeth por fin reaccionó, confundida y alerta.

—Dije que te apresures —La pelirroja señaló adelante —. Te estás quedando atrás.

En su distracción, Elizabeth no pudo notar que su paso era más lento, Let y Min-Ha ya la habían dejado atrás por al menos treinta metros y aumentando. La pelirosa asintió con firmeza, aumento el paso hasta llegar donde Min-Ha. Guardó silencio unos instantes y caminó a lado del Xing long en silencio un rato.

—¿Te puedo preguntar algo? —dijo ella muy desconfiada.

—Adelante —respondió Min-Ha cortésmente.

—¿Cómo... cómo era él de joven?

—No sé qué responder a eso —Min-Ha llevó su mano a la cabeza —. Él y yo no interactuábamos mucho.

—Lo sé —Elizabeth asintió nuevamente y observó a Min-Ha con determinación —. Dime lo que puedas.

—¿Por dónde empezar? El Shen de antes solía ser muy huraño y hosco. Limitaba su contacto con otros y no dirigía la palabra a menos que fuera absolutamente necesario.

—Ya lo creo, era bastante difícil al comienzo.

—Debo admitir que me sorprende —Min-Ha retiró una gran roca del camino con facilidad —. El Shen-Lee que recuerdo no era tan hablador y cordial. Las únicas personas con las que recuerdo haberlo visto tan familiar era con Da-Xiang y con la princesa.

—¿La princesa? ¿Su prima? —preguntó Elizabeth sorprendida.

—No, ella no. Su madre, la fallecida princesa Ling.

—¿La princesa Ling? —Elizabeth hizo un gesto de comprensión —. ¡Ella!

—Ella era la única persona a la que Shen parecía tener algo de afecto. Se dice que inclusive la obedecía por sobre Da-Xiang.

—Ella... —Elizabeth dudó un segundo —. ¿Cómo murió ella?

—Fue asesinada. A decir verdad no estoy seguro de los hechos, pero me parece que fue por unos rebeldes.

—¿Rebeldes? ¿Hay algo así aquí?

—Aunque no llamamos país, la realidad es que somos un imperio, un gran imperio, formado por muchos otros reinos conquistados a lo largo del tiempo. Es normal que no todos estén de acuerdo con el control que ejerce la capital sobre Xing. Por eso existen las estrellas guardián, para mantener a raya a esos rebeldes.

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