Los sombreros de Santa
Miércoles🎄
Horacio se abrió paso por comisaría, sorteando los pasillos y subiendo las escaleras hasta llegar a la oficina de su jefe. Allí, lo esperaban los 3 hombres con los que compartía el día a día.
El paso 1 de su plan tomaría lugar en aquella reunión; originalmente, destinada a discutir la tasa de crímenes de diciembre —seguramente, en aumento—.
La puerta se abrió y todos los presentes se giraron hacia él; pasando la mirada, inmediatamente después, hacia los objetos que portaba en sus manos.
- Me cago en la puta... - el rubio rodó los ojos al reconocer instantáneamente lo que aquello era.
El de cresta quiso abrir la boca para hablar, pero Gustabo elevó su dedo índice, mandándole a callar a través del gesto.
- No, es que ni hables, cerdo. Solo dámelo de una vez. - el falange que había sido levantado se volteó; el de piercings ahora ofreciendo, en cambio, su palma. Fue ahí en donde, con una sonrisa, el menor depositó la roja y arrugada prenda.
Por mucho que su mejor amigo se mostrara inicialmente reacio a la idea de la navidad, el pelirrojo sabía que poco a poco le había cautivado. Ya ni siquiera tenía que insistirle en cumplir sus caprichos.
Gustabo sabía lo mucho que aquella festividad significaba para él.
- ¿Qué es eso? - la pregunta de Viktor no recibió una respuesta, pero tampoco hizo falta una. Junto a Jack, observó como los inspectores colocaban sobre sus cabezas nada más y nada menos que...
Sombreros de Santa.
...el silencio reinó en la sala.
El ambiente se impregnó de una peculiar mezcla: la paciencia de Conway agotándose y volando por la ventana ante el hecho de tener que aguantar las interminables gilipolleces de aquel par, junto a la incredulidad del ruso ante la realización de que su pareja de verdad avanzaría hacia su objetivo.
- No se te ve la cresta, tío. Pareces calvo - carcajeó el de ojos azules; consiguiendo como respuesta una mirada asesina que, en cuestión de segundos, se relajó, convirtiéndose en una inevitable risa que acompañó a la suya propia. Efectivamente, solo los mechones que caían en su frente eran visibles.
Luego de unos segundos de silencio, el menor se acercó hacia el ruso y, tomándolo por sorpresa, colocó uno de los gorros sobre su gris cabellera en un abrir y cerrar de ojos. Adivinando su próximo movimiento, Horacio agarró las muñecas de Viktor —las cuales ya se estaban dirigiendo a la roja prenda—, para así impedir que se la quitara.
- Venga, va, no seas un aguafiestas... - hizo un puchero, tratando de convencerlo mientras luchaba por mantener las manos del más alto quietas.
- ¡Pe—pero vamos a ver, Hache! - exclamó el pálido hombre, intentando zafarse - N—no puedo utilizar esto estando de servicio, Horacio, por el amor de Dios. ¡Que soy comisario! - Volkov seguía forcejeando; mientras que el mencionado solo se podía enfocar en el hecho de que, a sus ojos, el mayor se veía absurdamente guapo.
- ¡Y yo soy inspector jefe! - rebatió con una sonrisa, desestimando el intento de "tirar de rango" - Veeenga... úsalo, ruso, va. Hazlo por mí. - su labio inferior volvió a sobresalir, y el mayor solo suspiró.
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Viscum Album - volkacio (+18) [Especial Navideño]
Fiksi PenggemarViscum album, llamado comúnmente muérdago, es una planta perteneciente a la familia de las santaláceas. La tradición navideña de darse un beso cuando se está de pie debajo de esta flora, se ha mantenido vigente hasta la actualidad. Quizás sea esa mi...