El guardián volvió un tiempo después. Quería asegurarse de que estaban a salvo.
Melfos se movía de un lado a otro esperando a que volviera. Los gritos de Marit no cesaban.
Y menos aún después de escuchar a Dissior y a Folmer decir que se la llevaban al cielo.
Marit no podía respirar. Su ansia aumentaba y sus manos escocían demasiado.
La paciencia de Folmer al ver sus manos se agotó. Tenía que estar perfecta para sus planes.
-¡Deja de tocar la burbuja! - chilló a la niña. Esta, se encogió hacia atrás con miedo y no volvió a tocarla.-Ya estoy aquí. - se presentó el guardián en las mazmorras. - Luzmor, tu abuela se está encargando de las personas a las que he llevado. Se las ha encontrado en la entrada del pueblo. - el chico asintió, y todos volvieron a unirse a hablar.
-Tenemos que sacarla. - el primero en empezar fue Melfos, quien estaba preparado para todo.
-Subiremos y la buscaremos. - Luzmor continuó animado, deseando actuar rápido.
-Dissior la tiene. No podemos entrar y llevárnosla. - Minna fue directa, y eso le dolió un poco a Melfos.
-Intentaremos que se dé cuenta de que intentamos rescatarla. - volvió a decir Melfos.
-¿Y si está atrapada? - Philips los calló a todos mientras le miraban con miedo.
-Procuraré sacarla de dónde esté. Soy muy pequeño y puedo... - el guardián habló, pero Minna saltó.
-Dissior es el rey más poderoso que hay en estos momentos. Además está Clanmiana. Ella también estará allí. Hay que distraerla.Una hora después, tras debatir el plan demasiadas veces, todos se prepararon para luchar. Melfos tenía miedo. Mucho. Le temblaban las piernas, y su corazón latía muy rápido. Luzmor y Philips estaban listos y decididos. Minna y el guardián presentían algo extraño. Tenebroso. Oscuro. Pero tenían que intentarlo. Debían probar.
Subieron las escaleras rápido, pero tampoco querían cansarse. Temían que alguien bajara a ver a los prisioneros y lo descubrieran todo vacío.Cuando llegaron al final de la espiral de escaleras, el corazón de todos temblaba. Los dos chicos ahora estaban un poco inseguros. Pero era su amiga y su hermana, y no podían dejarla.
El guardián lanzó una energía que hizo que llamara a la puerta de la sala del rey. Este, Folmer, la niña y la bruja, se volvieron hacia ella con intriga. Nadie habló. Todo se quedó parado.
«¿Quién podrá ser?» se preguntaron Clanmiana y Dissior.
La puerta se abrió de par en par y no vieron a nadie. Ellos seguían quietos, en silencio.
De repente, Melfos apareció poniéndose justo en medio de la puerta.
Los dos reyes y la bruja se quedaron inmóviles después de verlo. Marit se tapó la boca con las manos alucinada.
-¿Papá? - fue lo único que pudo decir la niña.
-MA-Marit. - las lágrimas volvieron a salir junto con las de la pequeña.
Su momento fue interrumpido por Dissior, quien echaba humo por la nariz.
-¡¿CÓMO!? - preguntó a todos, pero sin esperar a que nadie le respondiese.
-Con nosotros. - todos los demás salieron y se pusieron detrás del anciano.
-¡Ahora! - Minna gritó, y un segundo después, el guardián y los dos chicos entraron en la sala dispuestos a todo.
Los dos muchachos estiraron sus brazos a la altura de los reyes, pronunciaron unas palabras y justo después, un hechizo blanco salió de las cuatro manos, en dirección a Dissior y Folmer.
Por muy increíble que fuese, ambos cayeron al suelo. Mientras el guardián se encargaba de Clanmiana.
Melfos aprovechó su única oportunidad para sacar a Marit.
Al ser mayor, iba despacio, pero eso no le impedió saltar de un lado a otro, esquivando cada objeto roto en el suelo. Marit lo observaba con emoción. Cada paso que daba, estaban más cerca.Melfos no tenía constancia de la burbuja dura y oscura. Y cuando llegó al fin, mientras los chicos mantenían a los reyes en el suelo paralizados y el guardián lanzaba contrahechizos a Clanmiana, Melfos tocó la bola y sus miradas fueron fugaces, porque una onda negra expansiva, lanzó por los, aires a todos los que se encontraban allí. Ella se quedó paralizada al ver lo que había sucedido. Parecían que todos estban inconscientes. Marit soltó un grito sordo al ver volar a sus amigos. Los hechizos de Luzmor y Philips terminaron y el guardián cayó al suelo junto con Minna y la bruja.
El primero en incorporarse fue Dissior, quien enfurecido, subió su cetro y lanzó un hechizo negro como el carbón, haciendo retumbar el suelo.
Todos despertaron y se levantaron, preparados para volver a luchar. Pero lo que sus ojos vieron, dolió más que cualquier golpe físico.Folmer y Dissior volaban en aire, saliendo por la ventana junto con la esfera y Marit en el interior de ella.
-¡¡NOOO!! - aquella palabra fue lo que todos gritaron. Marit también gritó sin parar, una y otra vez. Melfos salió por la ventana, alzando el brazo con la simple y remota esperanza de que se la devolvieran.-¿Adónde se la llevan? - Melfos gritó a todos sus amigos, pues no podía aguantar más, y ellos lo entendían.
Nadie dijo nada. Nada se movió, ni nada volvió. La sala, el castillo y cada uno de ellos, se quedó en silencio. Uno rotundo y siniestro. Ese silencio eran tenso y dolía.
-Yo lo sé. - una voz. Una simple voz hizo que todos, vieran una luz en el túnel. Una rayo de luz; un puntito de amarillo que les daba fuerzas, a pesar de todo lo que habían hecho. Aunque el guardián transfieriese poderes a los pequeños. Melfos se giró hacia Luzmor y sus lágrimas caían hasta absorberse en la alfombra.
-¿Qué? - las palabras del anciano no podían salir. Se atragantaban dentro.
-Sé a dónde se la llevan. - dijo Luzmor muy seguro de lo que decía. Se acordó al instante de la historia que le contó su abuela. Era un secreto, pero Marit necesitaba su ayuda, y era el momento de subir. De descubrir el secreto que tanto tiempo había estado oculto. -Van al cielo. Hay un castillo en la nube más grande.
Melfos se tambaleó un poco, y eso hizo que se apoyáse en la pared de piedra.Mientras tanto, donde los pájaros vuelan, una niña llora sin parar, rezando porque algún día, sus amigos puedan salvarla.
Su presentimiento se había cumplido.
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Flores de invierno I
FantasíaPara Melfos su vida siempre había sido la misma. Pero cuando un día, ve junto a su puerta un bebé, su vida tal y como la conoce, cambia totalmente. Marit deberá afrontar todo lo que se ha estado haciendo en su ausencia. Tendrá que enfrentarse a sus...