Una elegante joven entró en el estudio, su vestido casual era de la más alta calidad, al igual que el resto de prendas y joyas que llevaba. Su cabello iba con unas suaves ondas en las puntas. Era una belleza.
—¡Marco! ¡Cuanto tiempo sin verte! —le saludo eufóricamente la joven.
¿Dos meses? ¿Tres meses? Marco ya no recordaba cuanto tiempo llevaban sin verse, tampoco era que le interesara. Desde que tuvo el accidente, Kamil se había metido más en su vida. Ahora se creía con autoridad para inmiscuirse en sus cosas.
Ella pertenecía a una línea secundaria de una de las siete grandes familias. Ambos se habían conocido de pequeños. Se reunían seguido ya que las madres de ambos se llevaban bien. Años más tarde, cuando tenía por hay unos 14, se enamoró de Marco, 3 años mayor que ella. Lo perseguia de forma secreta, hasta después del accidente, donde dejó ver su verdadero ser.
—No me avisaste que vendrías. —la reprendió.
Internamente hizo una mueca, siempre era igual con ella, frío. Ya no le sonreía como antes.
—Quize darte una sorpresa. Además que extrañaba a la pequeña Fleur y al tío. Quería verlos.
Ella podría parecer como una blanca paloma frente a los ojos de sus familiares. Pero cuando algo o alguien no le gustaba, la parte de sangre de la mafia que corría por ella se activaba.
—Fleur llegará más tarde, y mi padre no llega hasta pasadas las siete de la noche. Si quieres puedes quedarte a almorzar.
Jamás cambiaría. Nunca había llamado su atención, ni siquiera la vio como mujer.
—Eres un aburrido. Pensé que querías verme.
Marco siempre trataba de llevarla por el lado bueno para no tener problemas con ella. Aunque no perteneciera a la línea central de la familia, tenía suficiente poder como para causarle muchos problemas.
—Kamil ¿A que has venido? —le dijo sin rodeos.
La joven fijó su vista en él, dejó salir una mueca para luego brindarle una sonrisa.
—Los Lombardo darán una fiesta por el cumpleaños del señor Jorge, y como sabrás, he venido con Peter para asistir a la fiesta.
Él frunció el ceño, ella jamás asistía a esas reuniones. Tan solo esperaba que aún no supiera nada de Lucía, debía averiguarlo.
—Me he encontrado con alguien interesante esta mañana. —le dijo misteriosamente, lo que hizo que por un momento Marco se tensara.
Pensó que se refería a Lucía, pero de inmediato recordó que en el lugar también se encontraba Danna.
—¿No te cansas de tu jueguito? —le espetó a Kamil.
Ella tan solo acomodo su pose, y doblando sus dedos para ver sus uñas, le dio una sonrisa a Marco, junto con una mirada retadora.
—Eso depende de ti. —le respondió tranquila.
El tan solo bufo, y resignado dejó el tema. Acomodó su silla de ruedas y llamando a Valentino, salieron de allí.
Otros días pasaron y por fin se llegó el día de la fiesta de los Lombardo. Esta vez la fiesta se hizo en el club campestre privado de la familia, estaba a una hora de viaje fuera de la ciudad.
Se decidió que la fiesta sería desde las cinco de la tarde, de hay en adelante duraría hasta que el último invitado se fuera.
Los primeros en llegar fueron Carmen, David, Lucía y los sirvientes de la casa, ellos debían de terminar los últimos detalles.
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ADN Lazos de sangre
RomanceLucía Lombardo Montes, la bastarda de la familia Lombardo, hermosa e inteligente, con una sola cosa en mente, sobrevivir en el mundo más peligroso que podía conocer, la mafia. Marco Olivieri, el segundo hijo de la familia Olivieri, un hombre frío qu...