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El año escolar habia terminado y exactamente hace dos días no habia tenido otra minima interacción con el nuevo vecino, y no es como que quisiera encontrarmelo de "casualidad" para luego tratar de entablar una conversación, no, no tenía para nada esa intención.

Notese mi sarcasmo.

Y quizá muchos me creerán loca o acosadora por espiar detrás de la ventana de mi sala, solamente para verlo por unos míseros segundos pero en mi defensa, hay algo en él que me resulta familiar y un poco extraño.

Es una sensación rara, casi como si sus ojos trajeran a mi un deja vú.

Realmente no dejo de pensar en ello, y en el por qué me siento tan curiosa. He estado tan ocupada dándole vueltas al asunto que incluso Hoseok se preocupó por mi.

No es normal que Jung Soomin esté callada.

— ¿Podrías alejarte de la ventana por un segundo? Pareces psicópata, enserio. —Hoseok me empujó lejos de la ventana de la sala y luego me miró con el ceño fruncido.

— Es un país libre, pierdete Hobi. —escupí con irritación.

— Eso no quiere decir que pasarás día y noche espiando a ver si sale el vecino. —gruñó y se cruzó de brazos.

— ¿Sabés qué? Iré a casa de Jungkook, vuelvo en un rato —pasé rápidamente por su lado para tomar mi zapatos y salir de casa.

Hice un par de muecas en el reducido camino de mi vivienda hacia la de mi mejor amigo, cuando estaba por tocar la puerta escuché el ruido de un motor apagarse justo frente a la casa de los Kim.

Y no era el auto de la matriarca de esa familia.

Con la curiosidad matándome corrí a esconderme en cuclillas tras la pequeña cerca del patio delantero de los Jeon y así observar mejor quien visitaba a los nuevos vecinos.

Un hombre mayor y bastante apuesto a decir verdad salió del vehículo, se recostó en el mismo y luego texteó algo en su móvil; segundos despúes el chico castaño cargando una mochila a paso lento se acercó a él.

El hombre sonrió en grande al verlo, su rostro pareció iluminarse y ahí me dí cuenta que aquel hombre podía que fuera el padre del chico Kim.

Hice una "O" con mi boca y ladeé la cabeza al notar como el chico evadió el abrazo que el hombre quiso darle, se veían notablemente incómodos pero el hombre sonrió tratando de alivianar un palpante ambiente tenso, luego de un par de palabras entre ellos; subieron al auto y se marcharon.

— Uh~ padres divorciados —solté canturreando para levantarme del césped.

— ¿Acaso eres espía? —salté en mi lugar al escuchar la voz de Jungkook en mi oreja.

Me giré con rápidez y mi rostro quedó muy cerca del suyo, mis mejillas tomaron color por los nervios que me daba tener tan bonita sonrisa y nariz arrugada frente a mi.

Reí nerviosa y él relamió sus labios divertido.

— Tú... digo... Yo... Yo no espiaba a nadie, ¿por qué lo haría? —balbuceé.

Nerviosa me moví de mi lugar tomando una gran distancia de él.

— Claro, Hoseok me ha contado que llevas dos días espiando a los nuevos vecinos —con esa linda sonrisa se cruzó de brazos.

— ¿Hoseok? —hice una mueca confundida, ¿en que momento mi hermano y Jungkook hablaron sobre mi?, paso todo el día pegada al pelinegro.

— Te sorprendería todo lo que hablamos frente a tí estos dos días y no lo notaste —una suave risa salió de él.

Autismo || KTH || En cursoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora