Cap 1

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Esta historia comienza con dos personas que han pasado por relaciones tóxicas, lo cual ya no tenían fe en el amor. Un día ella paso por la esquina de su casa y cruzo miradas con un hombre, se saludaron cordialmente; todos los días ella pasaba apurada pero saludaba al señor de seguridad que cuidaba la pizzería, un día ella le hizo un chiste, otro él a ella.

Después él se armo de valor y le dio una carta a ella con su número para hablar y conocerse mejor, ella lo tiro sin pensarlo, se arrepintió, lo recupero y se animo a escribirle por celular. Las charlas fluyeron solas hablaron de todo a gusto, ya se trataban como conocidos de toda la vida; dentro de sus corazones estaba sembrada la semilla del amor.

Su primera cita fue un paseo al orilla del rió, ella no se dejaba ni que le agarre la mano, el insistía para arrimarse a ella, la segunda cita Carlos pudo agarrarle la mano jugando. Así convenciéndola de apoco, intercambiaron mates, charlas; entonces en la quinta cita se sentaron en un banco de una plaza Daiana se recostó porque estaba cansada, él acomodo la cabeza de ella en sus piernas y le acariciaba los cabellos, ella se relajo, cerró los ojos y él aprovecho a robarle un beso.

Pasaron unas citas más antes de su encuentro íntimo, ambos acordaron salir al pool a pasarla bien, ella se puso linda y fue a la esquina, se subió al auto de él; jugaron, tomaron tragos con frutilla, bailaron, pronto ya sus cuerpos estaban pidiéndose a gritos juntarse y decidieron irse a un motel. Entraron al lugar, esperaron ansiosos, pero no dejaron de manosearse, tomaron una habitación con garaje, besándose, tocándose bajan pero no llegan a la habitación, sus excitados cuerpos no se aguantaron las ganas de recorrerse, probarse lujuriosamente arriba del capo del auto comienzan a devorarse; se desvisten a medias sin dejar de degustarse, él la penetra y ella gime de placer, disfrutan un rato y se percatan que no entraron a la habitación.

Ella avergonzada se tapa y sube a la habitación, detrás viene él, ya en la habitación vuelve a complacerse sexualmente lo que hicieron en la cama, en el sillón y en la ducha se quitaron las ganas; hicieron varias poses, tuvieron sexo de varias formas. Daiana tomaba las cosas de cómo algo del momento, una amistad con derechos a lo mucho, pero Carlos intentaba algo serio con ella, tendría que esperar, tuvieron otros encuentros íntimos, ninguno igual al anterior.

Para el cumpleaños de Daiana el le regalo un ramo de flores, la llevo a cenar a un lugar bonito donde se sacan fotos juntos, tienen una bella conversación y por supuesto fueron un motel; esta vez fue un encuentro delicado, él la desvistió suavemente, le beso desde la punta de los pies hasta su frente recorriendo el terreno sin dejar lugar por visitar. Ella extasiada se atreve a pedirle que explore con su sexo, él jugó, ella gritaba de placer y en un momento estaba liberando fluido de goce. Carlos no podía creer cuan placentero era estar con esa mujer.

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