Rito

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La mañana del viernes Sungchan se levantó con una sonrisa gigante, que iluminaba su habitación y a todo aquel que entrara en esta. Durmió abrazado a Rito toda la noche y no se sintió solo, ni tuvo miedo ni un segundo.

Sus padres llegaron temprano en la mañana y estuvieron junto a él durante todo el tiempo que los doctores le hicieron algunos últimos exámenes. Solo para estar completamente seguros antes de que el niño pudiera retirarse del hospital.

Al mediodía almorzó con sus padres en la cafetería del lugar, mientras esperaban los resultados de los exámenes.
A la 1 los exámenes estaban listos y ya les habían asegurado que Sungchan estaba completamente listo y sano para irse.
A las 2 ya había terminado de recoger todas sus pertenencias de la habitación con ayuda de su madre. Mientras hacia esto Sungchan llevó su mirada hasta la parte de la habitación que le pertenecía a Shotaro, llevándose una sorpresa al darse cuenta que sus cosas no estaban ahí. Quizás fueron retiradas en la mañana y el no se había dado cuenta. Tal vez se las habían llevado a su nueva habitación.

Todo esto lo llevo al pensamiento de que tenía que ir a ver a su mayor antes de irse. Debía despedirse y entregarle a Rito para que no se sintiera solo y no tuviera miedo. Por lo menos durante los días en los que Sungchan no pudiera visitarlo. Pero le rogaría a sus padres por venir lo más seguido posible, mientras esperaban que Shotaro tuviera permiso de salir también. No podía esperar a estar juntos fuera de estas blancas paredes.

El niño iba con sus padres saliendo de la habitación. Su papá llevaba su maletita mientras el llevaba su mochila colgada al hombro. Para llegar a la salida del hospital debían pasar por las blancas puertas dobles, donde aprovecharía a preguntarle a la señorita Yang si podría ver a Shotaro antes de irse.

— ¡Señorita Yang! —se soltó de la mano de su mami para salir corriendo a la dirección de la enfermera, llegando a los pies de esta en pocos segundos—. Señorita Yang, ¿puedo ver a Shotaro antes de irme? —la mirada que le dedicó la adulta no le decía nada bueno al menor, mientras veía como está se arrodillaba a su lado.

— No creo que puedas verlo hoy, cariño. —la mano de la señorita paso su mano delicadamente por los despeinados cabellos del niño, que la miraba con decepción reflejada en sus ojitos—. Te dije que usualmente no podemos dejar a cualquier persona, ayer fue una excepción.

— Pero yo no soy cualquiera, ¡Soy Sungchan! —alzó su voz y sus brazos dando un pequeño salto en su lugar. La emoción siendo rápidamente remplazada con un leve susurro y una mirada llena de tristeza—. Yo soy la “especion” y necesito ver a mi hyung antes de irme, por favor.

El niño pasaba la mirada de la enfermera hacia sus padres, esperando algún milagro que lo dejara ver a su mejor amigo.

— Yo creo que a Shotaro le encantaría verlo. —una voz de mujer hizo presencia, haciendo que Sungchan volteara en su dirección, observando a la mujer y a un hombre junto a ella. Posiblemente tenían rato parados ahí y el no los había notado. Al observarlos con atención los pudo identificar como los padres de Shotaro, a quienes había logrado conocer las veces que estos venían a visitar a su hijo—. Entiendo que esto no es lo usual, pero si puede aunque sea dejarlo por algunos segundos. Solo para despedirse de mi bebé.

Su mirada volvió hasta la enfermera que veía de los padres de Shotaro de manera afligida. Duraron unos segundos callados donde la señorita Yang conecto su ojos con los del menor, llenos de esperanza. Un suspiro salió de los labios de la adulta mientras se levantaba del piso, donde se había arrodillado tiempo atrás.

— Solo serán algunos segundos, te despediras rápidamente y te traeré con tus padres de nuevo para que vuelvas a casa, ¿de acuerdo? —el pequeño asintió enérgicamente con una sonrisa de oreja a oreja. Tomó la mano de la señorita y se acercaron hasta las grandes puertas. Lo último que pudo ver antes de que se cerraran, fue como los padres de Shotaro lo veían con una sonrisa que no llegaba a los ojos.

𝑷𝒍𝒂𝒚𝒕𝒊𝒎𝒆;; 𝑵𝑪𝑻Donde viven las historias. Descúbrelo ahora