6-COMIDA

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La reunión del día uno había terminado, el sacerdote comprendió el por que su señor no gustaba de esas reuniones, sus excusas no tenían sentido y las sugerencias eran confusas por lo que no ayudaban de mucho en ese supuesto apoyo que se daban mutuamente, algo que le llamo mucho mas la atención fue que pudo observar que los ángeles, ellos tenían miradas tímidas y nerviosas algo que no común de ver en un ángel al menos en su especie incluso el mismo no compartía esa mirada, se sentía fuera de lugar era algo nuevo para todos mucho mas para el

- ya es hora de comer -aviso Yinqie- ángeles vayan a preparar algo -ordeno ya cansado

- Dai, dime que tienes el menú de hoy -pidió Zeno viendo a su ángel con un poco de indiferencia realmente nada le importaba solo quería que su ángel hablara aunque sea de cosas banales con el

- claro que lo tengo -le sonrió asegurándole que no olvido nada

- bueno ve con los demás ángeles a la cocina y prepararme algo -le ordeno soltando un bostezo

- claro solo le pido paciencia -se dirigió a la cocina junto a los demás ángeles

Dai llego a la cocina junto a esos ángeles sin prestarles una verdadera atención, estaba acostumbrado a trabajar sin hablar con alguien por lo que no sintió la necesidad de siquiera saludarlos de todas formas ellos parecían ignorar su presencia como si solo fuera una sombra, en ese momento en el que todos trabajaban uno de esos muchos ángeles dejo caer una cuchara de metal

- ¿ahora que hago? -pregunto el ángel mariposa sonando tan preocupado que llamo la atención de los demás- mi amo come comidas extravagantes y olvide la langosta en casa -sonó muy desesperado casi llorando- va...va a castigarme -comenzó a temblar como si eso fuese el fin del mundo

- que mal, espero que tu castigo no te duela tanto -hablo el ángel de colmena con poco interés concentrándose en su trabajo

- lastima que no pueda ayudarte -hablo el ángel de colonia igual de desinteresado

Dai observo esa indiferencia, el no era de ayudar a los demás pero hacer algo bueno de ves en cuando no hacía daño y mas si podías materializar cualquier cosa en la mano

- ¿dijiste langosta verdad? -pregunto Dai sin dejar de verdaderamente trabajar

- si -respondió llorando bajando sus coloridas alas con mucho terror en los ojos algo que confundió a Dai

- ¿de que tipo? -pregunto dándole menor importancia al miedo de ese ángel

- una langosta arcoíris -hablo aun mas desesperado- son muy raras y...y no puedo conseguir una de repuesto por aquí -apretó sus puños demostrando mucho mas miedo de lo que ya reflejaba

- ya veo - tomo su báculo que había dejado al lado suyo para no olvidarlo

El ángel de colmena volteo a verlo al igual que los demás preguntándose lo que podría hacer

- oye niño ¿que vas hacer? -pregunto el ángel de colmena- si vas a ayudarlo es mejor que no lo hagas, concéntrate en llevarle la comida a tu amo -lo regaño un poco ganándose solo una poca de atención por parte de Dai

-  es un compañero no veo por que no deba ayudarlo -sonrió de forma amigable mientras sacaba de su báculo una langosta arcoíris- toma te servirá mas que a mi -se la dio sin dejar de sonreír

El ángel mariposa tomo la langosta en manos dejando de temblar, dirijo su mirada a Dai como si viera una luz de esperanza

- gracias...muchas gracias -hizo una reverencia en forma de una agradecimiento algo desesperado- me salvaste de un castigo

Dai se confundió un poco con eso ultimo, no sabia realmente que castigaran a los Daishinkan y menos por un descuido tan común como ese, pensó un poco lo que diría a continuación, aunque sonara algo imprudente de su parte de verdad quería aclarar sus dudas

- ¿a ustedes los castigan?-pregunto mientras volviendo a cocinar cortando algunos vegetales

- claro ¿a ti no? -pregunto el ángel de colmena mientras hacia lo que pareciera ser sopa bastante elaborada

- la verdad no, Zeno sama nunca me a puesto un castigo y lo que podría considerar uno es solo un plan para molestarme - pensó un poco las cosas terminando de cortar

Todo quedo en silencio un momento hasta que el ángel de colonia decidió hablar de nuevo solo para que todo eso no fuese incomodo

- no nos hemos presentado como desvariamos -hablo el ángel de colonia metiendo algo al horno- deberíamos aprovechar el tiempo

- tienes razón -hablo el ángel mariposa micho mas animado- empezare yo, mi nombre es Diamant sin apellidos -hablo sonriendo mientras cocinaba

- mi nombre es Daiamondeu de la colmena 189000 incubadora 19, ángel rey -hablo el ángel de colmena terminando de cocinar

- mi nombre solo es Tree soy de la colonia 197800, huevo 2490809, posición de jerarquía ángel rey -hablo el ángel de colonia también terminando el platillo que cocinaba

- supongo que sigo yo -dijo Dai ya terminando de cocinar- mi nombre es Daiyamondo Whis Tenshin, soy el catorceavo hijo de la rama principal de la familia real, soy el rey de mi raza al mismo tiempo que soy un sacerdote -explicó tomando un plato para niños y sirviendo varios vegetales hervidos

Todos lo miraron mucho mas sorprendidos, de por si ese sacerdote les sorprendía por su extraña forma de ser al igual que la autoridad que demostraba

- ¿eres rey oficialmente? -pregunto Diamant también sirviendo la comida sin dejar de estar sorprendido

- si, mi hermano mayor murió por lo que obligadamente debo tomar su lugar en la corona -explico rápido

- que suerte yo no seré rey hasta que la reina muera y una hembra me elija -comento Tree sonando algo decaído

- mi caso es igual cundo una hembra me elija y la reina muera dejare de ser un Daishinkan - hablo Daiamondeu cruzándose de brazos esperando que la comida se enfriara un poco

-ya veo, fue un gusto charlar con ustedes ahora me retiro -aviso tomando el plato al mismo tiempo que le ponía un tenedor para niños

Todos fueron a entregarles las comida a sus señores, Zeno sama no parecía contento con su comida pues como todo niño no le gustaba mucho la comida sana

- no quiero vegetales -hablo como todo un niño pequeño haciendo a un lado el palto

- señor debe comer vegetales para que su cuerpo no reclame nutrientes y si no come no abra postre -le acerco el playo sin dejar de sonreír

Zeno sama miro a su sacerdote con el ceño fruncido pero no pudo reclamarle por que sabia perfectamente que su sacerdote era capaz de no darle postre

- esta bien pero espero que el postre sea bueno - comenzó a comer resignado

Los otros reyes miraban con mucha curiosidad al ángel de Zeno sama, pronto lo inspeccionaron con la mirada notando que la mirada de ese sacerdote reflejaba seguridad y autoridad, miraron por un momento a sus ángeles que eran de miradas nerviosas y tímidas, no había punto de comparación, era como comparar in guijarro con un diamante, tal ves el guijarro no se rompa pero el diamante brilla y vale mucho mas.

SIEMPRE A SU LADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora