Hola Lectores! Antes de que empiecen a leer, quiero decirles, que soy un desastre escribiendo escenas de sexo, así que, ténganme paciencia, y espero disfruten el capítulo.
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Kageyama ya sabía que al empezar a armar su nido y al querer el aroma de su manada en él, su celo estaba cerca. No se sorprendió cuando dos días después, se despertó, todo sudado, con sus pantalones y boxers mojados, y con un terrible ardor en el estómago.
Con un gemido, trato de alcanzar su teléfono celular, que estaba en su mesita de luz. Apenas pudo moverse un poco, una ola de calambres lo envolvió, y tuvo que llevar sus piernas hacia su pecho para detener el dolor. Tomo unas pequeñas respiraciones, tratando de calmarse, y volvió a moverse.
Con su celular en mano, Kageyama se arrastro lo más suavemente que pudo, de vuelta al medio de su nido, y acurrucándose sobre si mismo, marco un número conocido.
Daichi se había levantado temprano ese día, y estaba ayudando a sus cachorros beta de segundo año a preparar el desayuno, cuando se teléfono comenzó a sonar. Extrañado, por quien podría llamarlo a las seis de la mañana, lo tomo.
El alfa se sorprendió, al ver en el identificador de llamadas, el nombre de su omega, considerando que se supone, él estaba en su cuarto. De todas formas, contesto.
-Daichi-san... mi celo ya... comenzó... -Le llegó la voz de su kohai.
- ¡Ya envió a Asahi y Suga a tu cuarto! -Daichi respondió, y subió corriendo las escaleras.
Si su omega lo había llamado, en lugar de bajar a avisar, era seguro que su calor ya estaba en un punto alto, y él apenas lo podía soportar.
Daichi entro a la habitación de sus compañeros de tercer año que, por suerte, estaban despiertos.
-Daichi, toca antes de entrar. -Suga lo reprendió antes de ver la expresión de alarma en su alfa superior. - ¿Qué sucede? –
-Kageyama ya entró en celo, y los necesita a ustedes dos en su cuarto. Ahora. -La respuesta fue suficiente, para que ambos alfas, que habían estado cambiándose, asintieran, y salieran de su habitación con los pantalones de sus pijamas y las remeras de su preparatoria.
Tanto Suga como Asahi sabían lo que tenían que hacer para ayudar a aliviar a su omega, pero eso no significaba que no estuvieran nerviosos por hacerlo. Una cosa era ayudar a otro alfa con su rutina, y otra muy diferente, ayudar a su primer omega con su celo.
Tratando de mantener la calma, para no abrumar a su cachorro con sus aromas, tocaron la puerta de su cuarto, y luego entraron. No pudieran evitar taparse la nariz ante el aroma extremadamente fuerte a jazmines que había.
- ¿Kageyama? -Suga pregunto, mientras ambos se acercaban al nido.
Su omega había explicado que había dos almohadas funcionando como las puertas que daban paso al interior del fuerte, sin embargo, ninguno de los dos alfas podía identificar cuales eran.
-Kageyama, cielo.-Suga volvió a llamar. -Sé que no estás bien, pero no estaríamos logrando entender cual de todas las almohadas funciona como puerta. –
Desde dentro del nido, el omega escucho a sus alfas hablar. Una parte de él quería llorar porque necesitaba a sus alfas a su lado, y la otra quería gruñirles por no saber por donde entrar, después de que él había explicado e indicado cuales almohadas funcionaban como puerta.
Con un gemido de dolor, Kageyama se levanto sobre sus manos y rodillas y gateo en reversa por su nido hasta que sus pies pudieron tocar las paredes de entrada. Dando una pequeña mirada, pateo las almohadas que había designado como puertas, eh hizo una nota mental, de marcarlas con una cruz cuando su calor bajara un poco.
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Nuestro Omega
FanfictionLa manada del club de vóley de Karasuno está compuesta solo por alfas y betas. Claro, hasta la llegada de sus nuevos miembros, entre los que se encuentra, Kageyama Tobio, un omega. ¿Qué tal les ira a todos con un omega en su manada? ¿Cómo se sentir...