Fake Smile (VHope)

Capítulo 2: You don't know me

Le hizo una seña a Tae para que lo esperara unos segundos en lo que atendía la llamada entrante. Se puso de pie y se alejó un poco para poder hablar con su progenitor. Taehyung sabía que estaba perdiendo y alejando al mismo tiempo al joven, era un completo tonto, si seguía actuando así lo único que lograría sería hacer que Hoseok se fuera. Suspiró y solo asintió a lo que dijo el menor antes de que se fuera para atender su celular. Justo a tiempo el mayor de los Kim comenzó con sus reclamos, diciendo que estaba actuando como un idiota y estaba echando a perder por completo el operativo, pero Taehyung estaba cansado de seguir órdenes para una misión que claramente no estaba resultando bien, por lo que se limitó a quitarse el auricular y guardarlo en su bolsillo mientras esperaba que el menor volviera. Mientras Jung trataba de lidiar con su molesto padre.

—¿Se puede saber dónde demonios estás, Hoseok? ¿¡CREES QUE ESTE ES EL COMPORTAMIENTO DE UN FUTURO MÉDICO!? CUANDO VAS A...

Y colgó, si Hoseok estaba dispuesto a irse ahora haría todo lo contrario, apagó su celular y lo guardó en el bolsillo trasero de su pantalón, volvió a dirigirse hacia Taehyung tomándolo de la mano y arrastrándolo hasta la pista de baile. El castaño sonrió cuando vio volver al menor, y más aún cuando fue arrastrado para bailar. La música era algo lenta, todos estaban bailando de manera seductora, y Hoseok no fue la excepción, pues empezó a moverse de manera provocativa. No pudo resistirse y comenzó a bailar tomando al menor de la cintura, pegándolo un poco más a su cuerpo, sin notar que su pareja de baile parecía no tener su cabeza en ese lugar en ese momento. Jung tenía muchas cosas en su mente después de la llamada de su padre, cosas que le hacían ruido y le impedían pensar con claridad, por lo que su cuerpo reaccionaba en automático, siguiéndole el juego al mayor, rozando su cuerpo contra el ajeno mientras bailaban al ritmo lento de la música, chocando a propósito su intimidad contra la de Taehyung.

No estaba razonando, ni quería hacerlo, probablemente cuando regrese a casa su padre lo castigaría, lo encerrará en su habitación y lo tendrá controlado todo el tiempo, lo privaría de su único escape y eso lo estaba sofocando. Si esa iba a ser la última vez que saldría libremente lo iba a aprovechar al menos. Más que asesinar, extrañaría el sexo pues se había vuelto algo regular en su vida, así que, si Taehyung estaba tan coqueto con él, lo usaría. El castaño estaba tan concentrado en mirar las caderas de Hoseok que no se percató del repentino beso que le había dado, pues el menor había tomado su rostro entre sus dos finas y delicadas manos, juntando sus labios y dando inicio a un beso poco estructurado, desesperado y sin un ritmo claro, aunque a Taehyung fuera de incomodarlo, le gustó al punto de corresponderlo de forma desastrosa y agitada, reafirmando con más fuerza el agarre que tenía sobre la delgada cintura de Jung.

Taehyung no estaba pensando con claridad, su objetivo de esa noche era atrapar al dicho asesino que las autoridades de Corea habían estado persiguiendo durante meses, pero no estaba en sus 5 sentidos en ese instante. De verdad estaba pensando en profundizar un poco más con Hoseok, hasta un tirón en su brazo lo hizo apartarse bruscamente, dejando con una cara de confusión al menor y en cuestión de segundos estaba siendo arrastrado fuera del lugar por Mina, una compañera de trabajo, una agente encubierto igual que él, le fue asignada ese mismo día para serle de apoyo en la misión.

—¿Qué rayos crees que haces? ¡Tu padre me tuvo que enviar a buscarte! ¿Por qué demonios te quitaste el auricular y pasaste completamente del operativo?

 —L… Lo siento, pero no había nada sospechoso, el operativo no estaba funcionando de todos modos.

Mina simplemente bufó rodando los ojos, con un movimiento de cabeza le indicó que la siguiera por el estacionamiento hasta llegar a la camioneta con todos los demás que estaban dándole seguimiento al operativo. El menor de los Kim estuvo maldiciendo en voz baja todo el camino de vuelta al departamento de policías, reconocía que estaba actuando como un niño haciendo un berrinche al enojarse porque simplemente no lo dejaron despedirse del chico del bar.