Cuando tenía 10 años veía a mi padre todos los días volando sus aeronaves de control remoto. Me gustaba recargarme en la mecedora del zaguán imaginando que dejaba su control remoto para volar un papalote conmigo. Cada que le preguntaba por qué no volaba conmigo mi papalote él me decía que "estaba ocupado", claramente no era así; mi ciego corazón no era capaz de pensar a tan temprana edad que solo era una excusa. No podía cuestionar que si él tenía 15 minutos para volar sus aeronaves también podía dedicar sólo unos minutos a volar el papalote con su hijo. Durante años mi madre y yo lo justificamos con un montón de excusas. Y así crecí. Ahora que está muerto no me duele su partida, él en vida se fue yendo poco a poco...
Entre excusas y mentiras.
ASR
