Ep. 15

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   —¿Estas seguro de que es aquí?—Preguntó Peverell, mirando el extraño lugar abandonado, sucio y putrefacto.
   —El mapa decía que aquí debía estar el hotel—Respondió el elfo, mirando el pergamino. Dobby esperó pacientemente a su ama en el andén 9¾ para poder ser su guía.
   —No, Dobby, tienes el mapa al revés—La chica le quitó la hoja, lo giró y se lo volvió a dar, el elfo se apenó por ello—Vayamos al otro lado de la ciudad.
   Dobby asintió y tomó la mano de la chica para transportarse y nuevamente aparecieron en otro lugar, que realmente parecía un hotel y la entrada era más lujosa de lo que parecía.
   —Te veo adentro.
   —Si, ________ Peverell—Respondió el elfo y desapareció como humo.
   La castaña se preparó y entró como cualquier persona normal. Realmente estaba tan cansada por el viaje y por las emociones en su cabeza. Se sentía triste al no poder despedirse de Draco, esperaba desearle una Navidad tranquila y quizá feliz, pero cuando bajó ni siquiera vio algún rastro de él, nada.
   —Buenos días—Saludó—Vengo de parte de Emily Jones.
   La recepcionista sonrió y la saludo cordialmente.
   —La señorita Jones me notificó, ¿________, cierto?
   —Sip.
   —Esta es la tarjeta de su suite, detrás de la pared de oro.
   —Gracias—Tomo su tarjeta, que no tenía nada solo estaba pintada de color plateado y tenía el nombre del hotel—¿Detrás de la pared de oro?—Se preguntó a si misma.
   Se detuvo frente a una gran pared dorada y se quedó mirándola un buen rato.
   ¿Detrás de la pared de oro?
   ¿Será que…?
   Peverell alzó su mano, para tocar la pared y observó como desaparecía.
   —Oh, ya entiendo—Dio un pasó al frente y su mundo se volvió muy colorido y luminoso.
   Frente a ella estaba una enorme cama matrimonial, tan blanca y esponjosa, en otra esquina había una gran piscina y un jacuzzi burbujeante. Una sala circular y en medio había un fogatero encendido, había áreas verdes, la bañera y el W/C.
   ¡Pero todo era tan lujoso! ¡Creía que estaba en el cielo!
   Soltó sus maletas, abrió la pequeña jaulita de Droqui, corrió hacia la cama y se lanzó encima, tan exhausta y cansada.
   —¿Qué estará haciendo Draco en este momento?—Sonrió, dibujando en la superficie del colchón, la sonrisa de él y luego se extendió de brazos y piernas.
   —Este lugar es muy hermoso, ama Peverell—Opinó Dobby, caminando por el césped, deteniéndose para acariciar al conejito.
   Ella asintió, suspirando mientras veía el blanco techo. Se levantó y caminó hacia un espejo que había allí, deshaciéndose de su peinado.
   Tenía tantos planes que hacer alrededor de todas las vacaciones. Pero al menos no pasaría una navidad sola, al menos tenía a Harry como única familia.
   En el mostrador del espejo, habían unos caramelos de menta, tomó uno para ella y regaló uno a Dobby, que lo saboreó plácidamente.
   Cuando de repente una criatura alada entró a la habitación por el jardín, era enorme y tenía un plumaje negro y café, era tan grande que asustó al pobre Droqui haciendo que corriera a esconderse a su jaulita.
   —No puede ser—Clamó Dobby, corriendo a esconderse detrás de la chica—Conozco esa ave.
   —¿La conoces?—Preguntó ella, tomando la carta que llevaba en su pico.
   —Es el búho real de la Familia Malfoy.
   El corazón de Peverell dio un vuelco, ¿Por qué el búho de los Malfoy llegaría hasta ella?
   Abrió el sobre y éste se puso a hablar.
   —Señorita Peverell, soy Narcissa Malfoy, de la Familia Malfoy, hemos sabido de su gloriosa y valiosa llegada y nos complace invitarla esta semana antes del día de navidad a una cena en nuestra mansión en Whilshire. Esperamos su presencia.
   Y calló.
   —No lo haga señorita Peverell, ¡No lo haga!
   —¿Y porque no lo haría?
   —No tiene idea de cuanta maldad hay en esa familia, ¡Irán familias repletas de mortífagos! Usted correrá peligro si va.
   —No te preocupes Dobby, estaré bien. Lo prometo.
   —Señorita, no lo haga. Dobby le ruega que no lo haga.
   —Dobby, voy a ir.
   Caminó hasta una mesa en el jardín y escribió una carta en respuesta. Al terminarla, la selló y la puso en el pico del búho y éste se fue volando enseguida.
   Después se puso a mimar a su conejito, que seguía asustado, sentándose a la orilla de la cama.
   —¿Quieres pedir algo de comer Dobby? Yo ya tengo hambre.
   —Pediré algo por usted.
   Peverell sonrió y se quedó pensando en las palabras del elfo. Sobre la Familia Malfoy, ¿Será que ellos tendrán un plan contra ella a la hora de cenar?
   ¿Envenenarían sus alimentos?
   ¿La secuestrarían?
   De casualidad… ¿Estará Voldemort allí?
   Tocaron la puerta y eso la sacó de sus pensamientos. Apartó a Droqui y fue a abrir la puerta, apareció un hombre alto, muy moreno y con una sonrisa demasiado blanca, al segundo intuyó que era el hermano mayor de Emily.
   —¿Markoss Jones?
   —Ese soy yo—Extendió la mano, dando un saludo cordial—Mi… Hermanita, me contó sobre usted y no tiene idea de cuán honrado estoy de recibirla en uno de mis hoteles y estoy aquí, para cualquier cosa que usted desea y pida. Y hoy, le trajimos una especialidad, alitas de pollo picantes y un corte de carne express con… Coca Cola—Mencionó, mientras un carrito entraba lentamente a la habitación, con los alimentos bien preparados y calientes y una cubeta con botellas y latas de refresco con hielos.
   —¡Caray! Esto se ve tan delicioso, ¡Muchas gracias Sr. Jones! Gozaré mucho de sus servicios y su atención.
   —Disfrute la comida señorita. Me retiro—Dijo despidiéndose con una cordial reverencia y cerró la puerta.
   Peverell se dio la vuelta y vio que Dobby se acercaba peligrosamente a la comida.
   —Ah, ah. Lávate las manos primero.
   —Por supuesto, ama.

Hechizo ~ Draco Malfoy Donde viven las historias. Descúbrelo ahora