Capitulo 22. - Se acabó.

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Capitulo 21.

*Lucas;

Al final terminé caminando hacia la piscina con Key  a mi lado sonriendo. Después de discutir con ella sobre que no quería ir, me cansé y acabé  aceptando. Me quité la camiseta que me había puesto minutos antes y le dejé encima de mi toalla, al otro lado del jardín, totalmente separados de donde estaban Zac y Kiara. Que ahora jugaban a cartas con Emma. Me acerqué al filo de la piscina y me tiré de cabeza, haciendo que toda la rabia que contenía se desvaneciese. Salí al exterior a coger aire y  me apoyé en las escaleras de la piscina. Mirando a Key fijamente. Estaba intentando matar a una abeja que se había puesto encima de su toalla. Sonreí y se me escapó una carcajada. Ella me miró con el ceño fruncido.

-¿Qué es tan gracioso?

-Tú -río mas-

-¡Eh! no tengo la culpa de que la abeja haya decidido tomar el sol en mi toalla -me apoyé en el bordillo y de un impulso, salí fuera de la piscina. Me acerqué a ella y maté a la abeja con el zapato de Key mientras cogía mi toalla y me secaba la cara-

-De nada

-¿De nada? ¡Qué asco! mira mi zapato, y  mi toalla -volví a reír y le miré divertido mientras ella se cruzaba de brazos y hacía un puchero. Me recordaba tanto a Kiara-

-Tonta…-le di un beso en la mejilla y me tumbé en mi toalla. Apoyando mi cabeza sobre mi hombro. I es cuando vuelvo a pensar en ella. Está ahí, a unos metros de mi, y lo único que se me ocurre hacer es pensar que Key es igual que Kiara. Bien Lucas, jódete la cabeza.

El día pasó normal. Divertido supongo para los chicos y horrible para mí. Quería ir a hablar con ella, explicarle, y poder decirle todo, pero no podía. No me miraba, no me hablaba y me ignoraba por completo. Se fueron todos, dejando la casa completamente en silencio.

Aún estaba en el sofá, con las manos en mi barbilla pensando en que hacer. Escuché el ruido de un plato romperse en la cocina. Me asusté y rápidamente me levanté, dirigiéndome hacia la cocina. I ahí estaba ella. De cuclillas recogiendo los trozos de cerámica rotos. Me acerqué rápidamente y le quité los trozos de cerámica de las manos. Dio un pequeño salto cuando me vio delante suyo.

-¿Te has cortado? ¿Estás bien?

No me respondió, se limitó a mirarme y agachar la cabeza. Suspiré fuertemente y paré de recoger los trozos. No podía seguir con esto. No quería separarme de ella. I solo llevaba unas horas. La miro fijamente mientras recoge los trozos del suelo. Hago una mueca y le cojo una mano, haciendo que pare de recoger los trozos. Me mira fijamente, yo sonrío de lado, intentando que ella muestre alguna emoción en su cara, pero no hay nada. Ni una mueca de enfado, ni una de tristeza, ni una de alegría. Está neutral. No sé qué hacer. Lucas, concéntrate. Le recojo detrás de la oreja un mechón de pelo y ella cierra los ojos mientras baja la mirada. Se la levanto para que me mire, pero esquiva mi mirada. No llores, ahora no.

-Kiara…lo siento

No dice nada, se queda callada mirando a un punto fijo. Coloco la palma de mi mano en su mejilla y le acaricio con el pulgar suavemente.

Princesa, ven conmigo hasta el infinito y más allá [En edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora