06: Tu verdugo.

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- Somos Mai.

- ¿"Mai"?

- Descendientes de una antigua y sagrada raza. No completamente humanos, no completamente dioses... los hijos de Bastet. La más poderosa raza de los dioses -Dice Hanna sacando de debajo de su camisa una pequeña cadena dorada con una figura en ella. Era un gato... un gato, sí.- Hubo un momento en el que se les veneraba, como a los faraones... Los Mai y los humanos tenemos una relación especial. Eramos sus protectores, lo que ellos decían nosotros lo hacíamos...

- Pero luego tuvimos una pequeña pelea. Supongo que se podría decir que nos cansamos de obedecer órdenes.

- Así que rompimos el vínculo sagrado...

- Esa es una interpretación. Pero no nos han cazado en generaciones...

- Está siendo ligeramente dramático, llevamos vidas bastante normales. Completamente normales, como la de los humanos -Finaliza Hanna de una vez por todas. Digamos que me encontraba en una situación incómoda, digo, no entendía nada de lo que decían.

- Eso no tiene ningún sentido -Exclamo mirándolos a ambos de manera confusa.

- En el fondo sabes que es verdad. Siempre has sabido que eras diferente -Dice Martín mirándome fijamente. En parte eso es verdad, siempre sentí la necesidad de saber porque era tan diferente. Y supongo que eso tiene que ver con mis padres biológicos.

- ¿Van a haber más... cambios? -Digo un poco nerviosa. Con mis garras ya sobra y basta, no necesito más cambios.

- No, sólo una cola -Dice Martín seriamente sentándose en una de las sillas de ahí. Lo miro totalmente aterrada y luego a Hanna, buscando una explicación.

- Ignorálo, se cree gracioso. Mira, sé que es difícil de aceptar, pero es quien eres.

- ¿Ahora te arrepientes de ser tan mala conmigo? -Dice Martín sonriendome. Sonriendome con esa hermosa sonrisa de ensueño. ¿Qué pasa?

- No -Digo firmemente rodando los ojos.

Él, como siempre, ignora mi comentario y responde a su manera.

- ¿Quién era ese tipo con el que estabas tomando café? ¿Era tu novio? -Genial, ahora me espiaran en todas partes, solo espero que por lo menos en el baño no se encuentren.

- No es de tu incunvencia -Le digo cruzandome de brazos.

- Por un segundo pensé que ibas a besarlo -Dice Hanna sentándose al lado de Martín, con una sonrisa.- Juro que casi en daba un ataque.

- Los Mai y los humanos no se relacionan demasiado bien. Supongo que lo llamarías "maldición".

- No podemos...

- Intimar -Termina la frase Martín. Es como si llegaran un libreto, es gracioso ver como uno comienza y otro termina.- A veces incluso algo tan pequeño como un beso...

- ¿Qué pasa si nos besamos? -Pregunto rápidamente.

- Depende del beso. Parálisis, muerte...

- A veces solo parálisis y muerte. Pero no te preocupes, no para los Mai, solo para los humanos...

- Martín. Lo juro, no besaste al chico, esta bien -Dice Hanna sonriendome. Pero no puedo estar bien.

- No es por él por quien me preocupo -Digo rápidamente al ver su foto en mi celular.

**

- No es culpa tuya. No podías saberlo...

Xavier. Me encontraba en la casa de Xavier. Lloraba, lloraba al ver lo montaban en una camilla y lo subían a una ambulancia. Su madre, supongo yo, una señora de mas o menos 45 años, lloraba desconsoladamente en una esquina. Me volteo rápidamente para volver a mi casa, pero Martín me toma del brazo.

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⏰ Última actualización: Jan 28, 2015 ⏰

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The nine lives of Chloe King.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora