El tiempo no borra todo.

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Baracoa se veía diferente, aún así Betty la recordaba muy bien, pues había sido una noche demasiado dura la que había vivido allí como para olvidarla. No porque el causante de haberla hecho sentir así fuese importante para ella, sinó porque la forma en que la había tratado, la había llevado a entender que el amor no era para ella, que nunca sería amada...

Estar allí la hizo revivir aquellos recuerdos como si hubiesen pasado apenas ayer, así que mientras recorría el lugar con la mirada, se vió entrando nuevamente junto a Aura María, vestida con gafas enormes, capul, y su vieja ropa pasada de moda... Se miró tan insegura, tan llena de miedos, que recordarse de esa forma, reflejó una profunda tristeza en su rostro.

Aura María que aparentaba vivir en su propio mundo, lo notó, y le pasó el brazo por encima de los hombros diciéndole al oído;
_ Tranquila Betty, usted ahora es otra. Va a ver que ésta noche la vamos a pasar tan chévere, que olvidará la anterior, y al imbécil de Rafael!_

Betty hizo una sonrisa fingida, contestando:
_ No se preocupe, Aura María, yo estoy bien._

Luego buscaron con la mirada una mesa dónde entrarán todas, y la hallaron lejos del tocador, y de la entrada. La mesa se encontraba cruzando la pista de baile, y hacia allí se dirigieron siguiendo a Mariana que la había divisado a los lejos, y que alzando la voz, debido al alto volumen de la música, les decía:
_ Allí muchachas! Vamos, vamos!_

Todas se apresuraron a ocuparla pues el lugar estaba repleto, y cuando estuvieron todas sentadas, Aura María, Mariana y Sandra, comenzaron a mover el cuerpo al ritmo de la música.
_ ¡Es divino el lugar Aura María!_
Dijo Mariana, mirando a su alrededor mientras se movía.

_ ¡Sí! ¡Y está lleno de triples papitos!._
Agregó Sandra mientras le sonreía tímidamente a unos tipos de otra mesa, que las observaban a distancia.

De repente dos muchachos, vestidos de traje, que las habían visto sentarse, se acercaron a la mesa donde se encontraban, e inclinándose uno de ellos para hablarle al oído a Aura María, y el otro a Betty, las invitaron a bailar.
_ No, gracias._
Respondió Betty, mirando hacia otro lado, intentando ocultar la angustia que le generaba el lugar.

Mientras que Aura María, para sorpresa de sus amigas, balbuceó:
_ mm.. n no, no... Gracias, no puedo..._ Luego viendo a sus amigas que la observaban con los ojos grandes, con expresión de pesar, se encogió de hombros, agregando: _¡Es que se lo prometí a mi grillito!_

Todas rieron, y los muchachos se alejaron con decepción, mientras Betty mantenía la mirada pegada al piso, tratando de entender porque se sentía de ese modo. Entonces Sandra, notando la expresión en su rostro, preguntó:
_ ¡¿Que le pasa Betty?! ¿Está triste?_

Todas voltearon a observarla, entonces Betty levantando la cabeza, secó un par de lágrimas, quedando expuesta al parpadear de las luces.

_ ¿Que pasa mijita? ¿Se siente mal?_
Preguntó Inesita con preocupación.

_ ¡Seguro que el ogro de don Armando le hizo problema por salir con nosotras!._
Dijo Sofía, molesta.

_ ¡Tranquilas muchachas, no es nada de eso, sólo cansancio!_

_ ¡A no mijita, esa cara no es por cansancio! ¡Mejor largue el chisme, porque es obvio que la está indigestando! ¡Vamos Betty cuéntenos que le pasa!_
Dijo Bertha, con mirada interrogante.

_ ¡No, pero que estrés con usted Bertha! ¿Es que no puede pensar más que en chismes? Dejé la bobada, pues! ¡¿No vé que Betty se siente mal?!_
Dijo Mariana molesta.

_ ¡A no pues! ¡Seguro que yo sóla quiero saber lo que le está pasando! ¡¿Acaso no se da cuenta que es precisamente por ello que necesita hablar?! ¡Guardarse lo que le pasa, mire cómo la tiene!_

Una nueva oportunidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora