Nuevo año, nuevas metas, nuevo enfoque.
Después de tres meses me preparo para arrancar un nuevo año en la facultad. Después del desastre académico que fue el primer año, he decidido que este año trataré de avanzar más que el año anterior (porque en esta historia la protagonista no es una chica diez como en la mayoría).
Con todos los libros en mi bolso y las energías renovadas me dirijo a la parada del colectivo, se que voy unos minutos atrasada pero con suerte no perdí el colectivo y no tengo que esperar una hora a que pase el próximo. Hoy, La suerte está de mi lado y llegó apenas unos segundos antes de que el mastodonte amarillo aparezca por la curva que está antes de mi parada, al subir saludo al conductor y me dirijo a los asientos del fondo y del lado derecho para que no me de todo el sol en la cara. A pesar de que ahora vivo más lejos, el trayecto es más corto y en 10 minutos estoy abajo del colectivo y por entrar al edificio. Al entrar me dirijo al primer piso para pedir mis horarios en la fotocopiadora junto con el programa de algunas materias, a pesar de que ya había visto mi horario en la página de la facultad prefiero tenerlo en físico para poder hacer las anotaciones y modificaciones que quiera sin tener que estar mirando todo el tiempo el celular.
Al salir de la fotocopiadora me cruzo con unos amigos a los que no veía desde el año anterior y juntos nos ponemos al día y comprobamos horarios para ver si coincidimos en las horas libres, para poder juntarnos a estudiar o a relajarnos, ya que no todos estudiamos lo mismo:
- Tengo libre a las 6, ¿les parece si bajo hasta el comedor y apartó una mesa para la cena?- se escucha la voz de Liliana- Ya me tengo que ir a clases así que me avisan- nos dice esto y se va a sus clases de vaya a saber que. Liliana está estudiando enfermería
-Bueno chicos, cualquier cosa avisan en el grupo quien va a cenar y si apartan un lugar- se escucha la voz de Gabriel
Luego del breve intercambio también se va y solo quedó con Alina, la única que estudia conmigo y comenzamos a hablar de materias, profesores y demás compañeros hasta que llegamos al tema del que no hablo hace meses.
- Que vas a hacer cuando lo veas? - pregunta
- No se, lo de siempre, si ni siquiera me nota, no debe saber que fui la de la carta- le digo mientras vamos hacia el aula.
- yo creo que sí sabe quién sos- me dice con su usual optimismo. Alina es un año menor que yo, nos conocimos el año pasado cuando salíamos de un examen de álgebra.
Alina es todo lo contrario a mi: alta, con una larga melena rubia llena de rizos, ojos grises y una personalidad chispeante, a veces me gustaría tener un poco de la confianza que se tiene a si misma y para con los demás, es de esas personas que se hacen amigas de cualquiera que tengan al lado y logran sacarle conversación hasta al más parco. Cuando nos conocimos yo apenas hablaba con los profesores y con muy pocos compañeros y solo era para las cosas referidas a la cursada, llevaba casi un mes en la universidad y todavía no tenía un grupo de estudio, ni siquiera con quién salir a comer algo y hablar cuando teníamos receso. Cuando nos conocimos salíamos de un parcial y éramos las únicas en el pasillo, ella porque esperaba a sus compañeros y yo porque todavía estaba acomodando mi bolso. Al instante empezó a hablar y no se quedo conforme con que solo le contestara sus preguntas sino que me obligó a ir con ella y sus amigos a tomar algo al comedor
- Siempre está sola, apenas te veo... No te gustaría sentarte con nosotros?- me dijo cuando estaba por salir
- Me cuesta conocer a las personas, por eso. Soy bastante tímida por así decirlo, pero bueno gracias por la invitación. Me tengo que ir- no sabía que más decirle, el hablar con desconocidos nunca fue mi fuerte
- ahora tenés una amiga fue su respuesta y se fue.Desde ese día cada vez que me veía me unia a su grupo y poco a poco me fui abriendo para conocer al resto
Al llegar al aula vemos que hay el usual gentío alrededor de la puerta como todos los primeros días y nos sentamos a un costado del pasillo a hablar hasta que llegue el profesor: - y si te encara cuando te vea? Me dice Ali,
- Lo dudo, apenas me registró el año pasado ni se acuerda quien soy. Y la verdad prefiero que siga así. Lo de la carta fue para desahogarme antes de irme y no quedarme atragantada con lo que me pasaba, y porfa no hablemos más de esto.- esa fue mi respuesta y veo que Ali trata de cambiar el tema pero ya no la escucho, me pongo a pensar en las razones en porque le dejé esa carta entre sus cosas. No ganaba nada más que el desahogo ya que ese mismo día en la noche me iba de vacaciones y no quería llevarme todos mis sentimientos sin que el los sepa, se que fue algo cobarde el que le haya dicho todo en una carta y no de frente, pero para ser sinceros la confrontación no es lo mío. Al levantar la vista, veo que está al otro lado del pasillo junto a Lucas, el no es conciente de como le clave la mirada, pero antes de que se de cuenta vuelvo a bajarla y me concentro en el libro que saque de mi mochila y me pongo a leer unas páginas para hacer tiempo hasta que llegue el profesor.
Es poco lo que puedo leer ya que no me puedo concentrar porque siento que alguien clavó su mirada en mi cabeza pero trato de ignorar la sensación y me obligó a leer la misma oración del libro por quinta vez hasta que se levanta un murmullo y esa es señal de que el profesor se acerca con las llaves del aula. Al pararme par a ingresar creo ver a Matías acercándose a mi pero como ya todos estamos ingresando al aula descarto la idea y me concentro en la clase que no es más que de presentación de la materia pero igual me parece de suma importancia para poder acomodar mis horarios de estudio, mientras el profesor se pone a explicar los horarios de consulta y los medios para hacer las mismas, siento que me tocan el hombro desde el banco de atrás y al girarme me encuentro de frente con el destinatario de mis sentimientos.

Por Una Carta Donde viven las historias. Descúbrelo ahora