Capítulo 9. "Shock"

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     Alemania 10 de Marzo del 2015.

     Marco.

     Todo sería sencillo si pudiera sacar a las chicas del club ocho. Sólo tendría que reunir un equipo y atacar la instalación. Pero, no es así de fácil. Mi padre es un sádico, siempre lo ha sido. El Consejo ha hecho su mayor esfuerzo por sacarlo del poder, pero es difícil hacerlo sin iniciar una guerra. Rixo tiene mucho poder y aunque todos se coloquen de acuerdo para derrumbarlo, habrían pérdidas irreparables.

     El mundo de la mafia es así.

     A mis trece años huí de Alemania. La relación de mis padres era tóxica y las cosas se colocaron feas. Mi madre odiaba el lugar en el que estábamos y junto al personal de la mansión hicimos un plan de escape. Hubo bastantes inconvenientes y mi madre no logró salir con vida.

     Fue una tragedia.

     Pero su deseo era que yo me fuera y así lo hice. Escapé de casa y llegué a Polonia. No tenía ni siquiera donde dormir, ya había pensado en quedarme en el aeropuerto. El dinero no me alcanzaba ni para una noche en el hotel más económico.

    Tuve suerte, porque el mismo día que pisé Polonia, conocí a Andros.

     Llámenlo destino, pero él confío en mí y decidió darme un espacio en su pequeña pieza. Tengo la teoría de que reconoció mi apellido, tal como yo hice con el suyo. Todos conocen la historia de la familia Schawartaski.

     Andros perdió a toda su familia en un enfrentamiento de mafias, cuando era solo un niño de nueve años. Su familia perdió el poder de Polonia y fueron cruelmente asesinados. Andros fue el único sobreviviente, pero el Consejo no sabía sobre eso.

     Todos daban por muerto al linaje Schawartaski.

     Varias mafias polacas cumplían con los requisitos para pertenecer al Consejo, pero ellos se negaron. Fueron cinco familias las que fundaron el Consejo Central y no hay oportunidad de que se incluya una nueva. Si se pierde una, no hay remplazo.

     Andros y yo comenzamos a trabajar vendiendo drogas. Era algo pequeño, apenas y podíamos vivir con el dinero que recolectábamos. Fueron tiempos duros, pero nuestros apellidos nos dieron fama y reconocimiento. Poco a poco comenzamos a armar un negocio.

     En menos de un año conseguimos una casa gigante, autos último modelo y personal a nuestra disposición. Fácilmente, dos años después, conseguimos el poder de Polonia. Prácticamente ayudé a Andros a recuperar su legado y gracias a eso el Consejo Central se enteró de nuestra existencia.

     En 2013 se contactaron con nosotros. Ciertamente, tenía miedo. No estaba preparado para volver a ver a mi padre, pero, para mi gran sorpresa, él nunca nos visitó. Los señores Jensen, Bizjack y Moroz fueron amables con nosotros. Decidieron aceptar a Andros en el consejo, pero éramos muy jóvenes e inexpertos. Así que nos entrenaron. Nos prepararon junto a sus hijos, para que en un futuro pudiéramos tomar las riendas del Consejo. Todo esto fue hecho a escondidas de mi padre, ya que sus disturbios estaban afectando la paz del país y del continente.

     El Consejo comenzó a desconfiar de Rixo. Él se había convertido en un desastre y era la primera vez en años que el Consejo consideraba expulsar a un miembro legítimo de su mesa redonda.

     En 2014 mi padre terminó de perder la cabeza. Inició una ola masiva de desapariciones en Alemania, que posteriormente se extendió a todo el continente. Las quejas de los demás países no tardaron en llegar y esto dio inicio a nuestro actual plan.

     Aunque todos se conozcan de años y sientan un fuerte aprecio hacia el otro, no pueden mezclar sus emociones con el Consejo. Así que los únicos tres miembros intactos, votaron a favor del plan de Jensen. Infiltrarme en la mafia de mi padre, derrocar todo su legado y tomar el poder de Alemania. Vieron en mí lo que nunca vieron en él. El trato fue sencillo. Yo pongo mi vida en riesgo y extermino a mi padre, y ellos aceptan mi alianza con Andros más su respaldo y reconocimiento como el nuevo jefe de Alemania.

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