11 | plan twenty three

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lviii

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lviii. plan veintitrés

Lu

ME ENCANTA NUEVA YORK aunque salgas del reino de Hades a Central Park; aunque subas a un taxi y bajes por la Quinta Avenida con un perro del inframundo gigante corriendo detrás, nadie te mira ni pone cara rara.

Desde luego, la niebla ayuda lo suyo. Lo más probable es que la gente no viera a la Señorita O'Leary, o tal vez la tomaban por un camión ruidoso y simpático.

Corrimos el riego de utilizar el móvil de Sally para llamar a Annabeth por segunda vez. La habíamos llamado antes desde el túnel, pero había saltado su buzón de voz. Me sorprendió la buena señal que teníamos, teniendo en cuenta que estábamos en el centro mitológico de la tierra, pero no quería imaginarme la factura que tendrían que pagar por aquella llamada

—¡Hola Annie! — grite al teléfono, pero Percy se apartó un poco para hablar el

—Hola. ¿Recibiste mi mensaje?

—¡Lu! ¡Percy! — se escucho mas alegre al pronunciar el nombre de mi amigo —¿donde se habían metido? Apenas decías nada en tu mensaje. ¡Nos tenían muertos de preocupación!

—No fue mi culpa — me excuse —Percy prácticamente me secuestró

—Luego te lo contaré — respondió Percy —. ¿Donde están ahora?

—Vamos de camino a donde nos pediste. Estamos apunto de llegar al túnel de Queens. Pero, Percy ¿cuál es tu plan? Hemos dejado el campamento prácticamente indefenso. Y es imposible que los dioses...

—Confía en mi — la interrumpió —. Nos vemos allí

Colgó

—Uh. Annie no estará feliz — canturré

—Calla — me pidió nervioso

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EL TAXI NOS DEJÓ frente al Empire State hacia media tarde. La Señorita O'Leary saltaba de aquí para allá en la Quinta Avenida, lamiendo taxis y husmeando puestos de perritos calientes. Nadie parecía detectar su presencia, aunque la gente se apartaba con aire confuso cuando ella se acercaba.

Percy la llamó con un silbido al ver que paraban tres furgonetas blancas junto al bordillo: las tres con un rótulo de Fresas Delfos, que es el nombre que se usa como tapadera para el Campamento Mestizo. Nunca había visto las tres furgonetas juntas en el mismo sitio, aunque sabía que iban y venían a la ciudad con nuestros productos frescos.

La primera la conducía Argos, nuestro jefe de seguridad de múltiples ojos. Las otras dos, sendas arpías, que sin un híbrido demoníaco de gallina y humano con bastante mal humor. Normalmente se dedicaban a limpiar el campamento, pero también se les daba bien conducir entre el denso tráfico del centro de la ciudad

𝑫𝑨𝑼𝑮𝑯𝑻𝑬𝑹 𝑶𝑭 𝑻𝑯𝑬 𝑾𝑨𝑹 [ 𝔭𝔧 & 𝔥𝔭] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora