[ 🌾 ] Lonely Heart •

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Pequeños arrullos burlones.

Miradas despectivas.

Sonrisas malignas.

Carcajadas crueles.

Dedos acusadores.

Jackson solloza débilmente. Mantiene la mirada clavada en sus viejos zapatos, está tan avergonzado que quiere correr pero sus piernas se sienten tan débiles como la gelatina que su mamá le prepara todos los días. El círculo formado alrededor de él solo sigue juzgándolo sin darle un pequeño descanso o una escasa muestra de piedad.

Al Chino le gusta Jinyoung, qué asco. Pobre sunbae, debe estar vomitando en el baño.

El marica era tan obvio, qué fastidio.

—Deberías volver a tu tierra, acá no queremos enfermos como tú.

— ¿Dónde está Park? Se va a perder el espectáculo.

Jackson los reconoce, a todos y cada uno de ellos. Desde las niñas a las que ha regalado los postres que su mamá le prepara con mucho amor porque las ve tan delgadas que hace su corazón encogerse de preocupación. Hasta los chicos a los que les pasó ejercicios resueltos de matemáticas a cambio de poder conservar los dulces que llevaba para el receso. Son casi todos sus compañeros de aula a los que intentó con todas sus fuerzas agradar. Pero ahí están, lanzando insultos por algo que él ni siquiera ha terminado de comprender por qué está tan mal.

¡Ahí está! Jinyoung, ¿has venido a ver a esta nenita? Es la voz de BamBam, el chico genial que se proclama mejor amigo de Park.

Jinyoung llega, con paso resuelto, mirando apenas a los alrededores. Pronto el círculo se transforma en un semi arco que se abre para dar paso libre al aclamado pelinegro.

— ¿Qué tenemos aquí? —Hay burla en su voz, tan filuda y gélida que Jackson siente su sangre congelarse y sus arterias ser cortadas con brusquedad.

Los gráciles dedos de su amor platónico toman con tanta delicadeza su mentón que Jackson olvida por completo el anterior tono en la voz de Jinyoung y deja que este maneje su rostro a su antojo.

Todo bullicio externo se ve esfumado en cuanto sus ojos llorosos cruzan con la mirada suave del mayor.

Pequeño Sseunie, ¿por qué se han burlado de ti? —Todo se siente tan genuino que el cuerpo de Jackson se sacude en pequeños temblores por la impresión —Oh, ¿ha sido por esto, cariño?

La carta de confesión que escribió la noche anterior mientras comía sus preciadas galletas, esas que lo hacían casi tan feliz como hablar con Jinyoung, estaba alzada frente a él.

Como pudo, murmuro un extraño asentimiento y movió su cabeza de arriba hacia abajo.

Jinyoung rio, bajito y tierno como Jackson tanto amaba. Su pulgar acarició con cariño su encendida y húmeda mejilla, el tacto cálido de sus yemas trazaron un tierno recorrido hacia sus hebras cobrizas, enterrándose profundo en ellas para inclinar su cabeza hacía atrás.

—No seas bobo, sseunie, yo jamás sería un asqueroso maricón como tú.

Y ahí, frente a todos, lo empujó al suelo. De pronto, fue conciente una vez más de las personas alrededor. Sus rodillas chocaron con brusquedad y solo atinó a envolverse con sus propios brazos, cada vez se sentía más pequeño y avergonzado.

Por supuesto, lo había olvidado. Park Jinyoung era el mejor alumno de la clase de actuación. Era burlescamente obvia la forma en que pudo caer tan fácil pero Jackson nunca fue alguien realmente difícil de engañar después de todo.

No sabe cuánto tiempo permanece ahí, sollozando en el suelo de ese callejón hasta que sus ojos se secan y los temblores se detienen. Ya no hay más ruido al rededor y el color que ve a través de sus párpados cerrados ya no es el oscuro ámbar que indicaban la presencia de los rayos solares, ahora solo puede divisar lejanos puntos eléctricos teñidos de color blanco que se mueven en la profunda oscuridad.

Aún se siente débil cuando abre los ojos, pero sabe que su mamá estará muy asustada si regresa de su trabajo y no lo encuentra en su cuarto. Quiere ponerse de pie pero sus piernas vuelven a fallar, un quejido quebrado escapa de su garganta y el frío suelo vuelve a encontrar sus rodillas.

— ¿Sseun-ah? ¿Eres tú? Oh, Dios, Jackson, te he estado buscando toda la tarde.

Los fuertes brazos de su mejor amigo lo envuelven y como por arte de magia, las energías vuelven a capturar su cuerpo. Jaebeom siempre ha tenido ese poder sobre él.

Sabe que es tarde, tiene que ir a casa, pero un poco de consuelo es lo que ha estado buscando todo el día y justo ahí bajo el cariñoso y protector abrazo de su amigo, se queda dormido.

Heterosexual → Jackbeom Donde viven las historias. Descúbrelo ahora