Hubby marks [narry os; traducido]

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Cuando Harry tenía cuatro años, la primera señal acerca de su alma gemela apareció. Estaba sentado con su amigo Liam en el arenero, ambos compitiendo sobre quién podía construir la mejor torre sin usar moldes, cuando su frente comenzó a picarle.

"Detente," Gimió ante la extraña sensación, y se frotó la zona hasta que desapareció. "Liam, ¿Mi frente se ve extraña?" Se volteó hacia el pequeño muchacho, quien había sido su mejor amigo desde prácticamente el nacimiento, y se alejó los rebeldes rizos que caían sobre su frente. 

"Tu frente siempre es extraña," Liam se burló, dándole unos toques finales a su torre, que era mucho más alta que la de Harry. Pero después de que el menor le llamara la atención una vez más, se dio la vuelta y observó la pequeña mancha que se hallaba justo debajo de la pequeña mano de Harry. "¡Tienes la marca de tu esposa!"

El menor frunció el ceño. "¿Qué?"

"Tú sabes, hasta el día que conozcas a la mujer que será tu esposa, obtienes marcas de todas sus lastimaduras," Liam explicó ansiosamente, y se movió aún más cerca, examinando la blanca mancha en el rostro de su amigo. "Desearía que me pasara a mí también."

"Eso es estúpido, Li, al igual que lo es tu torre." Harry le respondió aún con el ceño fruncido, y derribó la figura de arena con su mano hecha un puño. 

"¡Hey, eso no fue amable!"

Al llegar a su casa, Harry aún seguía pensando en lo que su amigo le había dicho. Lógicamente no era cierto, sus padres no coincidían en las marcas de sus lastimaduras, y aquella vez en la que su madre se había quebrado el brazo su padre no había recibido ni un rasguño. 

"Mami, Liam dijo algo divertido hoy." Le dijo cuando Anne estaba preparando la cena, y se sentó en una de las sillas situadas alrededor de la barra de la cocina. 

"¿Ahora qué, cariño? ¿Dijo alguna mala palabra? Tú sabes, no debes repetir todo lo que escuchas de los otros niños." Anne regañó dulcemente a su hijo. Si Harry tenía que elegir a la mujer más bonita en el mundo entero, sin dudas sería su madre. Su cabello era brillante y la forma en la que sus ojos brillaban con amor cuando miraba a su hijo hacían que Harry pensara que ninguna mujer podría compararse con ella. Tal vez Gemma, pero ella sólo era una estúpida con buenos genes. 

"No, Liam nunca dice malas palabras mami," Harry negó rápidamente, ladeando la cabeza hacia ambos lados. "Él dijo que tengo una marca de mi futura esposa en la frente," Con un poco de duda, removió su cabello por segunda vez en el día, y le mostró la pequeña marca a su sonriente madre. "Él me dijo que es porque ella estaba lastimada," Arrastró las palabras, mientras su madre observaba la mancha blanca con una enorme sonrisa y ojos orgullosos. "Pero eso no es cierto ¿Verdad? Porque entre tú y papi no funciona así, entonces Liam está mintiendo ¿O no?"

"No, bebé. No está mintiendo," Anne desvaneció su sonrisa y se agachó para besar su frente. "Liam está en lo correcto, y cuando conozcas a la indicada, todas las pequeñas marcas blancas que obtengas van a desaparecer." Ella regresó a su anterior tarea, y colocó el brócoli en una olla de agua hirviendo. El pequeño Harry descubrió que amaba los vegetales verdes, y Anne aprovechó eso para asegurarse de que su hijo se alimentara correctamente. 

"Eso es estúpido, mami, tú sigues teniendo las tuyas y conociste a papá mucho antes de que nazca Gemma," Harry le respondió tercamente, y golpeó su pequeño pie contra el suelo. "¡Eres igual de tonta que Liam!" Y con esto, el muchacho que nunca ofendía a su madre, salió de la cocina. 

*

Pasaron seis años cuando tuvo que volverse de la casa de Liam por el dolor en su brazo derecho. Ellos habían estado jugando con varios de los primos de su amigo, cuando la dolorosa sensación comenzó en su muñeca. Pero ahora Liam estaba un año más avanzado que Harry, y lógicamente eso lo convertía en alguien mucho más cool que él, y fue realmente un milagro que no lo dejara de lado cuando consiguió nuevos amigos; entonces intentó esconder el dolor y seguir jugando al juego que Liam deseaba jugar.