Hermano, volvámonos locos

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Fengxiao tomó un sorbo de té con una sonrisa menos boca que la que Yanhuan tenía en su rostro, mientras escuchaba todo lo que Yanfeng tenía que contarle. Desde la llegada a aquel lugar donde estuvo durante tres años, desde el inicio de su tratamiento, hasta como había empezado a entrenar su organismo regulando las energías dentro de él. Ahora su cuerpo estaba cerca de lo fuerte que era el de su hermano aunque no en fuerza, pero si en destreza.

-Me alegra mucho que estés de nuevo con nosotros. Mandaré a preparar un cuarto para ti. La secta se está ampliando en estos momentos pero siempre hay espacio, sobre todo para ustedes-

Yanfeng negó e hizo una reverencia.

-Señor, me gustaría otra vez compartir habitación con mi hermano- Fengxiao no se extrañó esas palabras- He pasado tiempo desde que no nos vemos y realmente siempre dormía con él. Nunca me acostumbré a hacerlo solo. Solo permítame quedarme con él-

Fengxiao bajó la taza y miró a Yanhuan.

-¿Eso es lo que quieres?-

Yanhuan asintió con fuerza. Loco él si decía que no a eso. Claro que quería a su hermano con él. Todas las noches que durmió sin abrazarlo fueron dolorosas.

-En ese caso, no hay problema, pero si necesitas una propia siempre me la puedes pedir-

-Gracias señor Fengxiao, no, ahora líder de secta- dijo con emoción- Siempre esperé el momento en que pudiera decirle esto-

Fengxiao sonrió. Estos gemelos no cambiaban, se alegraba de tenerlos en su vida, le aligeraban su día. Minutos después los vio irse a ambos. El menor se notaba cansado después de muchas horas de viaje. La mirada de cariño entre los dos era sumamente hermosa.

Yanhuan llevó a su hermano hacia el cuarto que compartía justo al lado del de Fengxiao. No era inmenso como el líder de secta, pero si más grande y cómodo que el que usaban en la secta anterior y tenía baño propio bastante acogedor. Su señor realmente los tenía en consideración. La decoración era sencilla, típica del Yanhuan, con los muebles necesarios y un gran arcón donde Yanfeng encontró que no solo estaba la ropa de su hermano, sino también la suya.

-Sentía que si la guardaba junto a la mía, era como si aún estuvieras aquí- dijo Yanhuan tímido rascándose la mejilla.

Yanfeng lo miró con ternura y lo volvió a abrazar.

-Deseaba tanto regresar- dijo contra su pecho siendo correspondido por su hermano que le besó la corinilla de su cabeza.

La atmósfera se hizo más íntima entre ellos y ambos se separaron. Ambos sabían lo que querían pero aun así era un poco extraño.

-Ve a bañarte primero, estoy seguro que deseas descansar- Yanhuan sonrió nervioso y le besó la mejilla- Te buscaré algo rico para que comas- lo soltó y salió casi corriendo.

Yanfeng bufó. Su hermano no había cambiado casi nada en todos estos años. Eso era lindo. Parecería que el mayor estuviera huyendo pero él sabía que solo era cuestión de tiempo hasta que se aceptaran en cuerpo y alma. Ya había esperado demasiado tiempo y ahora que sabía que lo correspondía no permitiría que este volviera a escapar.

Yanhuan regresó un poco más tarde de lo que pretendió. Su mente era un caos total. Aun no creía que su hermano hubiera vuelto y menos que él mismo pudiera contenerse mucho tiempo sin tocarlo. No tenía una fuerza de voluntad tan fuerte para detenerse una vez comenzara. Entró a la habitación cerrando la puerta con la pierna y casi se le cae la bandeja de las manos.

Lo que menos se esperó fue la hermosa y deliciosa imagen que se encontró cerca de su cama. Yanfeng le daba la espalda, solo llevaba una ligera túnica blanca de una tela tan fina que nada hacía para esconder los placeres de su cuerpo aun húmedo del recién baño. Secaba su cabello en el frente. Una vez este lo sintió lo miró por encima del hombro.

Enamorado de un idiota (Novela original)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora