Jueves 27 de septiembre, 1914
04:00

Ramas crujen bajo mis pies descalzos llenos de sangre y negros por la tierra semi mojada, mi vestido blanco largo está estropeado, mi cabello suelto se mueve salvajemente haciéndose un lío por completo, corro y corro, pero mis pies duelen, mi respiración está entrecortada por tanto agite, quiero parar, pero no puedo, me persiguen, a lo lejos puedo escuchar voces gritando mi nombre desgarradoramente, me quieren hacer daño eso lo sé, con mis pocas fuerzas corro más y más, siento cada palpitación de mi corazón como si este se fuese a salir de mi pecho, de mis ojos salen pequeñas lágrimas que caen hasta mi boca seca, haciéndome saborear lo salado de estas mismas.

La oscuridad está más que presente en esta fría y neblinada noche.

Los gritos desaparecen de pronto, ya no logró escuchar nada a lo lejos y logro detenerme.
Todo está oscuro y en silencio, tratando de recuperar un poco el aire, alrededor solo se puede escuchar mi respiración. Miro al cielo, pero me es imposible ver algo ya que la espesa neblina es lo único que se puede observar, pestañeo varias veces, mientras respiro profundo tratando de controlar mi miedo y concentrarme, un olor a carbón llega hasta mis fosas nasales haciendo que sienta unas inmensas ganas de vomitar, el olor se intensifica, mis piernas se debilitan y me hacen caer de rodillas, mis manos se entierran en el suelo y vomito, vomito algo negro y espeso, cada arcajada la siento vibrar en todas las partes de todo mi ser, los oídos me zumban junto con un pequeño sonido haciéndome doler la cabeza intensamente, trato de parar y no puedo, levanto un poco mi cabeza y ahí, en ese momento es cuando mi corazón deja de palpitar unos segundos, para luego palpitar igual o más fuerte que un galope de caballo, una figura gruesa y altamente monstruosa, con un par de ojos rojos carmesí escalofriantes resaltan entre tanta oscuridad, se me olvida como respirar, quiero moverme, correr, pero en vez de eso no muevo ni un solo músculo, solo siento como mis manos entre la tierra comienzan a sudar frío, esos ojos parpadean dejándome por un momento en completa oscuridad y luego abriéndose, haciéndose ver más cerca, en mi mente las alarmas están más que encendidas, se que debo ponerme de pie y correr, pero mi cuerpo no responde a mis órdenes, ni siquiera puedo parpadear, esos ojos continuan parpadeando y cada vez se acerca más y más lentamente como si quisiera torturarme a su paso.
En unos momentos puedo ver esos ojos rojos a centímetros de mi cara, puedo sentir cada movimiento de su parte, su mano fría, tan fría como la de un muerto toma mi muñeca, haciendo quemar mi piel y ahí es donde reacciono y grito, grito tan fuerte a como me es posible.

Despierto dando un grito ahogado, asustada, temblando del dolor, el sudor frío recorre mi espalda haciéndome sentir unos pequeños escalofríos, mis labios y boca están secos, mi respiración en un completo lío, con cuidado me siento sosteniendo mi cabeza, bostezo un poco, miro por la rendija de la ventana por la cual se cuela la luz de la luna, con manos temblorosas tomo la caja de cerillos que está en la mesita de la par de la cama, tomo uno, lo enciendo y lentamente prendo la vela que estaba a la par de los cerillos, inmediatamente tomo un pequeño reloj de bolsillo que me encontré botado en el basurero, era de mi padre pero al parecer estaba malo, lo reparé y ahora lo llevo conmigo nadie debe de saber que lo tengo, ya sabes cómo es; "no es un accesorio que usaría una dama", miro la hora y son las 4:10 de la madrugada, mi respiración sigue descontrolada y se descontrola el doble cuando miro mi muñeca izquierda y hay una marca roja la cual arde, tomo una gran bocana de aire tratando de tranquilizarme un poco y temblando me pongo de pie tomo la vela con cuidado de no hacer un movimiento brusco para que no se apague, silenciosamente salgo de mi recámara para ir a la cocina.
Tomo un vaso de agua, apenas bebo el agua siento como mi cuerpo que estaba tenso se relaja un poco, permitiéndome sentir lo refrescante del agua pasar de mi boca a mi garganta, bebo hasta la última gota.

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⏰ Última actualización: Feb 07, 2022 ⏰

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Através de Lila Brown (En Proceso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora