Y ahí me encontré yo, quisiera decir que me sorprendería un final así, pero, ¿de qué otra manera iba a acabar mi vida? Supongo que el destino ya lo predijo en su momento… Él me estaba cogiendo del cuello con toda su rabia, y no puedo culparle, no es su culpa que esté en éste estado. Su parte de demonio, o “ghoul” (es como los llaman) había despertado por mí. Me presentaré, soy Alicia y ahora mismo mi vida depende del destino. Quien me está a punto de matar es el amor de mi vida, se llama Daniel. Os pondré en situación; en este mundo, hay tres bandos: los ángeles (también apodados “teshi”), los siervos de Dios, los que hacen que se cumpla su voluntad… No os dejéis engañar, capturan, torturan y matan a todo ser que incumpla sus mandamientos, no son nada negociables y su aspecto es mas bien diabólico: tienen unas alas enormes parecidas a las de los murciélagos, son seres que suelen medir más de dos metros y llevar una túnica blanca que les cubre del rostro a los pies, cosa que contrasta con su piel negra como el carbón, tienen el poder de controlar los elementos (agua, fuego, aire y tierra); los demonios (o ghouls) son los siervos de Satán, causan el caos allá donde van, no les importan las consecuencias de sus actos, pero nunca atacan a seres humanos directamente (es la tercera raza en la cual me incluyo), son de piel blanca como la nieve y tienen unos ojos (en mi opinión hermosos) como la más roja de las rosas (tienen la habilidad de manipular con una sola mirada o de doblegar tu voluntad con un roce en tu piel); y, como ya he mencionado, estamos los humanos, somos seres normales, sin ninguna habilidad especial, hacemos vida normal; los niños van a la escuela y salen a jugar con los amigos, los adultos trabajan y salen a divertirse, hay un grupo especial de nosotros que se dedica a protegernos de las dos especies que amenazan nuestras vidas constantemente, una cosa que había omitido es que tienen (ambas especies) la habilidad de, por un tiempo limitado, adoptar nuestra apariencia. Ese grupo de personas es apodado “sukui”, desde niños les enseñan a luchar y a defenderse de esos seres, su único motivo en la vida es salvarnos en caso de peligro y defender a la raza humana.
Hará unas semanas, estaba esperando un día, EL DÍA. Daniel me propuso matrimonio, fue uno de los días más felices de mi vida y el cual nunca olvidaré… Daniel es un sukui, nos conocimos un día en que, bajo el control de un demonio, estaba intentando suicidarme, él estaba cerca, y al dedicarse a ello lo distinguió y consiguió matar al ghoul (es la única manera de deshacer el poder de control que tienen sobre un humano). De ello hace ya 3 años… Al asunto, el caso es que pocos días después seleccionaron a Daniel para un programa experimental, inyectar sangre de ghoul y sangre de teshi en humanos para adquirir sus habilidades. Como teshis y ghouls son enemigos naturales (cosa más que obvia), no inyectarían sangre de ambos en un mismo cuerpo. A Daniel le inyectaron sangre de ghoul. Tuve mucho miedo al principio, puesto que los resultados esperados eran que obtuviese las mismas habilidades que los mismos. El resultado fue el esperado, pero con unas consecuencias: sus ojos se volvieron rojos, su piel un poco más pálida, no se notaba mucho si se ponía unas gafas de sol; pero también hay otra cosa, la que más me preocupaba, la habilidad de doblegar voluntades y manipular, por lo visto, esas habilidades solo se activan en caso de que el sujeto, Daniel en este caso, se sienta amenazado o en una situación de peligro hacia él o hacia algo suyo preciado.
A los pocos meses de conocer a Daniel también entré en la organización para ser una sukui. Pasaron los meses y me convertí en una de las mejores. Poco tiempo después a mí también me tocó también participar en el programa, solo que a mí me inyectaron sangre de teshi… Tuve miedo, se podría decir que pánico, porque la reacción de Daniel ante la sangre de ghoul y mi reacción ante la sangre de teshi fue curiosa, nunca dos sujetos habían estado expuestos el uno al otro, por suerte fue en un entorno controlado y vigilado, lleno de científicos agradecidos de poder presenciar cual sería la reacción de dos personas enamoradas pero que ahora eran enemigos naturales… Si, sé que todo esto suena irrealista, nunca creí que pudieran inyectarme sangre de teshi, me dijeron que era de ghoul; solo por eso acepté someterme al programa… Pero resulta que me mintieron, me percaté de ello cuando empecé a crecer, cada día un poco más, hasta pasar de mi metro cincuenta a dos metros en una semana, después de eso ya no crecí mas, mis ojos se volvieron blancos, carecían de vida… A las dos semanas empecé a notar unas molestias en la espalda, me habían salido dos bultos, y sí, eran el principio de lo que serian mis alas… Os preguntareis que cómo pasó todo esto sin que nadie se asustara de mi o Daniel intentase matarme, y es que el primer mes después de las inyecciones lo pasamos en una sala llena de “kenmei” (así es como llaman a los sujetos de pruebas) junto a los cuales somos evaluados y examinados a diario para ver si nuestro cuerpo es compatible con la sangre; hubo muchos casos en los cuales el sujeto se convertía en un ser huraño y que rechazaba el sol y toda comida y agua que se le ofreciera, morían a los pocos días…
El día había llegado, me iba a reencontrar con el amor de mi vida y con mi enemigo por naturaleza… No el más odiado, ese era el grupo de científicos que me mintió para hacerme esto… Pero también tenía su parte buena, poco a poco y con práctica e investigación conseguí controlar el fuego, el aire y el agua, podía crear tornados de fuego y apagarlos solo con un simple movimiento de mi mano; la tierra, no sé porqué, pero no podía de ninguna de las maneras.
Entonces fue cuando, sumergida en mis pensamientos de ése último mes, apareció ante mí un ser pálido, de ojos rojos como la sangre y, en ese momento, con lágrimas en ellos se me fue acercando; Daniel era muy alto, así que casi no había diferencia de altura entre nosotros ahora; poco a poco, me fue rodeando, acarició una de mis alas, ahora grandes y desarrolladas las cuales me podían llevar hasta donde yo quisiera, me acarició la piel, no se había oscurecido, pero mi pelo negro ahora era completamente negro y más largo, él lo acarició con su mano blanca de uñas negras, me miró a los ojos y vi una lágrima caer por su mejilla, como si de un efecto reflejo se tratase, me acerqué a él y le besé la lágrima que se deslizaba por su rostro, haciendo que el mío se empapase porque, sin haberme percatado siquiera, yo también estaba llorando. Me abrazó y su lágrima se convirtió en muchas, demasiadas para, a mi pesar, poder besarlas todas… Fue demasiado; me arrodillé, llorando y abrazándole con todas mis fuerzas, y él, también consternado por la situación se unió a mí en el suelo. Me miró, él con sus ojos rojos cual rosa en primavera y yo con mis ojos, blancos como la nieve y me susurró al oído: -Mi futura esposa, eres aún más hermosa que el día en el que te conocí… A lo que, consternada, contesté: -¿Futura esposa? Y él respondió: -Si mi querido ángel, ¿quieres pasar el resto de nuestras vidas juntos?
Aún soy incapaz de saber de dónde saqué fuerzas para responderle que sí.
Tres semanas, solo tres semanas de ese instante, volvimos a casa juntos, los científicos nos dieron unas pautas para poder vivir juntos: -Intentar evitar situaciones de peligro. -Prohibido usar mis poderes de teshi a no ser que sea estrictamente necesario. (Y la ultima…) -Queda prohibido procrear.
Vivimos los mejores y más intensos días de nuestras vidas; planeamos la boda, fuimos a muchísimos sitios (le cogía de la mano y le hacía volar junto a mi), vivimos tanto en tan poco tiempo… Fue la mejor sensación que había tenido nunca, no teníamos que preocuparnos por nada más que el uno por el otro.
Pasaron las semanas, todo iba bien, pero, hará unas dos semanas, me di cuenta de que algo en mí no iba bien: tenía nauseas, me mareaba mucho, estaba siempre cansada e irritable… Daniel temía lo peor… el hecho de que nos hayamos saltado la última y más importante de las pautas… No creímos que pasaría esto… De hecho cuando nos contaron la última pauta, dijeron que tenía una posibilidad ínfima de que eso pasase, así que fuimos un poco irresponsables, pero no podíamos parar, nos amamos en esas semanas como nunca en los últimos años… Pero mi estado empeoraba, cada día estaba más arisca con todo el que se acercase a mi cuerpo que no fuese Daniel.
Llegó un momento en el que mi vientre empezó a crecer, y yo a adelgazar. Estaba cada día más pálida, y por mucho que comiese no ayudaba… Un día, Daniel me miró mientras me bañaba: estaba blanca como mis ojos y mi pelo, el cual estaba muy largo, se me marcaban las costillas, la columna y prácticamente todos los huesos de mi cuerpo; estaba tan y tan pálida que se podían ver mis venas y arterias y, si te fijabas mucho, como mi corazón bombeaba la sangre y, más abajo, como un ser de piel negra se iba alimentando de mi poco a poco en mi vientre…
Pero, pese a todo, no queríamos que le pasase nada, nuestro sueño siempre había sido tener un bebé, alguien a quien dedicarle nuestra vida y protegerle del mundo…
Daniel estaba desesperado, tenía tan poca fuerza que mis alas eran transparentes y frágiles, mi rostro demacrado solo mostraba el color de las venas pasando por debajo de mi piel… Decidimos acudir otra vez al programa, ellos sabrían que hacer… No podíamos estar más equivocados, nos dijeron que morirían en cuanto el bebé acabara de alimentarse de mí, que pese a haber sido creado por un ghoul y una teshi iba a ser solo teshi porque se había estado alimentando no solo de mi cuerpo, sino también de mis habilidades especiales… Daniel explotó al oír esas palabras… Salimos de ahí enseguida, puesto que llevaba un teshi en mi interior y la misión de los mismos que nos habían convertido en esto era exterminar a nuestra hija, sí, nos dijeron que el milagro que habíamos provocado era una niña… Nuestra pequeña…
Nos fuimos lejos, pero uno de nuestros sitios favoritos: un acantilado bastante alto y lejos de donde vivimos, tiene un pequeño mirador y una casita cerca la cual compramos al poco de prometernos. La casa es pequeña y acogedora, Daniel solo la compró porque sabe que amo el cielo y ver los amaneceres y atardeceres… Es, sin duda alguna, el amor de mi vida. Estaba empezando a oscurecer y yo cada vez tenía más y más sueño… Él hacía todo lo posible por mantenerme despierta, pero no podía más… Descanso… Paz… No… No puedo hacerlo, mi pequeña me necesita, daré mi vida por ella… Pero Daniel… ¿Aceptará a esa niña la cual me ha matado y es, a parte, completamente teshi…? Tengo que sobrevivir… Tengo que hacer algo… ¿Pero el qué…?
De repente algo me saca de trance, es Daniel, me está agarrando del cuello, no sé que hace… Mi vida y la de su hija han estado en peligro y por eso su parte ghoul ha aparecido… Solo siento que me falta el aliento… Mi hija… No siento su peso en mi vientre… ¿Qué está pasando? Hay un reguero de sangre de la casa hasta el mirador donde me encuentro con Daniel. Le pregunto qué pasa pero no me contesta, solo me gruñe como un perro enfurecido… Oigo un llanto, un llanto desesperado que proviene de la casa, Daniel también lo oye y eso parece hacerle volver al mundo real. Me suelta y caigo al suelo, exhausta y medio muerta, me mira, se mira las manos y veo lágrimas correr por su cara. Cae de rodillas al suelo y se tapa las manos con la cara; saco fuerzas de todo mi ser para poder incorporarme, le cojo las manos y le destapo la cara, tiene sangre en ellas, él se sorprende al verme, su cara de sorprendido es maravillosa, como si viera un milagro, y como siempre he hecho y siempre haré, le voy besando lágrima por lágrima hasta que se calma. Me doy cuenta de que el llanto no ha parado, algo en mi interior me hace levantarme y arrastrarme hasta la casa, Daniel me coge en brazos y entramos juntos. Quedamos completamente atónitos… Hay un ser, rodeado por unas alas blancas pero con unos ojos rojos hermosos como los de su padre, parecen dos gotas de la sangre más pura manchando la nieve… No es una ghoul, tiene alas; no es una teshi, tiene los ojos rojos y la piel blanca… ¿Qué es éste milagro…? Cuando nos acercamos Daniel me tumba a su lado, en cuanto me ve deja de llorar de inmediato y se me queda mirando, con esos ojos hermosos, entonces se me cierran los ojos…
¿Qué es éste lugar…? ¿Qué es ésta paz que siento…? No puedo moverme… No siento nada más que sueño, mucho sueño… ¿Y si cierro los ojos? No, ya los tengo cerrados… Mmm… Qué paz… Qué descanso… Seguiré así un poco más… No, ¿qué pasa ahora? Siento unas manos en mis hombros zarandeándome con fuerza… Una voz que grita mi nombre y un llanto desesperado muy cerca de mí… -ALICIA!!!!! Alicia amor mío quédate aquí!!!!!! ¿Es Daniel…? -Buáááááááááá buááááááááááááááá!!!!!!! ¿Mi pequeña…? Tengo que abrir los ojos… Os oigo mis amores… Mi vida… Mi pequeña… ¿De dónde saco fuerzas...? Qué más da el lugar, tengo que hacerlo… Tengo una vida que compartir con mi alma gemela… Tengo una bendición del cielo que proteger… Tengo una familia que cuidar…
Mis ojos se abren lentamente… O eso creo… Veo a Daniel sosteniendo a la pequeña en un brazo y con el otro me coge la cabeza… Están los dos llorando, Daniel me suplica que abra los ojos, pero yo los tengo abiertos, ¿no? Siento una punzada en el pecho, más bien dejo de sentirla, mi cuerpo ahora flota por la habitación… Me veo a mi misma, veo mi cuerpo demacrado y muerto sujetado por el amor de mi vida mientras mi milagro juega con mi pelo, pero mira arriba, me mira a mí, ha dejado de llorar, pero Daniel no… Me acerco a mi niña y le acaricio la cabeza, sonríe ante lo que parecería imposible que alguien sitiera… Pero… Daniel… Me acerco a él, le cojo la cara con las manos y le beso, en ese instante deja de llorar… ¿Me ha sentido…? Espero que si... ¿Un momento, qué es esto…? Mi niña se acerca a mi cuerpo y me acaricia la cara… Siento que algo me absorbe… Siento dolor… Mucho dolor… ¿Podré soportarlo…?
Abro los ojos lentamente… ¿Qué ha pasado…? ¿Dónde estoy…? Consigo articular una palabra… -¿Daniel? Gira su rostro hacia el mío rápidamente y dice entre sollozos: -¿Alicia? Me duele todo el cuerpo, necesito fuerza… Pero mi niña, como si me hubiera leído la mente se acerca a mi pecho y, cuando Daniel se da cuenta de lo que quiere, la deja tumbarse en mí. -Aaaah… Su pequeño y frágil cuerpo se me hace muy pesado, ante eso Daniel se pone tenso, no sé cómo pero consigo decir: -Tranquilo mi vida, es nuestra pequeña… Me resbalan lágrimas por el rostro, mi bebé sube por mi pecho hasta mi cuello y consigue acariciarme una lágrima… En cuanto lo hace siento que todo mi cuerpo vuela y gimo de dolor: -Aaaaaaaaaaaaaaaah!!!!!!!! Daniel se asusta y coge a nuestra niña de encima de mí. Mi cuerpo se eleva, y como si de magia se tratase, dejo de sentir dolor, pero si siento mi piel regenerándose, mis alas vuelven a estar como antes, fuertes, mi cuerpo cambia, ya no me siento tan pesada, mis huesos ya no se ven; Daniel lo observa todo, asombrado, mientras que mi milagro me mira con la que creo que es la sonrisa más bonita de todas… Mi cuerpo por fin se pone en vertical y poco a poco voy apoyando los pies en el suelo… Me siento como nueva, revitalizada y viva. Daniel vuelve a tener el rostro empapado de lágrimas, lo que hace que me dé cuenta de que yo también lo tengo empapado de ellas… Pero son de felicidad… Me arrodillo y cojo una manta para envolver a mi más preciado tesoro, abro mis alas por completo y abrazo al amor de mi vida y a mi pequeña con ellas, fundiéndonos en un abrazo eterno…
No sé exactamente qué ocurrió, recuerdo muy poco, realmente no sé si me importa saberlo o no, solo sé que, mi ahora esposo está acunando a nuestra pequeña de ya dos años; después de aquello nos fuimos todo lo lejos que pudimos, huimos de los sukui, compramos una casa en un acantilado con un mirador precioso enfrente del mar con una encantadora casa donde desde podemos ver el amanecer y el atardecer y estar eternamente agradecidos por poder estar hoy aquí vivos y con un regalo tan especial como increíble en nuestros brazos.-Marta Álvarez
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Ángeles y demonios
Short StoryUna corta historia donde la naturaleza y la ciencia se unen, experimentos y amor, que vencerá?