La princesa de la que jamás se escribió

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¿Alguna vez ha oído hablar acerca de la princesa sin un final feliz? Seguro que no, nadie quiere hablar de ella. Es injusto, pues su historia es más real de lo que debería...

Esta era una niña que vivía en su castillo inventado, allá en lo más alto de la montaña más alta, donde podía ver todo a su alrededor. Amaba despertar cada mañana y asomarse por la ventana e imaginar ese mundo con hadas y sirenas, todas amigas suyas. Sus padres eran los soberanos de todo aquello, tenían cientos de amigos a quienes la niña veía como súbditos, pues siempre se dirigían con respeto hacia su padre.

La niña vivía feliz, sin preocupaciones, sin miedos, cada día le parecía una aventura; sin embargo, nada es eterno y menos la felicidad. Un día, mientras la pequeña jugaba en su jardín, uno de los amigos de su padre la saludó; aquel señor de gran bigote y acento extranjero, se quedaba en su casa mientras la suya era remodelada. La niña lo invitó a tomar el té con ella, él aceptó. ¡Pobre pequeña, lo que sucedió después!

Sin siquiera darse cuenta, ese hombre se convertía poco a poco en el ogro malvado. Un ogro que la miraba mientras ella no lo veía, un ogro que aprovechaba cada momento a solas para acariciarla. La niña tenía nueve años cuando la desgracia sucedió. El día de su primera comunión, lució el hermoso vestido blanco que su madre hizo para ella. Estaba tan feliz, pero el ogro ya había planeado el crimen.

Así que, luego de que todos los invitados se marcharan y la pequeña fuera a acostarse, él actuó. En el silencio de la noche, llamó a su ventana. Ella lo vio desde allí, tenía una caja, envuelta en papel de regalo brillante, en sus manos. La pequeña se emocionó y salió al jardín, sin tener la más mínima idea de qué sucedía.

Esa misma noche, fue la última en que sus padres la vieron sonreír. Fue la última noche en la que escucharon un te amo salir de sus pequeños labios color fresa. Fue la última vez que escucharon su risa... De aquella princesa no se supo nada hasta unas semanas después, cuando encontraron el cuerpo vacío de una pequeña que coincidía con la descripción.

Es injusto, pero la vida lo es.