Shooting Starꕤ*.ﾟ[MYG+PJM/one shot]

✿Único✿

Sin editar.

Obscuridad.

Era lo único que me rodeaba.

Los pasos resonaban, hasta desesperarme y correr. No había salida, como un gran hoyo negro; que de apoco consumía la cordura.

El corazón galopaba contra mi pecho, estaba perdido, solo, desconsolado.

Caí de rodillas contra el negro suelo, exhausto, en la nada misma, pero no sentí dolor alguno.

No sabía que hacía allí, que había sucedido.

Así fueron sus siguientes días, eternos.

Hasta que en un momento simplemente paso; una pequeña y débil luz moviéndose en el horizonte.

Y corrí, con todas mis fuerzas.

Aún recuerdo lo sorprendido que estaba cuando ví a un pequeño ángel, caminando en la nada mientras sollozaba.

-¿Por qué lloras?- había preguntado y tú volteaste a verme con aquellos hermosos ojos celestes, puros y cristalinos.

Recuerdo que no respondiste a mi pregunta, y volviste tu mirada al frente.

-¿Estás bien?- insistí y tú te dignaste a susurrar.

-lo estoy, ¿Qué haces aquí?.

Tu voz, suave y tierna logro deslumbrar mi alma.

-no sé que hago aquí- contesté, incluso si intenté sonar pacífico, la desesperación se notaba en mis cuencas llorosas.

Él me observó, con tanta intensidad que me hizo sentir intimidado.

-ven, camina junto a mi- habías susurrado con su suave voz, y volteaste como si nada, dejándome impresionado cuando noté tus hermosas alas quebradas.

No quise preguntar nada, no sería un desubicado.

El tiempo no parecía correr mientras caminábamos, no íbamos a ningún lado, no musitabamos palabra alguna.

Siquiera entendía el punto por el cual caminábamos, vayasemos dónde vayasemos, todo era nada más que obscuridad.

Supe tu nombre, te llamabas Jimin, Park Jimin para ser específicos.

Paso el tiempo, tú ibas y volvías, no sabía a dónde ibas, o cuando volverías en busca de mi compañía, aquí no había tiempo, no había día, ni noche, solo un infinito e infernal negro.

La confianza crecía, mencionaste que tus alas fueron rotas por los dioses, que no deseaban que te alejes de ellos y dejases de servirles, aunque aún así, te escondías aquí para un momento de paz.

Todo era descabellado y triste, llegué a cuestionarme tu existencia, ¿Por qué cuando intentaba tocar tu cuerpo, mis manos simplemente traspasaban como si no hubiere nada?

¿Me estaba volviendo loco acaso?

Incluso si es así, me quedaría loco solo para disfrutar de tu etérea presencia.

"¿Cómo es la tierra?" Esa fue la pregunta que inicio todo, aquella que nos llevó al mundo de la más completa e imposible ilusión.

Por qué cuando relate, lo hermoso del cielo azul(que por cierto, no sé comparaba a la divinidad de tus ojos), las pomposas nubes blancas, que en los atardeceres de invierno se volvían naranjas, rosas e incluso moradas. De los bonitos animales que cantaban por las madrugadas cuando las estrellas dejaban de brillar y la luna iba a dormir.

De los pastizales que tapaban la arena y las flores de distintos aromas.

Y del infinito mar azul, tan grande e inacabable como la sombra que nos rodeaba, lleno de vida, corales y misterios en sus profundidades.