Aquellas Noches

La rebelión: Alar

— "¿Qué más me puedes decir sobre Alar?" —le enseñé la libreta.

— 'Él...' —se dio una pausa para mirar el paisaje— 'bueno, tú ya lo conoces en realidad, proviene de una época muy oscura de tu vida... una en la que hiciste cosas muy cuestionables'.

— "¿Qué tan peligroso es?" —levanté una ceja.

— 'No te gustará lo que te diré amigo mío, pero tú lo hiciste muy poderoso; no solo en vida, sino también durante el tiempo en el infierno' —se dio una pausa para pensar— 'sin contar con las otras sombras que se habrá comido' —se acarició la barbilla y agachó la cabeza— 'aunque el plan no es pelear con él, sino matarlo lo más rápido posible, si lo encontramos por sorpresa lo más probable es que todo salga bien' —sonrió.

— "No me gusta como suena eso último" —levanté una ceja.

— 'Bueno, como te comentaba; no sé el lugar exacto en el que se encuentra, pero sí sé que él y los demás están buscando en recuerdos del infierno. La verdad es prácticamente como jugar a la ruleta rusa, bien podríamos aparecer justo frente a Alar y a todos los demás... aunque...' —murmuró eso último.

— ¿¡Mmgkm!? (¿¡aunque!?) —dije intrigado inclinándome hacia él.

— 'Me di cuenta de que esas sombras en particular tienden a ir a recuerdos que les resultan agradables' —se puso de pie e hizo aparecer su bastó— 'y tiene sentido, son emocionales e irracionales, por la misma razón les es difícil organizarse' —al oírlo se me cruzó por la mente la discusión que tuvieron apenas llegué aquí, así que comencé a anotar en mi libreta— 'aunque eso nos deja exactamente en el mismo lugar donde estábamos antes' —levantó los hombros— 'pues, no conocemos sus prefe...

— "Uno de ellos dijo que le gustó el baile de mi cita con Vagatha y̶ ̶o̶t̶r̶o̶ ̶d̶i̶j̶o̶ ̶q̶u̶e̶ ̶s̶u̶ ̶p̶a̶r̶t̶e̶ ̶f̶a̶v̶o̶r̶i̶t̶a̶ ̶f̶u̶e̶ ̶l̶o̶ ̶d̶e̶l̶ ̶s̶a̶u̶n̶a̶" —lo interrumpí sujetando lo escrito frente a él.

— 'Alastor' —dijo mirándome directamente— '¿qué decía en la parte que rayaste?'

— ¡Hgm gm mgkmgm! (¡eso no importa!) —le dije ruborizado a la vez que cerré la libreta.

— 'Creí haber leído algo de un sauna' —comentó con expresión burlona.

— "Como sea, antes de irnos te tengo una última pregunta" —tras escribir eso, me puse de pie a su lado.

— 'Las que quieras' —comentó girando los ojos con una gran sonrisa.

— "¿Por qué tú y las sombras que me has presentado no se mueren de hambre ante la falta de sufrimiento?"

— 'Hahahaha nadie se muere de hambre en realidad' —lo miré intrigado— 'veras, el sufrimiento no es nuestro alimento, sino que es... cómo lo explico —entrecerró los ojos y miraba a todos lados durante unos segundos— como el alcohol y el cigarro para los humanos, si no les das una dosis terminarán con el síndrome de abstinencia'.

— Mm gm (ay no) —comenté al ser consciente de que literalmente estábamos huyendo de un montón de drogadictos.

— 'Bien, dejemos ya de perder el tiempo' —comenzó a dar golpes al aire como un boxeador, por mi parte, levanté una flama sobre mi palma izquierda y al verme se detuvo— 'hay una sombra que nos espera en un baile'.

Al oírlo, lo miré pícaro e inmediatamente después, la lancé al aire, transformando el ambiente a nuestro alrededor, de un hermoso paisaje hacia el mar, al salón número 3 del hotel.

Al llegar, en el momento del baile; había música pero nadie en el piano quien la toque, las luces seguían la danza pero nadie controlaba los reflectores y las mesas estaban totalmente vacías, salvo por una, en la cual había una sombra quien, con el mentón apoyado sobre la palma de las manos y los codos sobre el borde, observaba sonriendo el espectáculo.