Baile De Mascaras

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Mallory casi llegaba a la biblioteca, sus pasos apresurados se fueron deteniendo conforme se acercaba a la puerta, su corazón seguía latiendo con fuerza, necesitaba hablar con Jade urgentemente. Sin embargo, sus planes se vieron estropeados en cuanto escucho la voz de Coco a sus espaldas.

- ¡Maldición Mallory! Llevo esperándote más de cinco minutos para entrar.-

- ¿Para qué?- Preguntó desorientada. 

- Como que para qué, tonta. Tu debes anunciar mi entrada.-

•🔸•

La decoración en la biblioteca era sorprendente teniendo en cuenta las circunstancias en las que se encontraba el refugio 3, los grises hicieron un gran trabajo, hilos negros enredados simulando telarañas colgaban de los candelabros y esquinas de los libreros, velas distribuidas perfectamente para iluminar todo, los sillones a las orillas para dejar espacio a una pista de baile improvisada y justo en el centro un barril lleno de agua.

Todos los presentes disfrutaban la ceremonia, al fin tenían algo fuera de la rutina y por un instante olvidaron el estado del mundo exterior. 

La señora Mead entro con una gran charola llena de las manzanas que la directriz había prometido. Las miradas estaban fijas en el preciado fruto, anhelaban volver a sentir la frescura de su sabor y textura crujiente, más de alguno se acerco a ver como Mead las depositaba en el barril. Andre fue el osado en intentar tomar una, pero solo consiguió un manotazo por parte de Mead.

- Nadie las puede tocar hasta que sea la hora.- Dijo Mead.

- No habíamos visto fruta fresca en más de 18 meses, ¿De dónde la sacaron? - Preguntó el hombre.

- Tal vez quiera ver a uno de los caballos que atravesó el infierno que hay arriba para traer estas deliciosas manzanas y les vea el colmillo.- Contesto son sarcasmo Mead.

- ¡Ya sé! Esto es algo simbólico, se supone que estamos en el jardín del Edén, las manzanas, el paraíso y todo eso. Obviamente son del Santuario.- Indago Gallant.

- Demos las gracias a las fuerzas del universo que nos ha enviado esperanza en forma de fruta.- Dijo Dinah.

-Eres tan molesta.- Murmuró molesto Andre por la conducta tan extraña que caracterizaba a su madre.

- Suficiente.- Interrumpió Mead. - La señorita Venable dijo que todos tendrán su turno para sacar una de las manzanas del agua.-

- Ejem...- Mallory llamo la atención desde el segundo piso. - Damas y caballeros, les presento a la señorita Coco St. Pierre Vanderbilt.-

Coco apareció por el pasillo principal, deslumbrando con su vestido y espectacular peinado hecho por su intimo amigo Gallant.

- Un aplauso, por favor.- Pidió el rubio, la mayoría aplaudió el desconcertante peinado.

- ¿Tu lo hiciste?- Preguntó Mead.

- Y sin secadora, a veces me sorprendo a mi mismo.- Alardeó.

Los aplausos fueron interrumpidos por la llegada de Venable al mismo tiempo que Coco bajaba al salón principal. La directriz se paro atrás de la rubia y la asusto provocando un pequeño brinco que hizo a Coco ir junto a los demás púrpuras. 

- Hoy es noche de todos los Santos.- Inicio su discurso. - Lo que marca el principio de la mitad oscura del año, cuando el limite entre este mundo y el otro se afina. Y las almas perdidas se traspasan el firmamento desesperadas por volver a casa, es una noche para recordar a los muertos y ha habido demasiados para llorarles a todos, pero también para celebrar que aun no nos unimos a ellos.- El tono que uso para esas ultimas palabras, le puso los pelos de punta a Mallory.

La pobre chica de lentes estaba a punto de un ataque de pánico, podía sentir que en cualquier momento de desmayaría en medio de la sala.

- No alegramos por las pequeñas coas que antes dábamos por seguras como comer, beber, la música y el baile. Quiero que todos, absolutamente todos, deben disfrutar esta noche como si fuera la ultima.- Venable encendió la música.

Aquello fue tomado como señal de que oficialmente el baile había comenzado, algunas parejas fueron directo a la pista de baile y otros solo disfrutaban de una platica casual. Mallory se acercó con los otros grises, aprovechando que Coco estaba bailando con Gallant.

- Mallory, creí que llegarías con Stella.- Eliot le ofreció un trago.

- No estaba en su habitación.- Informó.

- ¿No?- Jade se acercó a ella. - Pero no ha llegado.-

- Jade, ¿Podemos hablar un momento?- Pidió la chica de lentes.

- ¿Y qué hay de Stella?- Intervino Eliot. - ¿No deberíamos ir a buscarla?-

- Primero necesito hablar con Jade.- Mallory jalo del brazo a la pelirroja dejando atrás al castaño.

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Una figura misteriosa llego al salón principal, yendo directamente tras la señorita Vanderbilt tocando su hombro para llamar su atención sin la necesidad de hablar.

- Ah ¿Y quién eres tu?- Se giró y observo a la figura vestida completamente de negro frente a ella. - Bueno, no eres Andre y reconocería a mi estilista en cualquier lado. Así que debes ser el señor Langdon.-

El encapuchado no dijo nada y simplemente le tendió su mano para invitarla a bailar.

- Claro que será un honor.- Acepto la invitación. 

Comenzaron a bailar al ritmo de la musica lenta que se escuchaba de fondo y de este modo Coco inicio una "conversación" en la que solo ella participaba animadamente. Se sentía con la suficiente confianza y autoridad para discutir sobre quienes serían los seleccionados para ir al Santuario, pues no estaba dispuesta a seguir conviviendo con algunos, por no decir que todos excepto su estilista, de sus actuales compañeros púrpuras y grises.

Nunca imagino con quien estaba hablando realmente...













Últimos capítulos.

El Diablo En Mi •Michael Langdon X (Tn)•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora