✽+†+✽―― prσ́lσgσ

245 18 31
                                    

A las orillas del mar, en una choza de playa de no más un dormitorio, una diminuta sala, el cuarto de baño y, en una simplona cocina; se encontraba una joven albina de verdosas puntas, tarareando una hermosa canción de cuna mientras terminaba de preparar el desayuno para ella y su hermano mayor, el cual todavía seguía dormido. Ya con ambos platos servidos sobre la mesa se dirigió a la sala, en donde encontró a un joven de alta estatura, cabellos castaños claros llegando al rojizo, durmiendo plácidamente sobre el sofá

- Natsuhiko, despierta. Es hora de desayunar

Dijo con dulzor mientras movía suavemente al joven, si mal no recordaba le había prometido ir al mercado con ella antes de irse a trabajar, pero al ver que éste seguía sin despertar decidió tomar medidas extremas, ella no era tan paciente y dulce como muchos creían; tendía a ser muy temperamental en ocasiones. Con su entrecejo fruncido y todos sus intentos desperdiciados, regreso de nueva cuenta a la cocina por una cuchara y un sartén de acero, le habían declarado guerra y claro que ella respondería

Al volver a la sala le dio una última mirada piadosa a su hermano, tal vez estaba siendo muy tosca e insensible considerando lo mucho que Natsuhiko trabaja por y para ella todos los días además de que no había problemas con dejarlo dormir un rato más y...

- Nene-chan... Daikon...

...y, al demonio ser amable con ese imbécil. Con violencia y mucho, mucho enojo, comenzó a golpear el sartén con la cuchara al oído de su mayor mientras gritaba a todo pulmón

- ¡¡Hyuuga Natsuhiko!! ¡¡¡Despierta ya!!!

- ¡¡¡Ah!!!

Gritó el asustado joven cayéndose del sofá en el proceso, con la mano sorbe su pecho y la respiración agitada, un poco más y hubiese terminado sufriendo un ataque. La oji rubí, con una sonrisa burlesca miró a quien se encontraba casi agonizando en el piso, se sintió un poco mal, solo un poco ya que se lo merecía por decirle Daikon hasta en sus sueños

- Buenos días, Natsuhiko nii-sama~

- Nene-chan... serás...

- Lo siento, pero no es mi culpa que no puedas despertarte solo. En lugar de reclamarme deberías irte a lavar las manos que tu desayuno se enfría

El peli castaño rojizo frunció su ceño mientras se levantaba y se dirigía a regañadientes al baño, se las iba a cobrar luego. Al llega se tallo los ojos intentado quitarse la pesadez que sentía, estaba muerto de cansancio y enzima lo despiertan como a un animal, no, ni a los animales trataban de esa forma tan cruel

Ayer, durante su pesca, sus redes se rompieron cosa que no terminó de comprender al verlas en ese estado ya que no estaban tan gastadas y no era como si fuese a hacer pesca carguera, pero de cualquier modo tuvo que quedarse toda la noche despierto hilando las costuras una por una ya que si se iba por la solución "fácil" de comprarse otra le saldría muy costosa, no podía darse el lujo de perder lo poco que ganaba

Lavó su cara y manos, saliendo así del baño listo para desayunar, hoy se tomaría la mañana ayudar siquiera un poco a su hermanita y de paso hacerle compañía, al ser los únicos en esa casa y que él trabaja hasta noche Nene pasaba todo el día sola, así que un día a su lado no estaba de más

- ¡Wow, Nene-chan! ¡Luce delicioso!

- Natsuhiko, es solo sopa de verduras

- ¿Y qué? ¡Igual es deliciosa!

La pequeña albina sonrió sutilmente, no entendía como ese tonto podía elogiar una simple sopa, que desayunaban todas las mañanas e incluso tomaban por almuerzo en ocasiones
¿Sería Natsuhiko demasiado optimista de su situación económica, o ella muy pesimista?

◤ѕςαℓєѕ σf ℓσνє◢ ℕ𝕒𝕥𝕤𝕦𝕂𝕒𝕤𝕒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora