Mi pequeña gran ilusión 「Yoonmin」 「Omegaverse」

Capítulo XXVIII

— Jimin, — susurrando en mi oído — Jimin...

— Mmm... — somnoliento.

— Despierta, tenemos que levantarnos — acariciando mi mejilla.

— Hmm...

El señor Min puso sus manos en mi espalda por debajo del pijama, sus manos son tan cálidas, pero por un momento volvieron a mi cabeza las imágenes de él sin camisa, eso me asusto.

— ¡Desperté!, desperté, — bajandome a un lado — ya desperté

— ¡Hmf! está bien, hay que levantarnos

Después de eso nos dimos un baño por separado y comenzamos a desarmar los muebles de la habitación de Bae, los nuevos muebles, la cuna y las pinturas llegarán en un par de horas, por lo que estamos limpiando y ordenando. La habitación de Bae estará lista después de un par de días así que por mientras él dormirá con nosotros. Bae se encontraba durmiendo en el sofá, el señor Min y yo estamos limpiando las paredes.

— Son demasiadas cosas — suspirando mientras limpiaba.

— Lo sé, descansa, — besando mi nuca — iré a preparar el desayuno

— Está bien, gracias señor

Me tiré en el suelo a descansar, apenas habíamos comenzado, aún falta que lleguen los muebles, estoy cansado. Gateando fui hasta la sala para ver a Bae, es tan adorable cuando duerme, ahora tendrá su propia habitación, es raro, jamás me vi a mi mismo así, no creí o no pensaba en tener pareja, menos alguien como el señor Min, él es grandioso.

— ¿Acaso estoy viendo lo que creo? — preguntó desde la cocina mientras reía.

— ¿Que cosa?

— Acabas de gatear hasta la sala

— Tal vez — avergonzado.

El señor Min reía mientras preparaba el desayuno, yo me quedé en el suelo junto al sofá, verlos a ambos siempre me provoca una sonrisa, al parecer estoy irremediablemente y perdidamente enamorado, el reconocerlo es un poco vergonzoso, cubrí mi rostro con mis brazos al sentir como me sonrojaba.

— ¿Estás dormido?

— N...no

— Bien, el desayuno está listo, nos espera un largo día así que tienes que alimentarte adecuadamente — acercándose a mi.

— So...solo espere un momento

— Vamos, levántate — cargandome.

— ¡No! ¡Señor!

— ¿Que pasa? ¿Por qué te sonrojaste? — viendo mi rostro.

— Por nada — posando mi cabeza en su hombro.

— Dime, — besando mi cuello — para conocernos mejor debes decirme lo que piensas

— Creo que me acabo de dar cuenta de algo

— ¿De que?

— Que... estoy perdidamente enamorado de usted

— ¿Y eso es algo malo? — sonriendo.

— Para mi si

— ¿Por qué?

— Siento que si algún día usted me llegase a hacer daño aún así lo seguiría amando

— Jimin mírame, yo jamás te haría daño, ahora vivo para hacerte feliz por qué tú eres mi felicidad, no me atrevería a lastimarte, te amo

— Yo también lo amo, ¿Puede bajarme ahora? me siento como un niño cuando me carga