Idiota ½

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Las clases eran tan aburridas que juraría que ya me había quedado dormido con anterioridad, solo que no me había dado cuenta porque al estar tanto tiempo con Perú se me había pegado lo despistado.

Este chico era sumamente idiota!!

SÍ!, era el mayor idiota de todo el mundo!!

Que el universo y cada esquina de éste me escuche!, Perú era el país más estúpido del mundo!!.

--Oye Gringito pasame un lápiz -se acababa de asomar hacia mí, sin quitar su vista de la pizarra. No era nada gratificante ver al profesor enfadado.

-No tienes uno? -pregunté.

-Se que me quedó en la jato, no seas malo pe', pasa lápiz mano'

Mano?, que mierda?, se refería a su mano o era algún tipo de palabra utilizada por los incultos de los tercermundistas?. Sí tal vez sea la primera, ya que al rato extendió su mano hacia mí.

Tomé uno de los 3 lápices que tenía. Iba a decirle que no tenía, pero Perú no era tan idiota. Y se lo di.

-Gracias causa, que la fuerza de mi Dios huiracocha te acompañe -me dio unas palmaditas en el hombro y volvió a prestar atención. Mejor dicho, a dibujar en su cuaderno. Dios. Estaba seguro que no aprobaría.









































-Habla gringo!!, vamos a tomarnos una helenas!!, vienes o te controla el novio!? -gritó el peruano. Me hice el distraído -Oye gringo!!, te estoy hablando ctm!!!

No funcionó.

-Oye imbécil te estaba hablando -dijo apenas se acercó a mí -vienes o te controla el novio?

-I haven't got a boyfriend.

-Traduce...

-God.. No tengo novio.

-Mejor aun!!, vamos a tomarnos unas aguas o una pirañita, yo invito -sonrió dejando ver sus dientes mientras unos hoyuelos se formaban en sus mejillas.

-Qué es eso?

-Vamos y verás -me tomó del brazo y me jaló, no podía, éste chico aparte de ser idiota era chato, muy chato. Así que yo me tuve que levantar, yo, él no lograría levantarme ni en un millón de años.

Todo el camino estuve con mi celular. Estaba entre buscar en google "¿cómo deshacerme de alguien sin sonar grosero?" o mensajear a Canadá y decirle que inventara alguna excusa para poder salir de aquí. No sé, podía decir que hubo una avalancha en el patio trasero o que los extraterrestres se acababa de llevar a UK. No me importaba, pero debia de ser lo suficientemente creíble como para que alguien como Perú se la creyese.

Llegamos a una tienda que era atendida por una señora de unos 50 años, le calculaba yo. Parecía cansada, así que deducia que tenía hijos o hasta nietos, porque esos demonios eran unos malcriados. Sí, ya tenía suficiente con Malvinas y Soledad.

-Doña Juana, un gusto. Me puede dar dos pirañitas?, porfas.

-Cómo no casero? -se dirigió a un pequeño refrigerador y sacó dos botellas de gaseosa, entregándoselas a Perú.

Sacó de su bolsillo unas cuantas monedas y se las entregó. Me dio una botella que estaba muy helada, no sabía cómo podía sostener ésto Perú sin que le hiciera sentir incómodo.
Se sentó en una escalón bajo y comenzó a beber.
Imité sus mismos movimientos, nunca me habían invitado así, y estaba seguro que jamás lo volverían a hacer. Salir con cualquier persona era mucho mejor que salir conmigo. Ahora me preguntaba si esto no contaba como cita.

-Y?, como estás? Como está la familia? Qué cuentas?

-Estoy confundido -contesté.

-Creí que ya tenías bien definida tu sexualidad Gringito -le dio un sorbo a su gaseosa mientras me miraba por el rabillo del ojo.

-No, estoy muy seguro de ser gay. Me refiero a que -miré la gaseosa, luego mis manos, y mi vista terminó por cesar en mis zapatillas -¿por qué?, por qué me invistate teniendo a Argentina, Chile o Cualquier otro?

-Porque me caes bien.

-En serio?, después de cómo te traté estos años? -se encogió de hombros -, aunque te cayera bien, por qué no trajiste a Argentina o a uno de tus amigos tercermundistas? -se volvió a encoger de hombros -, no te da miedo que me enamore de ti por ser gay?, ya sabes, me gustan los chicos.

-No creo que ser gay funcione de esa manera, digo, o te enamoras de cada chico que pasa a tu lado?. Además que estaria bien.

Volteé a mirarlo. El ocaso le daba bonita iluminación. Estaba a punto de acabarse su gaseosa, y me di cuenta que yo aún no iba ni por la mitad. Decidí tomarme todo de un sorbo. Tal vez la gaseosa helada lograba quitar éste calor que sentía.
Al terminar la geseosa quise terminar también con este silencio de una buena vez por todas.

-¿que quieres decir?

Suspiró. Y me penetró con la mirada.

-Sí que eres bien duro de cabeza -comentó.
Se acercó a mí cara.
Y me besó.
Y se me cayó la botella, causando un sonido sordo.
Y puso ambas manos en mis mejillas.
Y puso más fuerza en el beso.
Y abrió paso a su lengua.
Y le seguí la corriente.
Y lo tomé de la cintura.
Y cerró sus ojos.
Y cerré los míos.
Y todo se ponía oscuro.
Y no sabía lo que hacía.
Y no sabía lo que sentía.
Y no sabía si era de él del quien me había enamorado.
Y no sabía si era yo o era él el idiota.
Y tal vez los dos éramos unos idiotas.
Éste beso era único, era él primero que había dado, y tal vez quería repertirlo, tal vez deberíamos repetirlo, sólo que no se me ocurría una manera coherente de decirlo sin que se incomodase.

Nos separamos. Y creo que sus labios se acababan de convertir en mi nueva droga.
Él quería llorar.

-Gringo... Lo siento, yo -pero no lo escuchaba. No escuchaba nada. Maldita sea, nada!!.

Quién mierda se creía él para poder invadir mi mente al cien por cien!?, quería decírselo, quería decirle que era un idiota.
Mi boca parecía no poder articular ninguna palabra.

Nuevamente ese silencio volvió. No era ese silencio incómodo, era peor. Era de esos que te obligaba a decir algo. De esos que te hacían recordar que la conversación tenía que ser recíproca.
Pero esa reciprocidad podía irse a la mierda.

-Respondeme, gringo, por favor, yo... Esto fue un error -se tomó de sus cabellos frustrado - Sí, perdón perdon perdón perdón. Fue un grave error.

Tomó mochila y se fue caminando.
Y luego paró en seco, como si se hubiese arrepentido y volviera hacia mí para poder besarme nuevamente. Pero la vida no era una máquina de conceder deseos.
Solo se quedó ahí. Absorto en sus pensamientos.

Y rio, lanzó una pequeña risa, que no estaba ni por asomo a ser de alegría.

-Idiota -se tomó del cabello -diota idiota idiota idiota -susurró.

Y Eso sí pude escuchar.

one- shots UsperDonde viven las historias. Descúbrelo ahora