respira

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Jimin no tuvo que decir nada. Cuando mis recuerdos regresaron de golpe, recuerdé qué era lo que no me dejaba en paz en vida.

Nos paramos delante de la tienda de mamá, el pelinegro me alienta a dar un par de pasos más. Empujo la puerta de la entrada. Mamá mira el televisor entretenida con el contenido que pasan. La última vez que entré, no reparé en las fotografías en el mostrador, ordenadas cuidadosamente. En las primeras aparecía yo de bebé, después en la escuela en diferentes grados, seguidas por fotografías de cenas familiares y las últimas, no las recordaba de nada. En una de ellas había una manita sujetando la diestra de mamá quien estaba a un lado de un hombre castaño que salía a mitad de un movimiento, seguida de esta, la fotografía de una niña que rondaba cerca de los diez años con un rostro idéntico al de mamá en versión pequeña.

La campana de la entrada suena y un hombre lleno de canas, camina en compañía de una joven hasta encontrarse con mi madre. Aquella chica se parece a la niña de las fotografías.

Ella saluda y se aleja momentáneamente hacia el mostrados. Retira los crisantemos y en su lugar deja unos recién cortados. Observa mi fotografía con cariño y al poco rato, regresa con la pareja. Se ven felices.

────Sé que duele ────mira en dirección a mi familia────. Estará bien, ellos han cuidado de ella y lo seguirán haciendo ────dice bajo el marco de la puerta. Asiento con alivio.

Salimos de la tienda, sigo sus pasos al no saber mi destino.

────Es hora Jungkook, respira ────dice mirando el enorme reloj────. El tren ya viene.

────Nunca se detiene ────recuerdo esas mismas palabras. Ahora respirar tiene un gran significado.

────Hoy lo hará ────dice con seguridad.

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