Capítulo 13.

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[¡Feliz 2021! Espero que
a todxs os vaya bien, que
tengáis salud y que
descanséis adecuadamente
¡Os quiero! Y gracias por el
apoyo a la historia.]

—Vamos, que te la quieres follar. —dijo Kai exhalando el humo, y volviendo a dar otra calada.

Me agranté con mi propia saliva, lo que provocó una carcajada por parte de Min, quien se encontraba subido encima de un muro. Sentí cómo mis mejillas se calentaban ante su comentario.

Encrespé un gruñido en dirección a Kai, que me otorgó una media sonrisa. Pedazo de idiota. Solté un suspiro paseando la mano por mí nuca.

—No me la quiero follar, Kai —refunfuñé cruzando los brazos—, no la quiero como un objeto sexual, no es mi intención y mucho menos mi objetivo.

—Te la quieres follar —afirmó Min, le di una mala mirada— ¡Espera! Tal vez quieras algo sexual con ella, y no está mal, ____, pero primero quieres su amor, y la quieres a ella, lo cual está muchísimo mejor.

Hice una mueca asintiendo levemente. Tampoco se equivocaba del todo. Saber que había aceptado mi propuesta me sacaba una sonrisa estúpida. Saqué la pequeña carta de color rosa claro y volví a leerla.

Querida ____:

Estaré encantada de aceptar la cita propuesta, ¿después del concierto entonces? Iremos a casa y después comenzará la cita. Y muchas gracias por las flores, son preciosas.

Lo estoy deseando.

Con cariño, Lalisa Manoban.

Señor, ¿se podría ser más mona? O, ¿podría estar yo más enamorada? Creo que es imposible, pero ella se empeña en demostrarme que sí. Una sonrisa boba surgió de mis labios haciendo reír a los dos chicos que me acompañaban.

—¿Quieres? —ofreció el de cabellos negros. Miré la cajetilla de cigarros, y finalmente negué con la cabeza.

—A Lisa no le haría gracia...a las chicas en general.

—Estás enamorada.

—Estás enamorada.

—¡Callaros!

Ambos chocaron los puños y largaron una carcajada.

—Ve, se te hace tarde. —apremió Min con una suave sonrisa.

—Sí, que tu novia te espera.

Giré los ojos en evidente molestia ¿En qué maldito momento se me había ocurrido decirles algo a éstos dos? Definitivamente iban a ser mi perdición. Me adentré por las calles y por el camino hacia la agencia pedí un sándwich de pavo con kétchup, pues no había tomado almuerzo, aunque no acostumbraba a hacerlo, hoy tenía más hambre de lo normal.

Cuando llegué a la agencia nadie me reprochó nada, pues el jefe me había dado vía libre para estar en ella. Y, hablando del rey de Roma, me lo acababa de cruzar.

—Buenas, señorita Whitelone. —saludó con un respeto impoluto, como siempre.

—Puede llamarme ____, señor Yang —dije alzándome de hombros—. Y, ¿puedo hablar con usted?

—Supongo, ¿qué necesitas?

—Vacaciones —arqueó una ceja extrañado, por lo que me apresuré a aclararle—, para las chicas, para Blackpink.

—Uhm, ¿qué sugieres exactamente?

—Ellas han estado trabajando mucho últimamente y yo sé que usted es consciente de ello y suficientemente observador como para que yo se lo diga, pero necesitan un descanso, llevan entrenando mucho tiempo, y haciendo conciertos —enumeré—, por lo tanto, solicito unas vacaciones del tiempo que usted estime correcto, en la Blackpink House, y finalmente, a Tailandia.

𝐄𝐍𝐂𝐎𝐍𝐓𝐑𝐀𝐃𝐀. || Lisa y tú. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora