Capítulo 13

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Stephanie y Luke pasaban largas horas caminando tomados de la mano. Iban al cine, salían con sus amigos, a veces se quedaban en casa y en otras salían a tomar aire. Resumiendo: aprovechaban el tiempo para estar juntos. Un día salieron a pasear por el centro comercial.

-¡Compremos cosas de parejas! -dijo Luke emocionado al ver una vidriera
-Oh no, claro que no -dijo ella con cara de asco-. ¡Eso es cursi!
-¿Me vas a decir que tú no eres cursi?
-Un poco quizás, pero no lo sé, me parece tonta la idea.
-¿Cómo que no quieres tener algo de parejas? Existen tantas cosas...
-Lo sé. Llaveros, anillos, collares, remeras, buzos, ¡y quién sabe qué otras cosas hay!
-¡Vamos Steph! -hizo puchero-. ¡Por favor!
-¡No, no y no! Nunca me pondré algo así -dijo enojada
-Está bien -resopló- ¿Al menos aceptarías comer helado?
-Eso si -dijo sonriendo

Fueron hasta la heladería y cada uno pidió el suyo. Luego se sentaron en una de las mesitas de afuera del local.

-Hay algo que nunca pude decirte Luke -dijo Stephanie
-¿Qué?
-Gracias por haberme salvado de los lobos aquella noche.
-¿Eh? ¡Yo sólo te salvé de Debrah! -rió él-. Y ni siquiera logré que no te hiera.
-¿No recuerdas? ¡La vez que un lobo quiso atacarme y tú lo detuviste!
-Lo siento, yo no fui -se encogió de hombros
-Ah -dejó el tema de lado- pensé que habías sido tú -murmuró
-¿Más helado? -le estiró su cuchara
-¡Con gusto! -rió ella-. ¿Tú quieres?
-¿Viniendo de ti? ¡Por supuesto! -comió el helado-. Te quiero Stephanie.

Todo era como un cuento de hadas, la pareja perfecta. Amor por todos lados. Pero Stephanie comenzó a dudar. Sentía que algo no iba bien, algo no estaba funcionando. Al principio todo era mágico, pero ella veía que la chispa iba desapareciendo de a poco. No se animaba a decirle a Luke, pues no era su intención lastimarlo. Él siempre era un amor con ella: no sólo la cuidaba, sino que también la dejaba participar en su mundo de lobo. La decisión que tomó fue evitarlo. Prefirió distanciarse sin que él se diera cuenta. Las clases iban a empezar, lo cual ayudaría mucho; tenía todo asegurado.

-Hoy tengo que estudiar -le dijo ella a Luke mientras estaban con los demás-. Perdón.
-Tranquila -le levantó la cabeza- ¡lo entiendo!
-Gracias...
-¡No me agradezcas! -le dio un corto beso-. Ahora ve a clase.
-¡Adiós! -saludó con la mano
-¡Adiós chicas!

Ellas entraron a clase y se sentaron en sus bancos. Sus amigas la miraron.

-Soy una basura de persona -dijo Stephanie apoyando la frente en la mesa
-Un poco -se le escapó a Nicole. Stephanie la miró enojada-. ¿Qué? ¡Tú misma lo dijiste!
-Deberías hablar con él -insistió Lilly- antes de que sea tarde.
-¡No quiero herirlo!
-¡Debes hacerlo antes de que se siga ilusionando!
-Buscaré una manera de decirle -suspiró-. Él me odiará, y cada vez que lo vea triste me pondré mal.
-¿Estás segura de todo esto?
-Si Lilly, él no es el indicado -torció la boca-. Lo siento dentro de mi.
-Sabes que nosotras te apoyaremos, ¿no?
-Gracias chicas, ¡me harán mucha falta para el momento en que se lo diga!

Nicole se acercó a Stephanie y la abrazó.

-¡Siempre nos tendrás!
-Lo sé -rió
-¡Me uno al club! -dijo Lilly abrazándolas

Stephanie acababa de bañarse. Había dejado sus aretes sobre la cama y ahora no los encontraba. Tenía que irse en menos de media hora ya que Todd la pasaría a buscar para ir a casa. Buscó en el piso, dentro de la cama, en las otras camas y en el guardarropa, pero seguían sin aparecer. Abrió su cajón de la mesita de luz y ahí los encontró; las chicas los habían guardado. Estaba por cerrar el cajón cuando algo llamó su atención: una pulsera rota descansaba allí. Ella la tomó y la acercó a sus ojos.

-¡Es la que encontré en el bosque! -exclamó-. Mmm... Creo que se puede arreglar.

La llevó a su casa y el sábado por la mañana la arregló. Había quedado como nueva, sólo si se la veía de cerca se notaba lo arreglado. Se la puso en la muñeca derecha y fue directo al entrenamiento de Todd. Intentaba evitar a Luke en todo momento, así que las prácticas serían su salvación. Su hermano se encontraba luchando con Cameron, como de costumbre. Ninguno se rendía, sólo se golpeaban hasta que uno perdiera. Pronto Cameron terminó tirado en el piso.

-Bien hecho, Todd -dijo Stephanie aplaudiendo
-¡Pensé que no vendrías!
-Necesito despejarme y este es el lugar perfecto -giró hacia Cameron-. ¡La próxima será, Miller!
-Pronto verás a tu hermano en el piso y veremos quién ríe último -miró la muñeca de Stephanie -. ¡Mi pulsera! -gritó señalándola
-¿Qué? -ella tocó la pulsera-. ¡Es imposible que sea tuya!
-¡Estoy seguro que es la mía!
-¿Le reclamas a mi hermana una pulsera sólo porque no me ganaste? -dijo Todd riendo-. ¡Eso es patético!
-¡La perdí hace meses en la universidad! La busqué por todos lados y no pude encontrarla. Supuse que la había perdido en el bosque o en el campus -explicó-, pero no estaba.
-Yo la encontré allí -dijo Stephanie en voz baja. Tragó saliva- ¿Cómo puedo saber que es la tuya?
-La mía tiene unos números tallados en la parte interna -ella se fijó
-Oh, ¡es cierto! -dijo asombrada. Se la sacó y se la entregó-. Toma, ¡lo siento!
-No pasa nada, está bien -se la puso-. ¡Creí que nunca volvería a encontrarla! ¡Gracias! -le sonrió ampliamente
-Ya deja de sonreírle, Miller -dijo Todd tapándole la boca

Stephanie rió y negó con la cabeza. Todd era demasiado celoso, pero amaba que se ponga de esa manera. A partir de entonces comenzó a asistir a cada entrenamiento. No sólo para dispersarse, sino también para evitar a su novio. Tenía planeado hablar con él, pero aún no tenía el valor.

Dos semanas más tarde, en un día sábado, Stephanie notó que Cameron no había asistido, otra vez.

-¿Volvió a faltar? -le preguntó a su hermano mientras volvían. Él asintió-. ¿Cuántas clases van?
-¡Esta es al segunda! Me aburro si no peleo contra él -rió

A ella le llamó la atención. ¿Estaría enfermo? Tampoco lo había visto mucho en la universidad. Algo le había pasado y ella quería saber. Recordó que sus madres se conocían así que le pidió la dirección. El domingo fue allí y se paró en la puerta de la casa. Miró el timbre por un rato. Acercaba su dedo y a los segundos lo sacaba, no se animaba a tocarlo. Decidió irse, pero el picaporte comenzó a moverse. Stephanie, desesperada, miró hacia todos lados buscando un escondite, pero ya era tarde.

-¿Necesita algo? -preguntó la mamá de Cameron al encontrarse con una persona en la puerta-. ¿Está buscando a alguien?
-Buenos días, Sra. Miller.

La mujer la miró de pies a cabeza. No tardó mucho en reconocerla.

-¡Phanie! -exclamó- ¡Por poco no te reconozco!
-Hace cuánto que alguien no me llama así -rió-. No quise asustarla.
-¡Qué grande estás pequeña! -la tomó de los hombros-. ¿Qué haces por aquí?
-Bueno, yo... Cameron -hizo una pausa
-¿Lo estás buscando?
-¡No! ¡Sí! Ash... -la Sra. Miller la miró confundida-. Noté que hace mucho que no va a los entrenamientos, ¡y me preguntaba si algo le había pasado!
-Ah, ya veo -rió al verla avergonzada-. Tengo que ir a comprar, ¿quieres acompañarme?
-¡Claro!

Caminaron juntas hacia el almacén del pueblo. El sol estaba brillando en lo alto y comenzaba a sentirse al aire que anunciaba la primavera. Stephanie respiró de la templada brisa. La Sra. Miller la miró divertida.

-Cameron está lastimado, por eso no está yendo a las prácticas -explicó-. No quiero que haga esfuerzo.
-Ah, eso explica todo.
-Él me contó muchas cosas sobre ti.
-¿Sobre mí? -abrió los ojos-. ¿Qué le dijo?
-¡Me contó sobre tu exposición y sobre el incidente del bosque!
-¿Lo sabe? -la Sra. Miller asintió-. Fue una noche extraña, pero lo bueno es que no me pasó nada. ¡Cuando abrí los ojos me encontraba en una cama!
-Sí, me dijo. ¡Qué susto debes haberte pegado!
-Sí -hizo una mueca-. ¿Puedo preguntarle algo?
-Lo que quieras -entraron al almacén
-He visto a Cameron en la universidad, pero parece diferente a como es en las competencias. ¿Cómo es él en realidad?
-Mi Cameron es un encanto de persona, y no lo digo por ser su madre -ambas rieron-. Siempre cuida a las personas que le importan, ¡hasta daría su vida por ellas! Es muy amoroso y sociable. Siempre sonríe, incluso si está triste. Pero eso es malo porque a veces no me deja ver cómo se siente - Stephanie asintió-. Es muy reservado en cuanto a sus sentimientos, pero son muy profundos. Si hablamos de comportamiento... ¡es un revoltoso salvaje!
-¡Ya lo creo! -comentó Stephanie riendo

La Sra. Miller pagó y salieron del almacén. Mientras caminaban, ella le contó a Stephanie los recuerdos que tenía de Cameron y Todd juntos.

-¿Quieres que le diga que viniste?
-¡POR FAVOR NO! -gritó agitando las manos

Llegaron a la puerta de la casa. Cameron fue hasta su madre.

-¿Dónde estab...? -paró de hablar al ver a Stephanie ahí. Se notaba que ella también estaba incómoda-. Hola...

¡Holi! Disculpen la demora, estuve ocupada :P ¡Disfruten! Los loveo♥

Is he a wolf?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora