Game Over ➶︎ Jikookmin AU

48 - Amantes

Cuando Jimin despertó tanteó a su lado, pero la cama se encontraba vacía, vacía y fría.

Alzó la mirada, la ropa estaba recogida a un lado de la cama, su teléfono sobre la mesa lleno de mensajes y la ducha en funcionamiento en la otra parte de la habitación. Bostezó y aprovechó la soledad del cuarto para estirar sus músculos y luego levantarse para caminar hasta el baño.

Abrió con cuidado la puerta para no hacer ruido, deslumbrando a Jungkook en la ducha, alegre y tarareando alguna canción en inglés. Sonrió apoyado en el umbral de la puerta. ¿Qué hacía? ¿Se iba sin despedirse, se despedía o no se iba?

— ¿Vas a quedarte a mirar todo el rato o vas a venir a acompañarme?

La voz de Jungkook interrumpió sus pensamientos. Le miró tras la mampara de la ducha y cerró la puerta del baño tras su espalda para adentrarse con el más alto. Jungkook le sonrió de lado triunfante y acercó su cuerpo mojado al del pelinegro.

— ¿Ibas a irte sin despedirte?

— N-no... no te sentí en la cama. —Tragó saliva cuando Jeon bajó su rostro hasta enterrarlo en el cuello y succionar lentamente—. Jungkook...

— No me arrepiento. —Murmuró—. Tampoco estoy preparado para algo serio.

— ¿Estás insinuando ser amigos con derechos?

— Amantes, como lo fuimos en un principio.

Jimin alzó una ceja confundido, pero siguió hablando.

— Hay cosas que deberías saber, Jungkook.

— Me da igual, ya no me importa nada. Ni lo que has hecho todo este tiempo ni con quien has estado de mientras. —Acarició la cintura del contrario y se pegó más a su cuerpo cambiando el rumbo de los besos al otro lado del cuello. Jimin casi jadeó cuando su mano se aventuró más abajo, casi rozando su miembro semi-erecto—. No seas aguafiestas, juguemos un rato antes de que te vayas, en modo de despedida.

Jimin gruñó en respuesta ante la voz ronca cerca de su oído y Jungkook por fin envolvió sus dedos alrededor de su eje en un bombeo constante que mantuvo al rubio sollozando en pocos minutos. Apretó su glande y besó y succionó sus pezones mientras dejaba que el pelinegro se deshiciera en sus brazos. No obstante, antes de que Jimin lograra acabar, llevó su pulgar con el líquido pre-seminal a su boca y lamió el dedo ante la atenta mirada del más bajo.

— No me dejes así, Jungkookie... —Casi rogó.

Pero Jungkook no estaba para juegos porque su propia erección dolía como mil infiernos, así que sin más atrajo a Park por sus muslos y lo alzó al aire pegándole a la fría y húmeda pared de azulejos mientras las gotas de la ducha lograban caer sobre ambos.

No tardaron mucho tiempo en volver a besarse como lo habían hecho el día anterior, Jimin destensó sus brazos alrededor del cuello de Jungkook y rodeó su cintura con sus piernas para tener un buen soporte. Jeon ni siquiera se encargó de prepararlo esta vez cuando ya estaba dentro de él en una dura embestida.

— ¡Oh, demonios! —Gimió Jimin, había tocado directamente su punto de nervios de una.

— Eso es, bebé, hazme saber cuánto te gusta que solo yo te tenga.

Jimin no se permitió cerrar su boca ante los gemidos y jadeos ahogados que salían de ella, a veces Jungkook besaba sus labios con fervor para acallar sus gruñidos mientras seguía con embestidas duras y constantes, rebotando a Jimin y haciéndolo subir y bajar en la longitud de su miembro con el soporte de los azulejos y el cristal empañado donde ahora Park se sujetaba.

No aguantando más ante las arremetidas contra su próstata, Jimin se vino manchando su vientre, sollozando de placer, con pequeñas lágrimas decorando su rostro que daban por creer ser gotas de agua. Su esencia cayó de inmediato con el rastro de agua y se fulminó por el conducto. Jungkook siguió bombeando en su interior buscando su propia liberación, manteniendo el clímax del pelinegro unos segundos más. Hasta que no pudo aguantar más la tensión en su vientre y salió rápidamente de su interior para masajear su miembro un par de veces antes de correrse contra los azulejos.

Jimin aún reposaba su espalda en la fría cristalera, respirando entrecortado, y Jungkook no estaba mejor que él.

Cuando ambos se miraron tras esa dura sección de sexo, rieron cómplices y Jungkook alcanzó a un par de toallas para secarse.

La mañana había empezado de maravilla para ambos.