Me enamoré de una chica extrovertida.

Todo Estará Bien

Ambos seguían recostados, eran dos cuerpos muertos que se tapaban con las sabanas.

-¿que te sucede porque te fuiste dentro? ¿Estas loco?-. Rei preguntaba muy exaltada mirando el techo.

-S-solo no pude, en cuanto terminaste, simplemente no pude, ya fue tarde-. Respondía Kenma igual de exaltado.

-Bueno... No creo que pase nada-. Suspiró la chica.

-¿No existe algo que podamos hacer?¿Que hiciste con Kuroo, no crees que es peligroso pasar dos veces por una situación similar?- Kenma se sintió preocupado por la situación.

-B-bueno... El si tenía condones, así que no hubo problema, pero en este caso... No hay nada que podamos hacer-. La chica se avergonzó un poco. -De todas maneras, quédate tranquilo, es difícil que pase... Algo así, por hacerlo tan solo una vez-. Decía Rei con notoria inseguridad.

Kenma suspiro, solo podía pensar que Kuroo era un pervertido en potencia por haber pensado en traer cosas así a un campamento deportivo escolar. -Ahh~ no me sentiré tranquilo hasta que lo descartemos-. El chico se sentó en la cama cubriéndose aún con las sabanas. -Debemos ir a tomar una ducha-. El chico la miró.

-¿juntos?- Preguntó Rei con una sonrisa coqueta en el rostro.

-Esta bien-. Dijo Kenma desviando la mirada algo avergonzado.

La chica se puso de pie, recogió algo de ropa y se dirigió al baño, Kenma luego repitió lo mismo y se adentraron en la ducha.

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Día 7 14:30 hrs.

Ambos habían ido a almorzar como si nada, la chica se reunió con su equipo y Kenma con los chicos.
Kenma fue el ultimo en llegar al almuerzo, algunos ya habían terminado incluso, el chico se sentó al lado de Kuroo como de costumbre. Todo estaba normal, hasta que Kuroo lo empezó a mirar con una cara perpleja. 
"Mátenme" pensó Kenma, sabía que había sido descubierto una vez mas, solo aún no sabia cómo.

-¿Que tanto me ves?-. Reprochó el menor.

-T-tu cuello y tu b-boca...-. El mayor no podía responder por el impacto.

-¿Eh?-. Kenma no lograba entender.

El mayor tomó a Kenma por el brazo y lo llevó al baño rápidamente para que se viera al espejo, en cuanto llegaron Kenma entendió la reacción.
Sus sabios estaban morados, al igual que su mentón y todo su cuello, este ultimo tenia claras marcas de mordidas.

-Q-que fue... ¿Qué paso precisamente Kenma?-. El mayor no entendía como había quedado así.

-Tu que crees-. El chico subió el cierre de su polerón hasta arriba, el cual afortunadamente tenia un cuello alto.

-Hey, debes contarme esas cosas ¿ya lo hicieron? ¿Cuando?-. El pelinegro moría de curiosidad.

Kenma suspiró -Si, luego de hablar contigo, acabo de volver de la pieza-. El menor de sentía avergonzado.

-¡¿R-recién?! Hey y ¿Qué te pareció?¿Como fue? ¿De donde conseguiste preservativos? ¿No me dirás que alguien como tu estaba preparado para algo así?-. El mayor no podía mas con sus dudas.

Kenma se empezaba a sentir agobiado. -Ehh.. Bueno... No deberías preguntar tantas cosas imbécil-. Kenma miró hacia abajo desviando la mirada -S-supongo que... Estuvo bien, pero... Ocurrió algo-. El chico se quedó callado.

-Hey que sucede no me asustes-. Le dio un golpe suave en el hombro al menor. -no me diras que terminaste al verla o algo asi ¿no?-. El mayor se burlaba.

-Estúpido, claro que eso no pasó, es solo que... Bueno... No teníamos un preservativo, solo empezamos a hacerlo y ya, pero luego...-. Kenma hizo una pausa. -Termine dentro de ella-. Dijo seco.