Febrero de 1986, Beverly Hills.
— ¡Amy! ¡Baja a desayunar! — gritó mi madre desde abajo.
— ¡Voy! — le respondí de la misma forma mientras colgaba mi mochila en el hombro y tomaba los papeles para seguir estudiando para el examen.
Bajé rápidamente las escaleras, casi mas tropezando con algun que otro escalón por la rápidez con la que iba. Llegué a la cocina y allí en la isla se encontraba el desayuno perfectamente servido. Bufé fuertemente a propósito para que ella me oyera y me acerqué a dejarle un beso en la mejilla.
— Puedo prepararme el desayuno sola, mamá — me senté en uno de los banquillos.
— Pero que tiene de malo que tu querida madre te prepare el desayuno — rió — Tendrás diecinueve pero para mi, siempre serás mi bebé — dejó un beso en mi cabeza y se acercó al fregadero para lavar los utensilios sucios.
— Oh ya... — reí — La verdad se ve delicioso y todo mamá pero... no tengo hambre — hice una mueca, tomé nuevamente los apuntes con la intención de releerlos pero ella me interrumpió.
— Amelie, tienes que alimentarte bien, ¿Crees que tu cerebro va a funcionar al cien por ciento hoy en tu examen por no desayunar? Si es lo que piensas, estas equivocada.
— ¡Estoy nerviosa! Se me cierra el estómago, no puedo pensar en otra cosa que no sea en ese examen de balística, además es mi primer examen de esa materia — respondí frustrada.
— ¡Y con mas razón! Vamos nena, come aunque sea un poquito, por mi. Te lo preparé con mucho amor — sólo faltaban esas últimas palabras para hacerme sentir culpable. Rodee los ojos e intenté de forma tranquila llevar una cucharada de aquel tazon lleno de yogurt y frutas a mi boca.
Disfruté los primeros tres bocados, pero luego sentí como mi estómago de alguna forma me dió a entender que no era buena idea seguir consumiendo alimentos en este momento. Alejé un poco el tazón de mi y me levanté del banquillo acomodando un poco la ropa, deseando que no tuviera ninguna arruga.
— Me voy mamá, te veo luego — tomé una manzana del frutero y la guardé en mi mochila.
— Mucha suerte cariño, conduce con cuidado — asentí sonriente y salí de allí lo mas rápido que pude.
Subí a mi Jeep, tiré la mochila en el asiento de atrás y dejé los apuntes en el asiento del copiloto. Encendí el motor y emprendí camino hacia la Universidad.
No puedo dejar de pensar en el examen, en todo el camino no deje de repetir todas las cosas que había estudiado, para por lo menos, ir entrenando mi mente y acordarme.Paré en el estacionamiento del campus y bajé para dirigirme al salón correspondiente. En el camino a este me crucé con amigos y conocidos, digamos que mucha atención no les presté, ya que mi cabeza solo esta centrada en una cosa: aprobar ese maldito examen.
— ¡Hazel! — sentí el grito lejano de Jeena, mi mejor amiga. Giré sonriente y extendí ambos brazos para que cuando se acerque formar un abrazo.
— Hola Jen — se acercó casi corriendo, aceptando el abrazo. Un poco mas hace que las dos cayeramos al suelo del fuerte impulso.
— ¿Lista para el examen de hoy? — comenzamos a caminar nuevamente hacia el salón.
— Te soy sincera, la verdad no — hice una mueca.
— Que extraño que la señorita Amalia tenga miedo de un examen, la "miss" notas excelentes.
— Callate idiota, hace mas de diez años que me conoces y todavia no aprendiste bien mi nombre — reí y la empujé suavemente en forma de broma.
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𝘮𝘢𝘺𝘣𝘦 𝘪𝘯 𝘢𝘯𝘰𝘵𝘩𝘦𝘳 𝘭𝘪𝘧𝘦 | Slash
RomanceEl bar mas concurrido por la juventud en Los Ángeles logró encontrarlos. Él nunca imaginó conocer a una persona tan dulce, amable y con tan grata personalidad como lo era Amelie. Su dulce Amelie, como solía decirle. Quien diría, que por circunstanci...