VEINTIDÓS [ Drarry | Harco ] (OneShots)

12. Mujer Despechada

Original: Woman Scorned por anónimo

Resumen: Pansy es demasiado engreída para su propio bien.

Link al original: https://archiveofourown.org/works/192826

Advertencia: POV Pansy

***

Nunca dejé que ninguna de las otras putas de Draco me molestara. Esas estúpidas chicas (y chicos) piensan que Draco les mete la polla porque las encuentra atractivas. Algunos de los verdaderamente chiflados piensan que se trata de amor. Como Terry Boot. Qué sorpresa para ese corderito demente cuando Draco lo dejó. Como si su virginidad fuera algo de valor para Draco. No lo fue. Como él lo descubrió. Para que quede claro, me acerqué a ese estúpido después del desaire y le murmuré al oído:

—Si apreciabas tanto tu virginidad, quizá no debiste entregarla tan fácilmente, ¿eh? —mi reputación de perra de primera clase fue firmada, sellada y entregada ese día.

Para que lo sepan todos y cada uno. El sexo es poder. Los Slytherin lo entendemos demasiado bien. No lo hacemos a borbotones ni lo cubrimos con sentimentalismos. Se trata de quién es el líder. Y sobre permanecer en la cima. Si Draco se coge a un estúpido Ravenclaw y luego me coge a mí, ¿qué significa? Que siempre vuelve, y aunque a veces puedo oler su perfume en él, o incluso probar orgasmos ajenos en su polla, no importa porque luego me hace el amor. A mí. Y no tengo dudas de que el verano que nos graduemos, Pansy Malfoy decorará su propio cuarto en la Mansión Malfoy.

Poder. Es como respirar para los Malfoy. Pasé suficientes tardes en la Mansión Malfoy a lo largo de los años como para olerlo. Narcissa siempre tres pasos adelante en cuestiones de sociedad y moda, humillando a mi pobre madre cuya elección de vestido siempre le hace parecer que ha transformado las cortinas en túnicas. Lucius sosteniendo su postura como el segundo al mando del Señor Oscuro. Nunca he estado muy segura de si él estaba particularmente feliz cuando regresó el que no debe ser nombrado, pues un hombre de su calaña odia ser el segundo, pero los Malfoy son locos por el poder, no estúpidos, y Lucius siempre persigue lo que quiere, sin importar qué.

¿Cuántas noches nos habíamos reído a carcajadas de sus conquistas, apoyados en la cabecera de la cama de Draco mientras bebíamos una botella del mejor coñac de Lucius?

—Esa Susan Bones rellena sus sostenes. Dios, esa vez ella olvidó sacarse los pañuelos, y cuando quise tocarle una teta, cayeron todos en mi mano. Para hacérselo ver, fingí que me sonaba la nariz con uno de ellos.

—Oh Dios, Draco, no lo hiciste, ¿verdad? —me reí tanto que me dio hipo.

Lo último fue cuando se folló a Potter. El Chico de Oro dándoselo a Draco. Qué risa me dio eso. Me sorprendió que fuera así, francamente. Pero luego lo pensé. Él era una puta en busca de atención. Supuse que era cuestión de tiempo que dejara esa mierda de "te odio, Malfoy" y mostrara su verdadera cara. Que estaba tan cautivado por Draco como el resto de nosotros.

Esa noche se acostó con Potter, después Draco pasó horas tocándome. Haciéndome venir una y otra vez y otra vez. Como si quisiera borrar todo rastro de Potter. Fue la noche más excitante de mi vida. Seguí esperando que lo dijera, que dijera que me amaba. Cuando las palabras nunca llegaron, no me preocupé. Los Slytherin no hacían eso. No se confesaban, ni abrían sus almas así. Y si a la mañana siguiente desperté sin compañía en la cama, no importó. Lo entendí.

Hubo una conversación curiosa que tuvimos poco después cuando Draco confesó que Potter había sido virgen. Yo esperaba que se ufanara de ello. Que gritara a todos en la sala común de Slytherin que había roto la cereza de Potter, pero yo fui la única que lo supo. Y Draco no sólo no se burló de la virginidad de Potter, sino que pareció confundido y, joder, si no lo conociera, horrorizado también.

— ¿Y qué? Era virgen, sí. Si lo piensas bien, ese fue un golpe aún más grande. —insistí.

—Lo fue —sonrió—. Maldito Potter. Perdió su virginidad conmigo.

Nos reímos mucho por eso.

Esperé a que Draco anunciara en el Gran Salón que había desflorado al Chico de Oro; que presumiera ante esos idiotas seguidores de Dumbledore que Potter le había ofrecido el culo en desesperación a Draco Malfoy. Pero ni una palabra. Ningún anuncio.

Y entonces Draco empezó a evitarme. A todos. Se desaparecía después de la cena. Parecía constantemente impaciente con todos nosotros, como si le quitáramos su precioso tiempo. El poco tiempo que pasaba en la sala común, criticaba a todos. Greg era demasiado estúpido, Vince demasiado gordo, yo demasiado perra. ¿Como si todo esto fuera nuevo? Mientras estaba en la biblioteca, golpeaba con los dedos la superficie de la mesa y luego desaparecía entre las estanterías, pero nunca regresaba con el libro que dijo que necesitaba.

Pero lo peor de todo, lo peor de todo, era que no me besaba, y me follaba con un ritmo metódico que no hacía nada más que excitarlo a él. Su orgasmo era silencioso, como si fuera una carga, una necesidad. Negó que se estuviera acostando con alguien más.

No lo confronté. Lo seguí. Lancé un Silencio sobre mis pasos y me mantuve cerca de su espalda mientras se abría paso a través del castillo. Me quedé allí en silencio mientras hacían el amor. Nunca dije una palabra mientras mi Draco acariciaba cada centímetro del cuerpo de ese imbécil flacucho y con cicatrices. Me quedé completamente en silencio ante los sonidos de necesidad que hacía mientras Potter se la chupaba. Y escuché también cuando Draco le dijo al imbécil esas palabras que nunca me había dicho a mí.

Los dejé y fui directo a Snape. Porque el sexo para los Slytherin no se trata de amor ni de deseo. Se trata de poder.

—Profesor Snape. Lléveme con el Señor Oscuro. Conozco la mayor debilidad de Potter.

— ¡Obliviate!

fin