Capítulo 9: Celo Parte 4

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Kinoshita despertó a Kageyama cerca de las nueve de la noche, para que cenara. Como su calor todavía no había subido lo suficiente como para empezar a molestarlo, el omega se volvió a dormir después de comer.

La siguiente vez que Kageyama se despertó, con su celular al lado de la almohada, por las dudas. Todo su cuerpo ardía, y estaba acurrucado con las piernas contra su pecho para aplacar un poco los calambres.

Gimiendo, tomo su teléfono y marco el número del siguiente alfa que tenia que ayudarlo, un poco angustiado, pues eran las dos de la madrugada, y la verdad, no quería molestar a su alfa.

Enoshita, había dormido una buena siesta, y por las dudas, se había quedado despierto en su cuarto. En el momento en que escucho su celular comenzar a sonar, teniendo en cuenta que eran las dos de la mañana, supo de inmediato quien era.

- ¿Tobio? -Pregunto por su teléfono.

- ¿Puedes... venir? Por favor. -Escucho a su omega suplicar.

Enseguida, Enoshita salió de su cuarto, y se metió al del omega. Cerro la puerta con llave, y se adentro en el nido, hasta llegar al medio.

Kageyama estaba teniendo otra ola de calambres, cuando una mano se poso sobre su cadera, y él abrió los ojos. Enoshita estaba sentado a su lado, mirándolo con preocupación.

-Hey, ¿muy mal? -Pregunto, y Kageyama no pudo evitar soltar un gemido lastimero.

Enoshita suspiro, y le indicó a su omega que extendiera las piernas. Él se sentó entre medio de ellas, y se agacho para besar al niño.

-De acuerdo, no te preocupes, me ocupare de esto. -Él murmuro contra los labios de Kageyama.

-Esta bien... -El omega asintió.

Kageyama ya lo había notado por las personalidades tan diferentes de sus alfas, pero cada uno tenía su propia forma de ayudarlo. Asahi había sido muy suave y delicado con él. Suga fue más juguetón, pero igualmente delicado. Tanaka había sido agresivo pero atento. Nishinoya, muy perceptivo y cariñoso. Enoshita, ahora, demostraba ser, más dominante que cualquiera de los demás, y mucho más seguro de si mismo al manejarlo.

Los otros cuatro habían estado inseguros algunas veces, pero Enoshita no. Lo ponía en las posiciones que él quería, y lo tocaba con total seguridad, no es que a Kageyama le molestara. En realidad, a él le gustaba, ya de por si su cabeza estaba nublada, por lo tanto, no tener que esforzarse en mantenerse un poco consciente para ayudar a sus alfas, era muy agradable.

Enoshita sabía que, durante su celo, a los omegas se les nublaba la mente, y mantenerse consciente era un reto muy difícil. No quería que su omega se esforzara, así que, él tomo el control de todo, y lo manejo, siempre con un ojo sobre las expresiones que, hacia el niño, para saber si tocaba algún lugar equivocado.

Para él, como alfa, le pareció muy lindo que su omega lo dejara dirigir todo, y confiara en que él podría hacerse cargo de ayudarlo sin problemas.

Al final, cuando Enoshita notó que su omega necesitaba su nudo, engancho sus piernas sobre sus hombros, y lo penetro. Kageyama dejo que su alfa lo moviera como un muñeco, y lo hiciera gritar, cuando encontró su próstata.

Al momento de anudarlo, Enoshita, se agacho, y mordió el muslo interno derecho de Kageyama, dejándole su marca ahí.

Habiendo logrado bajar su calor, el alfa se recostó de lado en el nido, con su omega acurrucado entre sus brazos, y le mostró su muñeca. Kageyama entendió enseguida, y la mordió, dejándole su marca ahí.

- ¿Mucho mejor? -Enoshita pregunto, acercando más a su omega.

-Sí... gracias... -Kageyama respondió, medio adormilado, y colocando su cabeza contra el cuello de su alfa, empezó a ronronear, terminando de dormirse.

Enoshita se quedo unos minutos, escuchando los ronroneos de su omega, antes de caer dormido también.

En la mañana, el alfa le envió un mensaje a los betas, para que subieran el desayuno de su omega, cuando este se despertó.

Kageyama se mantuvo, acurrucado contra Enoshita, hasta que Yamaguchi entró a la habitación con una bandeja en las manos.

-Bueno, hora de irme. -Enoshita hablo, y se levanto de donde estaba acostado. -Te veré cuando termine tu celo, encantó. –

Kageyama le sonrió al alfa, y esté deposito un beso en su frente antes de irse.

Yamaguchi entro al nido sin problemas, una vez que su sempai alfa se fue.

-Buenos días. -Saludo a su amigo de primer año.

-Buenos días, Yams. -Kageyama le sonrió al beta. -Eso huele bien. –

Yamaguchi dejo que el omega comiera solo, mientras él preparaba la bañera, para que tomara una ducha caliente. Volvió al terminar, y su amigo, ya se había terminado todo lo que había en la bandeja.

-Tenias hambre. -Comentó.

-Mi celo toma todas mis energías, y necesito recargarlas de alguna forma. -Kageyama explicó, aunque no menciono que, en realidad, estaba comiendo menos de lo usual.

-Bueno, el baño está listo. -Yamaguchi aviso, y ayudo a su omega a salir del nido, aunque lo dejo caminar hasta el baño, pues no tenia tanta fuerza como sus sempais para cargarlo.

Kageyama no lo dijo, pero le gusto caminar. Era la primera caminata que hacía desde que había empezado su calor, y dudaba que tuviera otra, si Yamaguchi no volvía a ayudarlo. Sus sempais betas habían sido bastante claros al decir que querían mimarlo mucho, y eso incluía no dejarlo caminar.

De todas formas, Kageyama dejo que Yamaguchi lo bañara, y lo ayudara a vestirse. Luego de eso, el omega comenzó a pensar que quizás, seria una buena idea escribir indicaciones sobre como quitar y poner las sabanas en su nido, pues su amigo beta tenia el mismo problema que sus sempais.

-Jamás creí que quitar y poner sabanas en un nido fuera tan complicado para los demás. -No pudo evitar comentar, mientras veía a Yamaguchi luchar para poner las sabanas limpias. - ¿Seguro no quieres que yo lo haga? –

Yamaguchi quería consentir a su compañero de manada, tanto como sus sempais, sin embargo, al no tener su fuerza, eso se le complicaba. Sin mencionar, que quitar y poner las sabanas en el nido, era bastante difícil.

-No, yo puedo. -Testarudo, se negó a dejar que su omega lo ayudara.

Kageyama dejo que Yamaguchi siguiera intentando, hasta que logró poner, más o menos bien, las sabanas.

Una vez, hecho eso, ambos primeros años, se sentaron en medio del nido, y Yamaguchi le contó a Kageyama todo lo que habían hecho ayer, en la preparatoria. Además de decir que había tomado apuntes para él.

El omega se sintió agradecido de que su compañero tomara notas sobre los temas de las clases, pues si ya se le dificultaba yendo a la escuela, faltando a clases seria peor.

Yamaguchi se quedó junto a su amigo toda la mañana, y solo lo dejo, después de que ambos almorzaran juntos. Antes de irse, lo marcó en su tobillo izquierdo, y  lo arropó para que durmiera cómodamente. 

Kageyama odiaba dormir durante la mitad de su celo, pero no podía evitarlo. Su calor lo hacia sentir muy cansado, casi todo el tiempo. Se despertó después de otra siesta, con Tsukishima a su lado jugando con su teléfono. 

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