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Paz. Por fin podían sentir paz.
Luego de un día de trabajo, la pareja se encontraba recostada en el sillón de su amplia sala. Les encantaba cuando volvían, y entonces todo dejaba de importar, y se encerraban en su burbuja, como desde siempre pasaba.
Habían pedido a su trabajo el descanso el mismo día para poder pasarlo juntos, por ende, no les preocupaba el no hacer nada y quedarse hasta tarde.
Llegaron a las 9:30 a su casa, el azabache unos minutos más temprano que el castaño. Eran la 1:27, lo único que habían hecho desde que llegaron fue pedir comida rápida, y claro, luego de eso y comerla, se fundieron en los brazos del otro, dándose calor mutuamente.
- Hmm - El castaño disfrutaba de las caricias en su cabellito que el menor le otorgaba. Era realmente confortante estar ahí, entre sus piernas, con la cabeza descansando sobre el abdomen del contrario, mientras veían una típica serie americana de humor, sacándoles algunas risitas nasales.
Pero el sueño lo estaba venciendo, quería quedarse más tiempo en su lugar, con Jungkook dándole más mimos.
No pudo pasar desapercibido.
- ¿Ya tienes sueño, lindo? Vi que llegaste algo cansado - El azabache había notado como los ojos de su pequeñin se iban cerrando de a ratos.
El mayor se tallaba un ojo con su manita mientras se volteaba para quedar frente a su novio, logró articular algunas palabras que apenas fueron aludidles - Um, sí, perdón -
Por si fuera poco, el azabache vio como se le formaba un adorable puchero, característicos del castaño, en tanto pedía disculpa.
¿Disculpa?
Es que ese chico no podía ser más tierno joder, - Hey osito, ¿por qué pides perdón? Está bien que tengas sueño, de hecho, a mí también ya me está dando -
- Ay, si, es que no se, sabes que cuando tengo sueño digo cualquier cosa -
Una pequeña risa surcó de los labios del menor mientras envolvía con sus brazos a Taehyung - Bien, ven, vamos al cuarto - Dice robándole un pequeño besito.
Se levantaron y se dirigían a su habitación, pero en el medio del pasadizo, Kim se detiene para voltearse y alzar sus brazos a la altura del cuello de su novio, dando a entender que quería que lo cargue.
Más el azabache ni se inmuto. La verdad, él sabía muy bien lo que quería su osito, pero no podían culparlo, le fascinaba cuando el mayor se lo pedía.
Taehyung sacudió su bracitos y a Jeon se le forma una sonrisa. En cualquier momento el castaño lo iba a matar con su forma de ser.
- Eres un bebé, Tae - Levantó a su chico, tomándolo de los muslos inferiores a la par que este enrollaba sus bracitos en el cuello de Jungkook.
