CAPÍTULO XL: Obstáculos Oscuros

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Folmer y Dissior esperaban impacientes.
Marit corría sin parar.
Un túnel infinito.
Un destino.

Marit corría sin parar hacia una luz que veía al fondo del túnel. Aquel camino inmenso hacía que agotara las fuerzas que le quedaban a la muchacha.
Pero en la sala, los dos reyes contemplaban en una bola que flotaba en el aire, como veían a la chica correr, asustada. La estaban observando desde un poder muy poderoso que habían hecho juntos.
-Tranquilo. Espera. - tranquilizó a Dissior.
Ambos fruncieron el ceño, esperando a algo.
Marit seguía avanzando.
Pero, de repente, se encontró con diez caminos distintos; en direcciones completamente opuestas y con diferentes lugares. Se detuvo de golpe y observó.
-Atento. - volvió a advertir a su compañero. Dissior miró con atención.
La muchacha estaba tranquila. Respiró hondo y cerró los ojos.
-¿Qué hace? - dijo Folmer. No esperaba que hiciera eso. Dissior y él se miraron con intriga. - ¿Qué... está haciendo?
La joven estaba escuchando atenta. En ese instante, por todos los caminos empezaban a escucharse ruidos. Fuertes estruendos. Pero no se distrajo.
Unos intensos pies iban hacia ella. En la oscuridad de esos caminos no le permitían ver nada. Aún así, seguía manteniendo los ojos cerrados. Cientos de guardias se aproximaron a ella con rapidez. Iban armados con sus armaduras y espadas.
Habían sido enviados por Folmer para capturar a Marit.
Pero ella no se dejaría coger.
Su rabia salió de golpe de su corazón haciendo que sacara pecho y se pusiera rígida. Extendió los brazos y de su cuerpo salió una onda expansiva que hizo que todos los caballeros salieran despedidos por los aires. Aún seguía manteniendo los ojos cerrados pero sabía lo que había ocurrido y lo que había hecho.
-¡NO! - Folmer gritó fuerte y furioso mientras miraba como Marit hacia la operación de antes. Dirigirse a un solo camino.
El quinto.
Era su corazón el que la empujaba.
Folmer y Dissior hacían que saltaran chispas de rabia.

Una sonrisa de felicidad se mostró en la cara de la chica y eso hizo darle más fuerza.
No tenía poderes en ese mundo, pero tenía tanta rabia acumulada y tanto amor y ansias, que el corazón hizo lo que sentía.
Marit tenía algo más que un poder.
La ropa mojaba ahora estaba completamente seca tras correr y avanzar con rapidez. El pelo saltaba y volaba de una lado a otro.
Y las lágrimas habían dejado de salir. A pesar de estar sucia y sola, no dejaba de sorprender y enfrentarse a lo que nunca pensó que tenía que hacer.

La luz al final del túnel seguía iluminando el túnel. Pero esta vez eran dos luces. Dos puntos que resplandecían con intensidad.
Marit arrugó el entrecejo, preguntándose de que se trataría.
Algo la iluminó. Algo le había dado las fuerzas.

Folmer y Dissior intentaron por todos los medios, atacar a Marit con su magia oscura.
Folmer movió su dedo en el aire, y de repente algo se interpuso en el camino de la muchacha.
Pero esta no se detuvo. Se sentía poderosa y eufórica. Así que extendió los dos brazos hasta esa barrera de ramas puntiagudas, y lanzó un hechizo blanco que hizo que estas hicieran un agujero.
Marit saltó como una auténtica guerrera y continuó su camino.

Folmer dio un golpe al suelo furioso y el suelo empezó a templar.
Marit se percató de aquello y miró hacia atrás. Vio que el suelo se rescabrajaba a pasos agigantados. Tuvo que correr más
El suelo que había delante de ella ya se estaba partiendo.
Trozos de piedra gigantes se levantaban obstaculizando el paso.
Pero nada podía detenerla. Saltó con fuerza y siguió avanzando.
Las pequeñas luces que se veían a lo lejos iban tomando fuerza. Ahora se veía una mancha roja y blanca.

-¡Guardias! ¡Id a por ella! ¡¡YA!! - Folmer ordenó a sus nuevos caballeros pero ya era tarde.

Marit había llegado al final del túnel. Lo que vio le recordó a su infancia. Cuando jugaba con Philips en el bosque.
Justo enfrente de ella se encontraba un zorro. Pero este era extraño a todos los demás.
Este tenía la mitad del cuerpo blanco y el otro extremo rojo.
Su figura no era como la de su especie. Era más grande. Parecía el rey de los zorros. Majestuoso.
Marit se fijó aún más y vio que los ojos del animal eran distintos.
Uno era verde y el otro naranja.
Ambos se miraron con curiosidad. Intriga.
El zorro se dio la vuelta y avanzó sin parar corriendo.
-¡Espera! - alzó una mano y le siguió. Cuando salió de aquel lugar, tuvo que taparse la cara al ver que una potente luz cegadora, molestaba en los ojos de la joven.
Cuando su vista pudo soportar aquella intensa luz, apartó sus manos y vio que, sí. Había escapado. Y ahora se encontraba en el espacio. Una nube la estaba subiendo por el espacio. Y aquella luz que pro fin pudo ver se trataba de el sol. Se encontraba demasiado cerca. El zorro sobrevolaba en otra nube más pequeña que la de ella.
Miró a todos lados y sus ojos se abrieron como cuando abría una puerta de par en par.
Se tapó la boca y mil preguntas se formó en su cabeza.

-¿Adónde vamos? - preguntó al animal. Estaba claro que no hablaba, pero algo intuyó que si pudiera entenderla.
Cuando ascendieron un poco más, sus palabras no podían salir de su boca. Estaba fascinada. No podía pensar en otra cosa más que en que, había cientos de reinos flotando en las estrellas del espacio.

Aquellos castillos trasmitieron confianza, por su aspecto y por la luz que salía de ellos.
Ahora si estaba segura.
Pero ella no quería subir, sino bajar.
Quería ver a su familia, a sus amigos.

-¡Lo tengo! ¡Ya sé cómo subir! - Phillips gritó y saltó sin parar, mientras Luzmor le veía. Una sonrisa se dibujó en su rostro.
-¡Qué! - Minna salió de repente y los dos muchachos se asustaron.
-Atentos. Sé como podemos subir al reino de Folmer y Dissior.

Aquellas palabras hizo que se emocionaran todos. Tanto tiempo esperando ese momento. Tantos errores y fracasos.
-En Amcar hay una sala. En lo más hondo. Hay una habitación. Mi pa... Dissior, tenía demasiadas pociones.
-¿Y? - Luzmor no sabía adónde quería llegar. Minna sabía a la perfección lo que quería decir.
-Y un libro. Ese libro lo creó él. Tenemos que cogerlo. Si cogemos ese maldito libro y las pociones podemos crear una para subir al cielo. Tiene que funcionar. - dio un golpe en su mesa de trabajo. Los dos le miraron con atención.
-Entiendo.
-Pero hay un problema. - saltó Minna.
-¿Cuál? - preguntó con miedo Luzmor.
-Clanmiana se encuentra allí.

Flores de invierno IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora