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Jeongin

-¡Jeongin! - sonó la voz de mi madre entrando a mi habitación-. Te estoy llamando hace ya 5 minutos a los gritos, ¿podrías no usar tus auriculares en casa? Todo el día con esas cosas - se quejó poniendo sus manos sobre sus caderas.

-¿Que quieres? - le pregunté mientras seguía haciendo mi tarea.

-Hyeran me contó que sigues con la idea de dedicarte a maestro en una escuela primaria - dijo escandalizada, que era básicamente su forma de hablar.

-Todavía falta un año para que elija lo que quiero hacer - le saqué importancia y seguí con mis deberes, pero ella me los apartó de un manotazo.

-Sabemos que por tu... condición eres muy inteligente. Tu padre y yo te pedimos que estudies su carrera para heredar la empresa, ¿no entiendes que así no tendrías que esforzarte? Además para ese entonces tendrás manejado mejor... eso - miró para otro lado avergonzada. De mí.

Hyeran es la señora que limpia en casa desde hace años y con la única que podía sentirme cómodo en mi hogar. A pesar de estar seguro que ella no le habría dicho eso para lograr que me castiguen, de todos modos me sentí traicionado.

Mis padres estaban muy bien económicamente por aquella empresa de electrodomésticos que pasaba de generación a generación., pero no quería ni tenía la intención de trabajar de eso. Siempre me había gustado el trabajo con los niños y era mi deseo desde siempre dedicarme en aquel labor.

-Pero no quiero estudiar eso...

-¿Y que quieres? Quieres ser maestro de escuela, interactuar con niños, pero ni siquiera puedes tener una vida social normal - se quejó.

-¡Pero el otro día me junté por primera vez con mis compañeros! ¡Y ahora tengo un amigo! -le grité harto de que me humillara, volteando a verlo con la respiración agitada debido al enojo.

Mi madre me vio sorprendida. Ese fin de semana no estuvo en casa al igual que mi padre y preferí no contárselo. Asintió con la cabeza ligeramente mientras procesaba la información.

-Oh, no sabía. ¿Y si invitas a tu amigo? - sonrió de golpe, lo que me confundió por su cambio de humor tan repentino.

-Ehm claro...

-Que lindo, le diré a tu padre - me avisó todavía con su rígida sonrisa y salió de mi habitación.



Jisung

Sabía que el piso quedaría marcado por las veces que había pasado en el mismo lugar al haber estado caminando en círculos en mi habitación. Lo había invitado a Minho para al fin contarlo y prefería exponerme a él desde la seguridad de mi hogar y no en un lugar público como el colegio o una plaza.

Había estado hablando por llamada con Felix para tratar de calmarme y lo había logrado bastante. Me alegraba haber podido contarle otra vez todo a él, quien había sido un gran soporte para mí con este tema junto a mis padres. Los primeros días luego de su accidente me había parecido raro acercarme a él sabiendo que ni siquiera recordaba mi nombre, pero desde aquel día que nos juntamos a solas volvimos a ser cercanos como antes, pasando bastante tiempo bromeando y abrazándonos.

Escuché que la puerta principal se abría y que mi madre animaba a Minho a subir las escaleras hacia mi cuarto. Sequé mis manos contra mi pantalón para secar el sudor y me senté en la cama a esperarlo por esos interminables minutos.

-¿Jisung? ¿Puedo pasar? - habló con su suave voz desde el otro lado de la puerta.

-Sí - mi voz sonó más quebrada de lo que prefería pero traté de ignorarlo para no sumar más razones a mis nervios.

Estaba vestido con unos jeans negros ajustados y una enorme sudadera de azul oscuro. Llevaba sus redondos y finos anteojos, algo que no solía usar en el instituto ya que optaba por lentes de contacto para mayor comodidad. Su cabello estaba algo despeinado, el cual acomodó rápidamente con su mano mientras dejaba su abrigo sobre la silla de mi escritorio para luego sentarse a mi lado en mi cama.

-¿De que querías hablar tan urgentemente? - me preguntó mientras apoyaba su mano sobre mi rodilla, un gesto que solía hacer cuando me notaba nervioso.

-Me has dicho varias veces que gustas de mí... - comencé una vez tomé aire mientras trataba de calmar mis nervios.

-Si me vas al fin a aceptar, dame unos minutos que me preparo - bromeó mientras fingía estar nervioso.

-Ehm... no es eso.

Sus cejas se elevaron ligeramente en señal de sorpresa y tiró el rostro algo hacia atrás confundido. Luego de unos pocos segundos abrió grandes los ojos y sacó la mano de mi rodilla como si me hubiese faltado el respeto.

-¿Me... me estás rechazando? Pero... quiero decir... yo... - era la primera vez que lo notaba nervioso y dubitativo en toda nuestra amistad y me apresuré a negar rápidamente con mis manos.

-Dejame hablar, ya es muy difícil para mí - le pedí y me miró fijamente mientras esperaba a que continúe en silencio.

Le conté todo sin poder siquiera mirarlo a los ojos. Jugueteaba con un hilo suelto en la manga de mi sudadera para poder mantener entretenidas mis manos. Minho en ningún momento habló analizando cada una de mis palabras, mirándome atentamente y sin alejarse ni acercarse a mí, dándome espacio pero al mismo tiempo manteniéndose cerca y apoyándome con su silencio.

Una vez terminé sentí que un peso enorme abandonaba mi pecho, pero otro se instalaba en él nuevamente. No me importaba que no quisiese estar conmigo en una relación a pesar de yo sí quererlo, pero no lo quería perder, era mi mejor amigo y no podía imaginarme una vida sin él.

-¿Quién más lo sabe? - preguntó luego de unos minutos en silencio con su voz neutra sin verme a los ojos, también mirando mis manos jugueteando con el corto hilo.

-Mis padres y Felix - me vio sorprendido por lo último y le expliqué-. Él me conoció cuando éramos niños y seguía identificándome como mujer... se lo volví a contar hace poco...

-¿Entonces...? - preguntó y levanté mi rostro para verlo confundido. Él me estaba mirando fijamente pero sin ninguna expresión en su rostro-. ¿Cuál sería el problema de que estemos juntos?

-Eres gay...

-Yo soy un chico. Tú eres un chico. Eso no sería justamente una relación heterosexual - lo dijo como si fuese lo más obvio del mundo mientras sonreía para aliviar un poco el ambiente.

-Pero mis genitales... Todavía no me operé y tampoco sé si quiero hacerlo en un futuro - explicó.

-No te quiero por tus genitales. Tampoco me importan - volvió a poner su mano sobre mi rodilla y acercó su rostro al mío-. Si es una excusa para rechazarme, no es necesaria. Si no quieres estar conmigo lo entenderé...

-Sí quiero - lo corté y su sonrisa se agrandó aún más.

-¿Entonces te puedo besar? - levantó una ceja con una sonrisa coqueta y, una vez asentí levemente, juntó nuestros labios mientras nos acostábamos en la cama.



Felix

Jisung se acercó a mí saltando de la alegría y me abrazó, casi tirándonos a ambos a la calle. Me había dicho que nos encontremos a un par de cuadras del instituto antes de que comiencen las clases para contarme su charla del día anterior con Minho mientras yo arrastraba mi moto a mi derecha y él saltaba a mi izquierda completamente feliz.

Su felicidad era contagiosa y el sueño que sentía durante todas las mañanas desapareció para unirme a sus gritos y risas, llamando la atención de varios otros alumnos que se dirigían al colegio.

Durante ese día los chicos se enteraron que al fin Minho y Jisung eran novios y el último, en compañía de nosotros dos a cada lado de él, le contó al finalizar ese día de clases su secreto a Chris, Yeji y Ryujin para dejarlos conocer una parte más de él, quienes lo aceptaron con sonrisas y abrazos para luego ir todos juntos a una plaza para pasar la tarde juntos.

maze of memories » hyunlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora