Luego de su usual horario diario lo único que quiere es dormir, pero estando totalmente estirado en su cama no puede cerrar los ojos, frustrado se mueve por todo su departamento hasta finalmente salir al balcón, aunque debe abrigarse ante el frío de la noche, pero al menos puede tener un ambiente distinto.
Puede oír el sonido de las cuerdas, con cuidado mira al frente, puede observar los diversos balcones y ventanales del edificio que se encuentra al lado del suyo, pero lo que más llama la atención es el balcón frente al suyo, donde un chico silenciosamente se encarga de tocar su guitarra.
Yuta solo se sienta para admirar su perfil y las suaves melodías que emite, aprovechando de darse el tiempo de relajarse también, aunque no era la primera vez que lo hacía, era normal para el estar los días viernes en su balcón esperando por la aparición del chico con su guitarra cuando el sol comenzaba a esconderse.
Pero se siente extrañado, reconoce las canciones y el chico ya debería estar cantando, por lo que le mira con cuidado para solo encontrarse con la mirada del otro y una suave sonrisa, Yuta se siente realmente avergonzado y ni si quiera sabe bien porque, quizás el ser encontrado mirando, pero lo había hecho muchas veces para que fuera esa su razón, quizás era que el chico se le hacía demasiado llamativo con ese suéter y aquellas mejillas sonrojadas.
Entonces lo ve entrar al departamento, pensaría que no volvería pero puede ver la guitarra aún fuera y un mínimo asomándose, su pelaje variado le hace pensar que es una gata pero solo espera en silencio.
Se distrae al ver a su cachorra, con cuidado se mueve para ir a darle algo de alimento y vuelve aunque una tos realmente fuerte lo hace mirar confundido, es el chico bonito que toca la guitarra, lo saluda, Yuta mira a todos lados como si no fuera el único de pie allí y frente al otro, aunque a unos cuantos metros.
El chico le hace otra seña, como si debiera moverse a un lado, el simplemente asiente, entonces ve como lanza algo, confundido mira entonces ve que choca y cae, lamentablemente desde un sexto piso, ambos quedan en blanco, mirando hacia abajo, Yuta retrocede ante el vértigo que le genera eso, y dirige nuevamente su mirada al chico.
Trae otro lápiz esta vez con un algo pegado, nervioso mira, esperando que esta vez no caiga, por suerte, logró llegar a su ventanal y caer al piso pero esta vez de su departamento.
Entonces nota que es un papel el que se encuentra pegado al lápiz, con cuidado saca la cinta adhesiva y se encarga de ver.
"Estoy enfermo y hoy no puedo cantar, lamento eso, se que sueles escucharme todos los viernes, pero estoy tocando unas que te he escuchado silbar cuando sales por tus plantas ¡Te doy mi teléfono para que podamos hablar! No creo poder elevar mi voz. XXX-XXX-XXX"
Además de aquellas palabras había un tipo de carita lanzando un beso y guiñando, finalmente solo moviéndose por impulso se encarga de agendar el número, y rápidamente da un llamado.
La melodía se escucha suavemente entonces el chico que lo mira responde.— Es bueno que finalmente podamos hablar.
— ¿No es algo extraño?
— No lo sé, creo que es interesante.— Lo ve dejar el teléfono para tomar su guitarra, de hecho, Yuta nota cuan rota está su voz.— Soy Taeil.
— Yuta.— Un silencio se alarga con cuidado.— Mi nombre es Yuta.
— Lindo nombre, como tú.— Yuta se tapa suavemente el rostro mientras el otro ríe.— Bien Yuta... ¿Por qué no cantas la canción que cante la otra vez?
— No me sé la letra completa...— Murmura por lo bajo, esto era malditamente vergonzoso y en verdad le daba mucha vergüenza.
— Eso es fácil de solucionar.— Puede visualizar un mensaje rápidamente, revisa con cuidado su teléfono mientras la llamada sigue al tanto, observa el número de Taeil en sus mensajes y mira por un momento su foto de perfil, el chico parecía estar con otros dos más fuera de un parque o algo por el estilo, no le prestó mucha atención ya que la melodía de la guitarra comenzó a sonar.
