Capítulo 11: Cabos sueltos

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Lo vi... Era él, se veía tal cuál como la vez en que se fue, y sí efectivamente, sí... Era Ernesto.

¿Qué es esto? Me pregunté, él no parecía el mismo tipo que yo había conocido hace muchísimos años atrás, él era diferente, no físicamente porque aún parecía un muchacho de 20 sino en cuánto a su personalidad. Ya no era el típico chico mal portado y creído que yo solía conocer, ahora era muy pulcro, amable y buena persona... Lo vi con su familia y estaba abrazado de una mujer.

- Hey, ¿cómo has estado, Roy?

+ Bueno, velo por ti mismo, no estoy muy bien.

- Tranquilo, chico, relájate... Pronto te irás acostumbrando.

+ Yo no me quiero acostumbrar Ernesto, yo quiero ir a ver a mi amada!!!

- Ok, amigo, primero... Bájame el tono, ¿sí? Tú a mí me debes una disculpa. ¿Cómo piensas que me sentí cuando morí trágicamente y me quedé viendo cómo Ángela me despreció, lloró por mí y finalmente me cambió pensando que yo era un desgraciado? ¿¿¡¡Ah??!! ¿Cómo crees que se sintió? Yo vi a mi familia morir, yo vi como mis sueños de derrumbaban, yo vi como el amor de Ángela hacia mí murió al compás de mi cuerpo.

+ Wo, woh... Discúlpame Ernesto. He sido un tremendo idiota, lo admito, pero yo en serio la amo, nunca quise quitártela pero sabes muy bien que tenía que estar para ella, sino ¿Quién lo haría?

- Eso lo sé, Roy, no te preocupes... De igual forma yo comprendí que no puedo estar con ella y ahora estoy con Luna, esa mujer me comprende como no tienes idea, sólo estamos esperando el día que al fin nos den la orden de ir al más allá, presiento que falta poco.

+ Oh, vaya, eso es... Genial, me alegro mucho por ti, Ernesto. Y en serio, perdóname por todo, no me di cuenta cómo estaba siendo.

- No te preocupes, hermano. Todo va estar bien, ¿ok? Tú tranquilo.

+ Gracias...

...........

Quedé atónito, sorprendido, Ernesto no era la misma persona de antes, él era muy empático, eso lo admiré bastante.

Sariel llegó de ocuparse en sus asuntos y me dijo que debíamos irnos, porque teníamos que ir rápidamente al lugar donde estaba mi cadáver, para resolver varios cabos sueltos.

Al final llegamos, Sariel y yo nos trasladábamos de un sitio a otro usando sus alas, y podíamos volar a través del cielo como si nada, pues nada ni nadie nos lograría ver o percibir. Ambos nos detuvimos en el acantilado donde mi camioneta había chocado y acto seguido Sariel me explicó que fue lo que me sucedió aquella noche...

+6:50 PM, ibas manejando a alta velocidad, tenías las luces del vehículo apagadas y la iluminación del camino era muy tenue y mate. Tú y ibas llegando a la curva, sin embargo te quedaste dormido por la recarga de sustancias y la camioneta siguió de largo, no había protección contra el acantilado en la carretera, por lo que te fuiste de largo y por eso fuiste a caer al precipicio. Tu cuerpo se balanceó al frente del parabrisas y acto seguido la camioneta se esplomó en el agua. Si no fuera por el collar que tenías puesto, tal vez te hubieses salvado, porque con el impacto te habrías despertado y salido rápidamente de la camioneta. Pero el collar que tenías puesto se enredó en el asiento y cortó todo tu cuello por la yugular. Te desangraste en el agua mucho antes de siquiera ahogarte. Botaste mucha sangre, lo cual atrajo tiburones y adivina qué? No queda rastro alguno de tu cuerpo, solo extremidades o huesos, aparte de morir brutalmente, fuiste devorado...

-¿Qué? Por qué no me dijiste nunca eso antes?!!!!

+ No querías ni aceptar que habías muerto ¿cómo ibas a digerir eso?

- Dios mío ¡¡no puede ser!!

+ Aún te queda una opción...

- ¿Cuál, cómo? ¡No entiendo!

+ Puedes conseguir el collar que traías, sólo así podemos llevarle esa pieza de ti a Dorotheo y el se encargará de llevar la energía suficiente hacia el mundo terrenal para que los vivos sientan la necesidad de buscar ahí donde moriste, entonces encontrarán tu camioneta, posiblemente alguno de tus restos y así sabrán que moriste.

- Espera ¿me dices que así es como consiguen a los cadáveres?

+ ¿En la mayoría de veces? Sí. ¿Qué pensabas, que era porque las autoridades se esforzaban buscando? Todo es eso lo que ellos creen, los vivos. Pero es muy diferente.

- Debemos buscar entonces, Sariel, necesito que Ángela sepa que no la abandoné.

+ Corrijo, debes* Yo también tengo asuntos que hacer. Ingeniátelas y cuando tengas la pieza de ti o el collar, me lo haces saber para llevarte con Dorotheo.

- Bueno... Está bien, Sariel, gracias.

ROY: La Historia De Los Muertos Atrapados [En Proceso] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora