Capitulo 28

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Se separó lentamente, solo para darle paso al aire en mis pulmones. Lo mire a los ojos y sonreí. 
—Creo que me encanta esto—susurró. Carcajee y me puse de pie. 
—Vamos, que no quiero estar todo el día aquí en la cocina. 
—¿Adonde quieres ir?—preguntó—recuerda, el doctor dijo... 
—Zayn—le interrumpí. Levanto su mirada y sonrió.
—¿Qué?—preguntó. 
—No me importa lo que dijo el doctor, solo quiero pasar tiempo contigo. 
Asintió y beso cortamente mis labios. 
—Supongo que a mi tampoco me importa lo que dijo el doctor. 
-Narra el hermoso angel-
Kate me estaba buscando, mie*rda. ¿Qué iba a hacer ahora? Con la idiota de Helen allá arriba, todos mis planes estaban en peligro. 
—_______ (tn) debo marcharme—le informé antes de que lograra entusiasmarse con nuestro día juntos. 
—¿Qué?—gritó algo alterada. 
—Me llaman, debo ir o si no...—vacilé por unos segundos y luego suspire. 
—O si no ¿qué?—preguntó con sus ánimos por el piso. 
—O si no dudo que pueda regresar—susurré amargamente. Me miro espantada y tragó saliva de manera sonora. 
—Ve—susurró seca contra su voluntad. 
—Gracias—musité—prometo volver para pasar la noche juntos. 
—Te estaré esperando—dijo. Asentí y me acerqué a ella para besar sus labios. Y decirle por décima vez en el día que la amaba. Coloqué mis manos sobre sus mejillas y las acaricié, ella solo sonrió y luego se acercó para besar mis labios.
Me separé lentamente y voltee sin mirar atrás y salí por la ventana. No habían pasado mas de sesenta segundos desde que salí de la casa y ya le extrañaba, tanto que podría decir sinceramente que hasta dolía.
Los arcángeles me miraron horrible cuando crucé la puerta de entrada.
Murmuraban cosas entre ellos, cosas que no podía captar.
Pude divisar a Kate sentada en la única banca blanca del recinto. Estaba leyendo sin expresión en su rostro, y cambiaba hojas como si fuera el catalogo de una revista.
—Pensé que demorarías más—susurró sin elevar su vista.
—Hubiera deseado haber hecho eso—dije lentamente tomando asiento a su lado.
—Hablé con el jefe—me hizo saber al momento en que me acomodé a su lado.
—Si es algo malo no quiero saberlo—anuncié listo para ponerme de pie.
Kate subió su vista del libro y me miro, nuevamente con esa pena que me condenaba.
—Es bueno por un lado y malo por el otro—susurró seca mientras cerraba el libro de un golpe.
—En serio, prefiero no saberlo—volví a anunciar.
—Tienes tres días para despedirte de ella, y cada día las horas se te irán quitando... aprovecha el tiempo que te queda.
Fue lo último que dijo y se puso de pie. Camino casi brincando hasta la entrada de nuestras habitaciones. Y yo quede con problemas ya que aún no podía procesar lo que dijo en mi mente.
Mire la hora en mi reloj de muñeca y este marcaba las una de la tarde. Me puse de pie rápidamente y antes de que pudiera dar un paso ella apareció a mi lado y dijo:
—Desde mañana comienzan a contar las horas para despedirte de ella, hoy tienes las 24 horas del día, mañana tienes 12, luego 6, luego 3.

Mi Guardian Angel  | Zayn Malik y tu |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora