Recuerdo cuando le conocí. Estábamos en segundo de la ESO y nos había tocado en la misma clase. No le había visto nunca. Su pelo era de color caoba oscuro. Tenía los ojos verde-azulados. Se daba un aire irlandés. Era un poco más bajo que yo.
Él fue el primero en presentarse:
-Hey, soy Matthew, pero mis amigos me llaman Matt. Bueno, nadie me conoce aquí y no tengo amigos pero da lo mismo. - Dijo con timidez
-Hola , soy María, encantada de conocerte. - Dije atropelladamente.
¿Había sido demasiado señorial? ¿Había sonado tonta? No sé por qué me estaba poniendo nerviosa gracias a su presencia.
-¿Te sientas conmigo?- preguntó.
Y ese fue el inicio. Desde que me hizo aquella pregunta no nos hemos separado...
-¿Por qué no? - no tenía nada que perder, conocer al chico nuevo no era mala idea al fin y al cabo.
Desde segundo de la ESO hasta hace unos meses, en la Universidad, nos hemos sentado siempre juntos. Yo le ayudaba con lengua , plástica y música, y él a mi en matemáticas, ciencias naturales...
Era un alumno brillante. No era un empollón de los típicos que no tienen vida social. Él era una persona inteligente de por si. Sabía de la vida. Tenía unos conocimientos magníficos y era una gran persona.
Recuerdo que a la hora del patio siempre intercambiábamos los bocatas. Él se quedaba la mitad del mio y yo la mitad del suyo. Recuerdo que se enfadaba cuando los profesores formaban grupos y no nos tocaba juntos. Recuerdo que al pasar tanto tiempo junto a él mi ropa olía ligeramente a su perfume.
Hasta me acuerdo de todas las chicas que le han gustado a lo largo de los años. Por oden cronológico y todo.
Éramos camaradas , colegas, compañeros de secretos, de aventuras, de disgustos y de miles de alegrías.
Recuerdo demasiadas cosas...